El narrador:
donairoso, dice las cosas con gracia,
artista del labio y de la boca.
El buen narrador:
de palabras gustosas, de palabras alegres,
flores tiene en sus labios.
En su discurso las consejas abundan,
de palabra correcta, brotan flores de su boca.
Su discurso: gustoso y alegre como las flores;
De él es el lenguaje noble y la expresión cuidadosa.
El mal narrador:
Lenguaje descompuesto,
Atropella las palabras;
Labio comido, mal hablado.
Narra cosas sin tino, las describe,
Dice palabras vanas, no tiene vergüenza.
Poema Náhuatl, en
el Códice Matritense de la Real Academia, fol.122.
En: Miguel León
Portilla (1978), Literatura del México Antiguo, Caracas, Biblioteca Ayacucho,
Nº 28.