sábado, 24 de enero de 2015

Una mujer que escribe es considerada como “un monstruo con tinta en sus venas”- Edith Wharton

24 de enero de 1862- Estados Unidos
Escritora y diseñadora.
Primera mujer doctorada en Letras en la Universidad de Yale.

Wharton nació durante la guerra civil americana, y creció en un selecto segmento de la clase alta neoyorquina, el más cercano a la aristocracia europea, por lo que siempre estuvo expuesta a esa sociedad dominada por los nuevos ricos y millonarios, que pueblan sus novelas. Antes de los cinco años, viajó con sus padres a Europa, donde viviría seis años, y tras su matrimonio con Edwards Robin Wharton a los 23 años, también pasaría parte de cada año en Europa: en Italia primero y en París después, donde se estableció en 1907, y donde viviría rodeada de princesas y duquesas, novelistas, historiadores y pintores, hasta su muerte treinta años después. Sin embargo, Edith Wharton no fue una mujer feliz. Durante su infancia solitaria, entre una madre artificial y un padre distante, su fuerte entusiasmo literario asombraba a su familia y a su círculo de amigos nada intelectuales o imaginativos. Su matrimonio de conveniencia con un hombre de buena familia, mucho mayor que ella, fue un error que acabaría en divorcio 20 años después, y  aunque Wharton empezó a publicar a los 29 años, siempre estuvo dividida entre las demandas sociales de su vida privada y sus ambiciones literarias, que la convertían en una extraña dentro del mundo de su marido.

La obra de Wharton marca un momento en la ficción norteamericana en el que las transiciones sociales del siglo hicieron posible que la novela costumbrista europea  encontrara su expresión en los Estados Unidos. Nacida y educada en el Nueva York patricio, ese fue el mundo que más directamente conocía y que más inspiró la crítica de sus novelas. La tragedia que explora en sus novelas parte del sentimiento de confinamiento social y sexual de sus protagonistas, y de la discrepancia entre la civilización y las hostiles leyes sociales y económicas que sólo favorecen a los privilegiados.

Acaso sea Wharton la historiadora social más perspicaz de la literatura norteamericana; poseedora de un talento semejante al de Henry James para manipular el sentido del lugar; es decir, para presentarlo como una realidad dramática y moral palpable. Su gran tema, por lo demás, es la interacción entre el cambio social y la vida individual empobrecida o en paulatina tribulación.

De: Liceus-Portal de Humanidades.com