sábado, 14 de diciembre de 2013

“La soledad de los poetas, hoy día, se deshace. Vemos que son hombres entre los hombres, y que tienen hermanos”- Paul Éluard

Eugène Grindel
14 de diciembre de 1895 -  Francia
Activista artístico y político

A medianoche                     


Se abren puertas se descubren ventanas
Un fuego se enciende y me deslumbra
Todo se decide encuentro
Criaturas que yo no he deseado.

He aquí el idiota que recibía cartas del exterior
He aquí el anillo precioso que él creía de plata
He aquí la mujer charlatana de cabellos blancos
He aquí la muchacha inmaterial
Incompleta y fea bañada de noche y de miseria
Cargada de absurdas plantas silvestres
Su desnudez su castidad sensibles de cualquier parte
He aquí el mar y barcos sobre mesas de juego
Un hombre libre otro hombre libre y es el mismo
Animales exaltados ante el miedo con máscara de barro
Muertos prisioneros locos todos los ausentes.

Pero tú por qué no estás aquí tú para despertarme

De "La vie immédiate" 1932



Bella y semejante


Un rostro al fin del día
Una cuna entre las hojas muertas del día
Un ramo de lluvia desnuda
Todo Sol oculto
Toda fuente de los espejos en el fondo del agua
Todo espejo de los espejos rotos
Un rostro en las balanzas del silencio
Un guijarro entre otros guijarros
Por las frondas de los últimos resplandores del día
Un rostro semejante a todos los rostros olvidados.

Versión de Rosamel del Valle


La enamorada


Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.

Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar  reír
Y hablar sin tener nada que  decir...

Versión de Andrés Holguín



Carta de amor de Paul Eluard a Gala (1930)

Domingo

Mi Gala, porque no podría vivir si no fueras mía. Pienso incesantemente en ti, pero te echo de tal forma de menos que si tuviera dinero me iría a vivir al hotel. No sabes, te sería difícil hacerte una idea de la atmósfera de este apartamento que en verdad quise para ti y que tan poco has vivido y en invierno. Y los alrededores, la esquina de la calle que hemos doblado juntos, todo lo que he soñado: dónde llevarte, tus vestidos, tu placer, tu sueño, tus ensueños, todas las torpezas que he cometido, todo lo que deseaba reparar.
Todo es siniestro, todo es horrendo. En mí la idea de la muerte se mezcla más y más con la del amor. Te creo perdida. ¿Por qué estás tan lejos? Hace diecisiete años que te amo y tengo todavía 17 años. Todavía no he hecho nada y no veo más porvenir que a los 17 años. Hoy la idea de la desdicha ha nacido con el amor por ti, sin salud. No sé discernir mejor que otras veces lo que hace falta para conservarte, para tenerte, para que me ames del todo. ¿Por qué estás tan lejos? El hecho de no recibir el telegrama que te pedí durante cinco días me había trastornado espantosamente. Y cuando anoche recibí el telegrama me quedé como un estúpido, ya no me aportaba nada. Me dejaba todo mi pesar, todo mi tormento imbécil.
Si supieras cuánto deseo verte, cuánto me gustaría tenerte conmigo como te tuve el año pasado en Cannes. Sé muy bien que no puedo retenerte, que la abominación de la vida en común no es para nosotros, pero siento como si hiciera años que no te tengo. Y he perdido el gusto por la vida, por los paseos, el sol, las mujeres. Sólo he conservado el sabor amargo y terrible del amor.
Pero no te entristezcas. Tenía, ya ves, que decirte todo esto. Ya te he escrito dos cartas pesimistas y no las he echado. Pero no debo callar, o estoy irremediablemente perdido.
Cécile tiene escoliosis (desviación de la columna vertebral). No es grave, siempre que se cuide mucho. El otro día fui con ella al cine y me impresionó mucho su melancolía, su debilidad. Entonces insistí en que fuera enseguida al médico. Evidentemente, tendré que vender la casa a cualquier precio, o hipotecarla. Porque tiene que ir a Suiza a reposar unos meses. Esperaba vender a Noailles el Picasso de Pierre , pero entre ese personaje y yo ya no hay nada que hablar. La Galería Goemans está cerrada. Keller , Ratton, etc... nada que hacer. Los objetos y los cuadros son invendibles, incluso a bajo precio.
Y lo peor es que no puedo ir a verte. Es demasiado caro. He pagado al carpintero. Pierre quiere que le pague sus 23 000 f, pero no quiero darle ni un céntimo. Tendrá que aceptar objetos o le devolveré el Picasso. Vendo libros. De momento es lo que más da. Sobre todo nuestros libros. Tu ejemplar de Au défaut du silence, por ejemplo, vale muy caro. A Breton le ofrecen 10 000 frs por tu ejemplar en china n.° 1, encuadernado por Legrain con documentos, Los campos magnéticos. Etc... Mi colección de «Littérature» puedo venderla por 5 ó 6 000. Entiéndeme bien, mi niña hermosa, mi niña querida de ojos y sexo siempre nuevos, en todas estas cuestiones de dinero lo único que me mata es no poder ir a Málaga. Estar inmovilizado por eso, cuando tan alto es mi tormento amoroso. Y tenemos tantas cosas: sociedad, casa, objetos, cuadros, etc...

