La literatura tiene un doble sentido y una doble raíz: nace de una contemplación pura y artística, de una tendencia desinteresada hacia el arte, pero al mismo tiempo constituye también una batalla privada entre el autor y los hombres, un instrumento de su lucha por una existencia espiritual. Es un asunto que madura en soledad, es un crear por crear; pero, al mismo tiempo, también es un asunto social, un imponerse a la gente. […]
Y el cuadro completo de la
creación sólo lo tendremos cuando veamos al autor en estas dos dimensiones:
como artista desinteresado y objetivo, y como hombre que lucha por sí mismo
entre otros hombres.
Diario, 1955
Al fin y al cabo, me importa mi
arte y el arte necesita sangre noble y caliente; el arte y la rebelión son
prácticamente lo mismo. Soy revolucionario porque soy artista y en la medida en
que lo soy; todo este proceso milenario del que provengo, poblado de nombres
como Rabelais o Montaigne, Lautréamont o Cervantes, ha sido una continua
instigación a la rebeldía, una vez en forma de callado murmullo, otra como una
explosión a voz en cuello.
Diario, 1956
El arte es aristocrático hasta la
médula de los huesos, como un príncipe de sangre. Es negación de la igualdad y
adoración de la superioridad. Es cuestión de talento o incluso de genio, es
decir de supremacía, de eminencia, de excepcionalidad; es también
jerarquización severa de los valores, crueldad ante lo mediocre, elección y
perfeccionamiento de lo excepcional, insustituible; es, finalmente, cultivo de
la personalidad, de la originalidad, de la individualidad.
Diario, 1960
Witold
Gombrowicz 4 de agosto de 1904- Polonia Huyendo de los nazis, permaneció 23 años en Argentina. Hoy se revaloriza su aporte como trascendental para la literatura del país hermano. |
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