miércoles, 5 de agosto de 2015

“El Diario de Gombrowicz no es un pretexto para la introspección, sino para el análisis, la reflexión y la polémica”- Juan José Saer













La literatura tiene un doble sentido y una doble raíz: nace de una contemplación pura y artística, de una tendencia desinteresada hacia el arte, pero al mismo tiempo constituye también una batalla privada entre el autor y los hombres, un instrumento de su lucha por una existencia espiritual. Es un asunto que madura en soledad, es un crear por crear; pero, al mismo tiempo, también es un asunto social, un imponerse a la gente. […]
Y el cuadro completo de la creación sólo lo tendremos cuando veamos al autor en estas dos dimensiones: como artista desinteresado y objetivo, y como hombre que lucha por sí mismo entre otros hombres.

Diario, 1955


Al fin y al cabo, me importa mi arte y el arte necesita sangre noble y caliente; el arte y la rebelión son prácticamente lo mismo. Soy revolucionario porque soy artista y en la medida en que lo soy; todo este proceso milenario del que provengo, poblado de nombres como Rabelais o Montaigne, Lautréamont o Cervantes, ha sido una continua instigación a la rebeldía, una vez en forma de callado murmullo, otra como una explosión a voz en cuello.

Diario, 1956


El arte es aristocrático hasta la médula de los huesos, como un príncipe de sangre. Es negación de la igualdad y adoración de la superioridad. Es cuestión de talento o incluso de genio, es decir de supremacía, de eminencia, de excepcionalidad; es también jerarquización severa de los valores, crueldad ante lo mediocre, elección y perfeccionamiento de lo excepcional, insustituible; es, finalmente, cultivo de la personalidad, de la originalidad, de la individualidad.

Diario, 1960

Witold Gombrowicz
4 de agosto de 1904- Polonia
Huyendo de los nazis,
permaneció 23 años en Argentina.
Hoy se revaloriza su aporte
como trascendental para
la literatura del país hermano.




viernes, 31 de julio de 2015

Preciosa invitación de Fundación Banco República -Museo del Gaucho- recibimos y difundimos.

En el marco de actividades de la Exposición “Té, chocolate, café…”, el día martes 4 de agosto a las 16 horas, Ana Magnabosco, brindará un Té Literario al estilo de los que realizó durante los años 2006 al 2009,  para Programa ESQUINAS de la Intendencia Municipal de Montevideo, en donde recorrió los barrios montevideanos charlando sobre literatura nacional, y enseñando a cocinar dulces artesanales.

Ana Magnabosco, nacida en Montevideo, es dramaturga, narradora y guionista.
Cuenta con 32 piezas teatrales estrenadas en el país y el exterior;  recibiendo numerosos premios y distinciones, entre otros el FLORENCIO al Mejor texto de Autor Nacional, el Premio DRAMATURGIA de la Intendencia Municipal de Montevideo, y por cuatro ediciones el PREMIO ANUAL de LITERATURA otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura. Es fundadora y coordinadora del Taller Literario LAS MUSAS, con 10 años de actividad ininterrumpida, siendo premiado por la Fundación Lolita Rubial, para integrar su Antología de Cuentos, como uno de los más destacados Talleres Literarios del país. En el presente año es docente del Bachillerato Audiovisual de UTU en Narrativa y Guión.

¡Los esperamos!
Martes 4 de agosto – 16 horas
Museo del Gaucho – Av. 18 de Julio 998 esq. Julio Herrera y Obes


Cupos limitados - Confirmar asistencia al 2900 87 64

¡Gracias por la deferencia,
querida Cristina Lampariello!



En tanto las palabras te muerdan, tu escritura sabrá que goza de muy buena salud.

Graciela Vargas.
Integrante de PERRAS NEGRAS
en la modalidad Talleres A Distancia.
Doblemente premiada en
Concursos literarios de España.






















Aunque parezca una paradoja, de eso se trata la inmersión en el proceso de la creación literaria: controlar nuestra tendencia a la aceptación tácita de que la Musa nos ha privilegiado con la perfección, hurgar hasta encontrar la expresión menos imprecisa, hasta atrapar un jirón siquiera de la imagen fugazmente asomada entre las redes de nuestra psiquis; en definitiva, sentir que siempre estamos en situación de precariedad.

