Soy una voz que canta en amplias, despobladas llanuras,
donde no escucha oreja alguna, donde no hay tornavoces.
Soy una llama que se escapa sobre el mar en las noches
negras,
un fuego antojadizo que se disipa enseguida en la oscuridad;
junto a mi
[madre.
Soy una hoja vagabunda en un amplio espacio otoñal,
mi vida es un juego en el grupo de todos los vientos.
Si me paro sobre una montaña, si me asfixio en un agujero,
no lo sé, ni me importa, ni lo puedo evitar.
De “Flora y Pomona y otros Poemas”; Biblioteca Premios
Nobel.
Ediciones Rueda.
En: www.vorem.com
20 de julio de 1864- Suecia Poeta y docente. |
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