Si pudiera estrecharte entre mis brazos volvería a ser el que he sido para ti en algunos momentos. Te adoro, sólo tú existes desde toda la eternidad. Maiakovski se suicidó por penas de amor, por una mujer que se ha casado con un diplomático polaco. Pero en la carta que ha dejado no dice una sola palabra sobre esta mujer, y a su mujer, a la hermana de Ella, le dice «Lili, ámame». Lloré al leerlo. Tú lo sabes.
Crevel, nuestro desdichado amigo, está en París, más trágico que nunca. Tiene el costado espantosamente disminuido. Escríbele a Rue Becquerel. No sé bien sus señas. Ivonne Georges ha muerto. Cahen, el arquitecto encargado de mi casa, ha muerto. Noll está agotado. Creo que no volveremos a verle. La mujer que vivía con Breton se ha ido pretextando que es una mujer y no una niña.
Ella está peor que nunca, desmoralizada por el suicidio de Maiakovski. Le ha dado su smoking a Char, que es exactamente de la misma talla. ¿Habéis recibido los libros de Char? En caso afirmativo, dale las gracias diciéndole que te han tardado mucho en llegar. Aún vive conmigo, encantador pero terriblemente sombrío. Voy continuamente al cine, solo, por la oscuridad. Espero enviarte Ralentir travaux un día de estos. Es un libro que está muy bien, pero bastante triste. Mi pequeña Gala, hermosa, querida mía, maia dorogaia, mi pequeña, mi amor, me muero de estar sin ti.
Paul



De: cartasenlanoche.blogspot.com



Libertad

Sobre mis cuadernos de colegial
Sobre el pupitre y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre

Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas en blanco
Piedra, sangre, papel o ceniza
Escribo tu nombre

Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los belicosos
Sobre la corona de reyes
Escribo tu nombre

Sobre la selva y el desierto
Sobre los nidos sobre las retamas
Sobre el eco de mi infancia
Escribo tu nombre

Sobre las maravillas de las noches
Sobre el pan blanco de los días
Sobre las temporadas desposadas
Escribo tu nombre

Sobre todos mis trapos de azul
Sobre el estanque sol enmohecido
Sobre el lago luna viva
Escribo tu nombre

Sobre los campos sobre el horizonte
Sobre las alas de los pájaros
Y sobre el molino de las sombras
Escribo tu nombre

Sobre cada soplo de aurora
Sobre el mar en los barcos
Sobre la montaña lunática
Escribo tu nombre

Sobre la espuma de las nubes
Sobre los sudores de la tormenta
Sobre la lluvia gruesa e insípida
Escribo tu nombre

Sobre las formas que centellean
Sobre las campanas de los colores
Sobre la verdad física
Escribo tu nombre

Sobre las sendas despertadas
Sobre las carreteras desplegadas
Sobre los lugares que desbordan
Escribo tu nombre

Sobre la lámpara que se enciende
Sobre la lámpara que se apaga
Sobre mis casas reunidas
Escribo tu nombre

Sobre el fruto cortado en dos
Espejo y mi habitación
Sobre mi cama vacía
Escribo tu nombre

Sobre mi perro codicioso y tierno
Sobre sus orejas elaboradas
Sobre su pierna torpe
Escribo tu nombre

Sobre el trampolín de mi puerta
Sobre los objetos familiares
Sobre el mar del fuego bendito
Escribo tu nombre

Sobre toda carne concedida
Sobre la frente de mis amigos
Sobre cada mano que se tiende
Escribo tu nombre

Sobre el cristal de las sorpresas
Sobre los labios atentos
Bien sobre el silencio
Escribo tu nombre

Sobre mis refugios destruidos
Sobre mis faros aplastados
Sobre las paredes de mi problema
Escribo tu nombre

Sobre la ausencia sin deseos
Sobre la soledad desnuda
Sobre las marchas de la muerte
Escribo tu nombre

Sobre la salud vuelta de nuevo
Sobre el riesgo desaparecido
Sobre la esperanza sin recuerdos
Escribo tu nombre

Y por el poder de una palabra
Reinicio mi vida
Nací para conocerte
Para nombrarte
Libertad


De: AmediaVoz.com