Un Taller de Escritura -Presencial o por Internet- fomenta ese estado bajo el mismo signo de la ambigüedad que sustenta el proceso creativo: nos seduce con la exhibición de estrategias ignoradas y luego, nos conmina a revisar la práctica de tal empoderamiento, a cuestionarnos si estamos convencidos de haber proyectado nuestra mirada a través del hilito de voz que del texto se alza. 

Insume dedicación, humildad y equilibrio generar y preservar esta clase de salud. Quienes están dispuest@s ya habían descubierto que estamos enferm@s de predeterminaciones, de manipulaciones, de espejitos abigarrados de fantasías expresamente montadas para inhibir el verdadero bienestar.

Graciela Vargas es una integrante de PERRAS NEGRAS que ya ha ameritado otras entradas en este blog. Nuestro contacto es por Internet ya que reside en el interior del país. Pertenece a esa tribu de convencid@s del valor  constructor de subjetividad que produce el Arte para cada individuo que se resista a mantenerse enferm@. Cuando se acercó al Centro, año y medio atrás, manifestó: “Averigüé que la escritura es el hueso esencial de mi existencia; así que empeño toda mi voluntad en que, como una pieza arqueológica, hable un día de mí y de mi mundo”. De verdad viene honrando su deseo, semana a semana, día a día (y no sería hipérbole decir hora a hora).

Hoy fortalece nuestra pasión con dos noticias, dos reconocimientos públicos a los que se hizo acreedora en España al presentarse a dos Concursos Literarios en los que resultara seleccionada, convocados por Colectivo Diversidad Literaria:

- II Concurso de Microrrelatos Eróticos "Sensaciones y Sentidos" - España 
  (Género: Microrrelato.)

- I Concurso de poesía "Luz de luna" - España (Temática: La luna.)


Del mencionado Colectivo “Diversidad Literaria” recibió las siguientes notificaciones: 

- Resultados del concurso "Sensaciones y sentidos II"
  Felicidades amig@ literari@, Graciela Vargas (Dharma Ganesha)
  Su obra ha sido elegida en el II Concurso de Microrrelatos Eróticos “Sensaciones y sentidos" y    formará parte de la antología que llevará el mismo nombre.



- Resultados del concurso "Luz de Luna”
  Felicidades amig@ literari@, Graciela VARGAS (DHARMA GANESHA)
  Su obra ha sido elegida en el I Concurso de poesía “Luz de luna" y formará parte de la antología 
que llevará el mismo nombre. 

(Dado que las Antologías aún no han sido publicadas, no podemos compartir por ahora las obras premiadas.)













Querida Graciela, un privilegio para este Centro que lo integres, y una profunda alegría la de que alimentes tu deseo con dedicación, humildad y equilibrio.





























domingo, 26 de julio de 2015

Charles Bukowski: siempre al borde pero siempre liberado de hipocresías.



LLEGARON A TIEMPO 

Me gusta pensar en escritores como James Joyce
Hemingway, Ambrose Bierce, Faulkner, Sherwood
Anderson, Jeffers, D. H. Lawrence, A. Huxley,
John Fante, Gorki, Turgenev, Dostoievsky, Saroyan,
Villon, incluso Sinclair Lewis, y Hamsun, incluso T. S.
Elliot y Auden, William Chalers Williams y
Stephen Spencer y el valiente de Ezra Pound.
Me enseñaron tantas cosas que mis padres
nunca me enseñaron, y
también me gusta pensar en Carson McCullers
con su Café Triste y Ojo Dorado.
Ella me enseñó muchas cosas que mis padres
nunca supieron.
Me gustaba leer los libros de tapa dura de las bibliotecas
en su simple encuadernación de biblioteca
azul y verde y marrón y rojo claro
me gustaban los viejos bibliotecarios (varones y damas)
que te miraban seriamente
si tosías o te reías muy fuerte,
y aún cuando se parecían a mis padres
en realidad no había ninguna similitud.
Ahora ya no leo a estos autores que alguna vez leí
con tanto placer,
pero es bueno pensar en ellos,
y también me
gusta mirar las fotografías de Hart Crane y
Caresse Crosby en Chantilly, 1929
o las fotos de D. H. Lawrence y Frieda
asoleándose en Le Moulin, 1928.
Me gusta ver a André Malraux en su traje de aviador
con un gatito en el pecho y
me gustan las fotos de Artaud en el manicomio 
Picasso en la playa con sus fuertes piernas
y su cabeza pelada, y también está
D. H. Lawrence ordeñando esa vaca
y Aldous en Saltwood Castle, Kent, Agosto de
1963.
Me gusta pensar en toda esta gente
que me enseñaron tantas cosas que yo
nunca había imaginado antes.
Y me enseñaron bien,
muy bien
cuando eso era tan necesario
me mostraron tantas cosas
que nunca creí que fueran posibles.
Todos esos amigos
bien adentro de mi sangre
quienes
cuando no había ninguna oportunidad
me dieron una.





sábado, 25 de julio de 2015

Una prueba más de la avergonzante decadencia del Poder Judicial uruguayo.


Trascendió hoy por los medios una situación que, de mantener el decoro lingüístico, habría que calificar de surrealista. Pero como el lenguaje es un instrumento válido en tanto logre reflejar siquiera un ápice de la realidad, la mentada situación sólo admite los crudos calificativos de “perturbadora”, “repulsiva”, “intolerable”.

El caso difundido es el de un “Señor” Juez, del que curiosamente se omitió el nombre, quien liberó a los dos violadores de una jovencita de 13 años, alumna del Liceo 74 de Montevideo, aduciendo escasez de pruebas.

Las Naciones Unidas, a través de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, recomienda a los países miembros, en sus incisos c) y d) del Apartado II:
Dar a quienes afirman ser víctimas de una violación de sus derechos humanos o del derecho humanitario un acceso equitativo y efectivo a la justicia, como se describe más adelante, con independencia de quién resulte ser en definitiva el responsable de la violación”; y “Proporcionar a las víctimas recursos eficaces, incluso reparación, como se describe más adelante”.

Como ciudadana de este país en el que crecen en forma astronómica las cifras de abuso fatal contra mujeres, ancian@s y niñ@s, como docente en contacto permanente con l@s jóvenes -que resultan ser los seres más escandalosamente vulnerados día a día y desde ámbitos insospechados-, como madre, como mujer, me siento visceralmente obligada a reclamar que se revea la adjudicación de cargo tan delicado a una persona que no puede permanecer en ese contexto profesional ni un segundo más; su incompetencia funcional no admite la más leve contemplación ni siquiera habiendo mediado el posible hecho de que la Policía -auxiliar de la Justicia- no hubiera presentado suficientes pruebas. Acaso,¿revela su veredicto la adopción de recursos eficaces para que la equidad haya sido una garantía para la víctima? ¿Carece del poder para generar esos recursos? ¿O una menor que no pertenece al estatus siempre privilegiado no merece ser considerada víctima? ¿Cómo puede administrar justicia un individuo que descarta la declaración y la condición de una joven violada? ¿Con esa misma vara se impartió justicia en las decenas de casos de abusadores de menores -respetables miembros de la comunidad en balnearios y zonas de fronteras- que siguen operando con la mayor impunidad? ¡Ah, aquí hemos arribado a la madre de las palabras: impunidad! Una vez instalada, la impunidad carcome cualquier carne (y de cualquier pelo) pero prefiere, como los caranchos y afines, la que ya está en descomposición.



lunes, 20 de julio de 2015

"La Poesía, una estructura arquitectónica"- Hart Crane



No me digas que el cielo está cerca


Hay cosas que te atraen
como si la Tierra fuera redonda
Ya te lo decía el poeta
es redonda es redonda
y el cielo un enorme corral de estrellas
Pero no me digas que el cielo está cerca.



Interior


Esta lámpara dejó caer una tímida
Solemnidad en nuestro pobre cuarto.
¡Oh dorada y gris amenidad
Tristeza intensa y gentil!

 A lo largo y ancho del mundo
Reclamamos las horas robadas ya que ninguno puede saber
Cuanto le agrada al amor florecer como una flor tardía
En los días posteriores a la incandescencia.

Y aunque el mundo deba despedazarse
Con celos y engaños
Al menos podrá  reverenciar y conquistar
Nuestra piedad con una sonrisa.


De: https://sites.google.com

21 de julio de 1899- Estados Unidos

¿La quintaesencia de "la teoría del iceberg"?



21 de julio de 1899- Estados Unidos
Escritor, periodista.


"Si no es amor, qué es esto"- Francisco Petrarca

20 de julio de 1304- Italia



















Soneto a Laura


Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra,
y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;
y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;
y nada aprieto y todo el mundo abrazo.

Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra,
ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.

Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.

Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado.

Versión de Jorge A. Piris

De: amediavoz.com


     
   

domingo, 19 de julio de 2015

“Mi herencia se llama añoranza”- Erik Axel Karlfeldt


















Soy una voz que canta en amplias, despobladas llanuras,
donde no escucha oreja alguna, donde no hay tornavoces.
Soy una llama que se escapa sobre el mar en las noches negras,
un fuego antojadizo que se disipa enseguida en la oscuridad; junto a mi
[madre.


Soy una hoja vagabunda en un amplio espacio otoñal,
mi vida es un juego en el grupo de todos los vientos.
Si me paro sobre una montaña, si me asfixio en un agujero,
no lo sé, ni me importa, ni lo puedo evitar.


De “Flora y Pomona y otros Poemas”; Biblioteca Premios Nobel.
Ediciones Rueda.


En: www.vorem.com

20 de julio de 1864- Suecia
Poeta y docente.

sábado, 18 de julio de 2015

“Sí hubo abuso contra personas homosexuales en los años 60, 70 y 80”.- Mariela Castro Espín

16 de julio de 1943- Cuba



















Esta casa siempre ha sido un infierno. Antes de que todo el mundo se muriera ya aquí solamente se hablaba de muertos y más muertos. Y abuela era la primera en estar haciendo cruces en todos los rincones. Pero cuando las cosas se pusieron malas de verdad fue cuando a Celestino le dio por hacer poesías. ¡Pobre Celestino! Yo lo veo ahora, sentado sobre el quicio de la sala y arrancándose los brazos.

¡Pobre Celestino! Escribiendo. Escribiendo sin cesar, hasta en los respaldos de las libretas donde el abuelo anota las fechas en que salieron preñadas las vacas. En las hojas de maguey y hasta en los lomos de las yaguas, que los caballos no llegaron a tiempo para comérselas.

Escribiendo. Escribiendo. Y cuando no queda ni una hoja de maguey por enmarañar. Ni el lomo de una yagua. Ni las libretas de anotaciones del abuelo: Celestino comienza a escribir entonces en los troncos de las matas.

«Eso es mariconería», dijo mi madre cuando se enteró de la escribidera de Celestino. Y ésa fue la primera vez que se tiró al pozo.

«Antes de tener un hijo así, prefiero la muerte.» Y el agua del pozo subió de nivel.

¡Qué gorda era entonces mamá! Sí que era gorda. Y el agua, al ella zambullirse, subía y subía. ¡Si tú hubieras visto!: yo fui corriendo al pozo y pude lavarme las manos en el agua, y, sin inclinarme casi, bebí, estirando un poco el cuello. Y luego empecé a beber utilizando las manos como si fueran jarros. ¡Qué fresca y qué clara estaba el agua! A mí me encanta mojarme las manos y beber en ellas. Igual que hacen los pájaros. Aunque claro, como los pájaros no tienen manos, se la toman con el pico... ¿Y si tuvieran manos y fuéramos nosotros los equivocados?... Yo no sé ni qué decir. Como las cosas en esta casa andan tan mal: yo no sé, a la verdad, ni en qué pensar. Pero, de todos modos, pienso. Pienso. Pienso... Y ya Celestino se me acerca de nuevo, con todas las yaguas escritas bajo el brazo, y los lápices de carpintería clavados en mitad del estómago.

-¡Celestino! ¡Celestino!
-¡El hijo de Carmelina se ha vuelto loco!
-¡Se ha vuelto loco! ¡Se ha vuelto loco!
-Está haciendo garabatos en los troncos de las matas.
-¡Está loco de remate!
-¡Qué vergüenza! ¡Dios mío! ¡A mí nada más me pasan estas cosas!
-¡Qué vergüenza!

Fuimos al río. Las voces de los muchachos se fueron haciendo cada vez más gritonas. A él lo sacaron del agua y le dijeron que se fuera a bañar con las mujeres. Yo salí también detrás de Celestino y entonces los muchachos me cogieron y me dieron ocho patadas contadas: cuatro en cada nalga. Yo tenía deseos de llorar. Pero él lloró también por mí.

Y nos cogió la noche en mitad del potrero. Así, de pronto, llega la noche en estos lugares. Cuando menos uno se lo imagina, nos sorprende. Nos envuelve, y luego no se va. Casi nunca aquí amanece. Aunque, desde luego, mucha gente dice que sale el sol. Yo también lo digo de vez en cuando. De vez en cuando. De vez en cuando. De...


De: Celestino antes del alba en Antes que anochezca
Tusquets Editores



En los últimos años de su vida, al descubrir que en la geografía no existe un lugar para él y, consciente de su cuerpo indeseable, viejo y gastado por la enfermedad, Arenas se traslada al espacio del texto para reclamarlo como su hábitat, su única posibilidad de traspasar las fronteras geográficas y físicas. Para revivirse e inventarse decide, a través de Antes que anochezca, regresar a la geografía del pasado (Cuba) y a la historia de su cuerpo. Para el escritor cubano la literatura se convierte en lo que Gilles Deleuze llama "una iniciativa de salud"(1993), es decir, la invención de un tiempo y un espacio que falta. Ante el vacío del propio cuerpo, confrontando en el exilio la fatiga y el desprecio por un territorio completamente ajeno, el texto como recuperación del pasado es intersticio donde oculta la decadencia del cuerpo.

De: Reinaldo Arenas: El exilio y el SIDA escritos sobre un cuerpo - Margarita María Sánchez
En: https://pendientedemigracion.ucm.es


jueves, 16 de julio de 2015

“La esencia misma de la literatura es la guerra entre la emoción y el intelecto, entre la vida y la muerte. Cuando la literatura se convierte en demasiado intelectual - cuando comienza a ignorar las pasiones, las emociones - se vuelve estéril, tonta, y en realidad sin sustancia”.- Isaac Bashevis Singer

14 de julio de 1904- Polonia
Escritor.
Defensor del vegetarianismo.


LA NIEVE DE CHELM


Chelm era una aldea de tontos: tontos jóvenes y tontos viejos. Una noche alguien espió a la luna, que se reflejaba en un barril de agua. La gente de Chelm imaginó que había caído allí. Sellaron el barril para que la luna no se escapara. Cuando a la mañana destaparon el barril y comprobaron que la luna ya no estaba allí, los aldeanos concluyeron que había sido robada. Llamaron a la policía, y, cuando el ladrón no pudo ser hallado, los tontos de Chelm lloraron y gimieron.
De todos los tontos de Chelm, los más famosos eran los siete ancianos. Como eran los tontos más rematados y más viejos, gobernaban en Chelm. De tanto pensar, tenían las barbas blancas y las frentes muy anchas.
Una vez, durante toda una noche de Hannukkah, la nieve no cesó de caer. Cubrió todo Chelm como un manto de plata. La luna brilló, las estrellas titilaron, y la nieve relució como perlas y diamantes.
Esa noche los siete ancianos estaban sentados y reflexionando, mientras arrugaban sus frentes. La aldea necesitaba dinero, y no sabían cómo obtenerlo. De repente, el más anciano de ellos, Groham el Gran Tonto, exclamó:
–¡La nieve es plata!
–¡Veo perlas en la nieve! –gritó otro.
–¡Y yo veo diamantes! –agregó un tercero.
Para los ancianos de Chelm estaba claro que había caído un tesoro del cielo.
Pero pronto comenzaron a preocuparse. A la gente de Chelm le gustaba caminar, y ciertamente terminarían por pisotear el tesoro. ¿Qué se podía hacer? El tonto Tudras tuvo una idea.
–Enviemos un mensajero que golpee en todas las ventanas y comunique a todos que deben permanecer en sus casas hasta que se hayan recogido la plata, las perlas y los diamantes.
Durante un rato los ancianos quedaron satisfechos. Se restregaron las manos y aprobaron la astuta idea. Pero entonces Lekisch el memo hizo notar con aflicción:
–El mensajero mismo pisoteará el tesoro.
Los ancianos comprendieron que Lekisch tenía razón, y otra vez arrugaron las frentes en un esfuerzo por solucionar el problema.
–¡Ya lo tengo! –exclamó Shmerel el Buey.
–Dinos, dinos –rogaron los ancianos.
–El mensajero no debe ir a pie. Debe ser transportado sobre una mesa, para que sus pies no toquen la preciosa nieve.
Todos quedaron encantados con la solución de Shmerel el Buey, y los ancianos, batiendo palmas, admiraron su sabiduría.
Los ancianos enviaron inmediatamente a alguien a la cocina a buscar a Gimpel, el chico de los recados, y lo pusieron sobre una mesa. Y ahora ¿quién habría de transportar la mesa? Fue una suerte que en la cocina estuvieran Treitle el cocinero, Berel el pelador de patatas, Yukel el mezclador de ensaladas, y Yontel, que cuidaba a la cabra de la comunidad. Se les ordenó a los cuatro que llevaran la mesa en la que Gimpel se había puesto de pie. Cada uno sostuvo una pata. Arriba estaba Gimpel con un martillo de madera, para golpear en las ventanas de los aldeanos. Entonces salieron.
En cada ventana Gimpel golpeaba y decía:
–Nadie debe salir de casa esta noche. Ha caído un tesoro del cielo y está prohibido pisarlo.
La gente de Chelm obedeció a los ancianos y permaneció en sus casas durante toda la noche. Entretanto los propios ancianos se sentaron, tratando de imaginar cómo harían mejor uso del tesoro, una vez que lo recogieran.
El tonto Tudras propuso que lo vendieran y compraran una gansa que pusiera huevos de oro. Así la comunidad tendría unos ingresos fijos. Lekisch el memo tuvo otra idea. ¿Por qué no comprar anteojos que hicieran parecer más grandes todas las cosas a los habitantes de Chelm? Las casas, las calles y las tiendas parecerían más grandes, y desde luego, si Chelm parecía más grande, pues entonces sería más grande. Ya no sería una aldea, sino una gran ciudad.
Surgieron otras ideas igualmente ingeniosas. Pero mientras los ancianos sopesaban sus diversos planes, llegó la mañana y brilló el sol. Miraron por la ventana y, caramba, vieron que la nieve había sido pisoteada. Las pesadas botas de los porteadores de la mesa habían destruido el tesoro.
Los ancianos de Chelm se acariciaron sus blancas barbas y admitieron que habían cometido un error. ¿Quizás, razonaron, otras cuatro personas debían haber llevado a los cuatro hombres que llevaron la mesa en la que estaba Gimpel, el chico de los recados?
Tras largas deliberaciones los ancianos decidieron que, si durante el próximo Hannukkah llegaba a caer otro tesoro del cielo, eso era exactamente lo que habrían de hacer.
Aunque los aldeanos se quedaron sin tesoro, estaban llenos de esperanzas para el año siguiente y elogiaron a los ancianos, con quienes sabían que se podía contar para encontrar una solución, por muy difícil que fuera el problema.



De: http://narrativabreve.com














“En relación con los animales, toda la gente es nazi;
 
para los animales, esto es un eterno Treblinka”


miércoles, 15 de julio de 2015

“Nadie te dará fuerzas para entrar en la noche”.- Natalia Levi o Natalia Ginzburg

14 de julio de 1916- Italia
Escritora y política.

Los zapatos rotos


Yo llevo rotos los zapatos y la amiga con la que vivo en este momento también lleva rotos los zapatos. Si le hablo del tiempo en que yo seré una vieja escritora famosa, ella inmediatamente me pregunta: «¿Qué zapatos llevarás?» Entonces yo le digo que llevaré zapatos de gamuza verde, con una gran hebilla de oro a un lado.
Yo pertenezco a una familia en la que todos llevan zapatos buenos y nuevos. Mi madre, incluso, tuvo que encargar que le hicieran un armarito especial para guardar los zapatos: tantos eran los que tenía. Cuando vuelvo con ellos, lanzan gritos de indignación y de dolor a la vista de mis zapatos.
Pero yo sé que también con los zapatos rotos se puede vivir. En el período alemán me encontraba aquí, en Roma, sola, y no tenía más que un par de zapatos. Si se los hubiera enviado al zapatero, me habría tenido que quedar dos o tres días en la cama, cosa que no me era posible. Por tanto, seguí llevándolos y, para colmo, llovió: notaba cómo se iban deshaciendo lentamente, cómo se volvían blandos e informes, y sentía el frío del empedrado en las plantas de los pies. Es por eso por lo que también ahora llevo siempre los zapatos rotos: me acuerdo de aquellos y no me parecen ya tan rotos por comparación, y cuando tengo dinero prefiero gastarlo en otra cosa, porque los zapatos no son ya para mí algo esencial. Fui mimada al principio por la vida, siempre rodeada de un afecto tierno y vigilante, pero aquel año en Roma estuve sola por primera vez, y por eso Roma me es tan querida, aunque está cargada de historia para mí, cargada de recuerdos angustiosos y de algunas pocas horas dulces. También mi amiga lleva los zapatos rotos, y por eso nos sentimos a gusto juntas. Mi amiga no tiene a nadie que le reproche los zapatos que lleva; sólo tiene un hermano que vive en el campo y que se pasea con botas de cazador. Ella y yo sabemos lo que pasa cuando llueve y las piernas están desnudas y mojadas, y en los zapatos entra el agua, y se produce ese pequeño rumor a cada paso, esa especie de chapoteo.
Mi amiga tiene una cara pálida y viril, y fuma en una boquilla negra. Cuando la vi por primera vez, sentada a una mesa, con sus gafas de montura de tortuga y su rostro misterioso y desdeñoso, con su boquilla negra entre los dientes, pensé que parecía un general chino. Entonces no sabía que llevaba los zapatos rotos. Lo supe más tarde.
Nos conocemos sólo desde hace unos meses, pero es como si nos conociéramos desde hace muchos años. Mi amiga no tiene hijos; yo, por el contrario, sí los tengo, y esto es extraño para ella. Jamás los ha visto sino en fotografías, pues viven en provincias con mi madre, y también el que ella no haya visto jamás a mis hijos resulta extrañísimo entre nosotras. En cierto sentido, ella no tiene problemas, puede ceder a la tentación de mandarlo todo a freír espárragos; yo no puedo. Así pues, mis hijos viven con mi madre, y hasta ahora no llevan los zapatos rotos. Pero ¿cómo serán de hombres? Quiero decir: ¿qué zapatos llevarán de hombres? ¿Qué camino elegirán para sus pasos? ¿Decidirán excluir de sus deseos todo lo que es agradable pero no necesario, o afirmarán que todas las cosas son necesarias y que el hombre tiene derecho a llevar los pies dentro de zapatos buenos y nuevos?
Mi amiga y yo hablamos largamente de esto, y de cómo será el mundo entonces, cuando yo sea una vieja escritora famosa y ella vaya por el mundo con su mochila a la espalda, como un viejo general chino, y mis hijos vayan por su camino, con los zapatos nuevos y buenos y el paso firme de quien no renuncia, o con los zapatos rotos y el paso largo e indolente de quien sabe lo que no es necesario.
A veces combinamos matrimonios entre mis hijos y los hijos de su hermano, el que se pasea por el campo con botas de cazador. Hablamos de estas cosas hasta muy entrada la noche y bebemos té negro y amargo. Tenemos un colchón y una cama, y cada noche echamos a cara o cruz para ver cuál de las dos dormirá en la cama. Por la mañana, al levantarnos, nuestros zapatos rotos nos esperan sobre la alfombra.
Mi amiga dice a veces que está harta de trabajar y que le gustaría mandarlo todo a freír espárragos. Quisiera encerrarse en una taberna para beberse todos sus ahorros, o bien meterse en la cama y no volver a pensar en nada y dejar que vengan a cortarle el gas y la luz, dejar que todo se vaya a la deriva poco a poco. Dice que lo hará cuando yo me marche. Porque nuestra vida en común durará poco: yo me marcharé pronto y volveré a casa de mi madre, con mis hijos, una casa en la que no me estará permitido llevar los zapatos rotos. Mi madre me cuidará, me impedirá usar alfileres en vez de botones y escribir hasta las tantas de la noche. Y yo, a mi vez, cuidaré a mis hijos, venciendo la tentación de mandarlo todo a freír espárragos. Volveré a ser grave y maternal, como siempre me ocurre cuando estoy con ellos, una persona distinta de esta de ahora, una persona a la que mi amiga no conoce en absoluto.
Miraré el reloj y tendré en cuenta la hora, estaré vigilante y atenta en todas las cosas, y me preocuparé de que mis hijos tengan los pies siempre secos y calientes, porque sé que así debe ser si se puede, al menos en la infancia. Más aún, acaso, para aprender luego a andar con los zapatos rotos, es conveniente llevar los pies secos y calientes cuando se es niño.


De: apuntesdelechuza.files.wordpress.com



 “Hasta leer resulta difícil hoy en la América latina. Es natural. En un mismo país hay dos mundos, el primero, cada vez más pequeño y más rico, y el tercero, cada vez más pobre y numeroso."
Natalia Ginzburg