jueves, 10 de abril de 2014

Como todo delito de lesa humanidad, el genocidio de Salsipuedes es imprescriptible.

Bernardino García, bisnieto del Cacique Sepé.
Fuente: debellaunionparaelmundo.blogspot.com
(recomendamos visitarlo)


Fragmento de:
Ideólogo de Salsipuedes (11 de abril de 1831)
Nelson Caula


La otra cara de la luna


    Si Fructuoso Rivera ostenta la doble condición de autor material e intelectual del genocidio de la Nación Charrúa a partir de la masacre de Salsipuedes el 11 de abril de 1831 y comparte la primer responsabilidad con "Bernabelito" Rivera, Laguna, el porteño Lavalle y el brasilero Rodríguez Barbosa, sin descuidar la presencia en la misma vanguardia del entonces joven capitán Venancio Flores; en la segunda, le valen prendas a José Catalá y Codina. Es éste, el lado oscuro de la luna de su personalidad.
    En tanto el estanciero y hombre de los círculos financieros y navales, el ya mencionado Diego Noble, juntaba los fondos necesarios para el operativo entre sus pares y ¡vaya casualidad!, expande sus propiedades por "puntas del Queguay" y "Costa de Salsipuedes", según documentación que él mismo firma en enero de1830; el brasileño José Canto crea el clima desde su estancia salteña y toda aquella caterva urbana del "gobierno independiente" se relame ansiosa esperando el golpe del "Presidente-General"; Catalá y Codina recorre todo el espinel funcional fomentando el exterminio: ideólogo, instigador, alentador y hasta simple manijero.
   
         Basta repasar algunos párrafos de 13 de sus cartas -prácticamente inéditas- enviadas al Vicepresidente Gabriel Pereira:
    
         1) Diciembre 15 de 1830, desde "Sandú":
     "Cómo esta va por mano de su tio... me provoca á hablarle con más claridad que en las que escribo por otros conductos no tan seguros... Todos estos males y las desgracias que acontecen á los habitantes y transeúntes de esta campaña se remedian 1º. estacionando en este Departam.to una fuerza de150 homb.s de Caballería que persiga hasta esterminar á los malvados y cuadreros, dando proteccion decidida á las propiedades y a las haciendas 2º.fijando aqui la residencia de un justo y severo Juez de  instancia que substancie las causas criminales semimilitarmente, y que les haga ejecutar en la plaza de Paisandu 3º. un Gefe politico (si es que signe el actual sistema de policia) activo... y decididamente adicto ál actual orden de cosas 4º. siendo como es notorio que entre ese puñado de Charruas se ha abrigado un numero considerable de asesinos y ladrones, y que estos son los motores y factores de las incursiones, robos y asesinatos que se cometen bajo el nombre de Charruas, que el Gob. Pida en Sesion secreta a las Camaras autorización por q.e á el le está cometida la tranq.d interior del Estado; y que este golpe sea dado con tanto secreto q.e nadie lo trasluzca ni aun los mismos que van a egecutarlo, sino en el mismo momento de darlo". Considera "este golpe tan necesario al fomento de la ganadería" y da a entender que el Departamento no termina de poblarse "por la sola causa de (los) espresados indios".

   "Esta carta -opina con gran razón Eduardo Acosta y Lara- puede haber ejercido mucha influencia en el Gobierno". Toda ella indudablemente, desde lo secreto del “golpe” en extremo hasta la manera de ir ordenando la campaña a sangre y fuego.
    En realidad los derechos de autor del "secreto", la artimaña, la engañifa o como se la quiera llamar, le corresponden a uno de los más inflamados enemigos de Artigas, el "triunviro" director porteño Manuel de Sarratea. Coherente con su odio antiartiguista le manda a Carranza un "Muy reservado" correo el 10 de octubre de¡1812!, teniendo documentada "la mala fée y perversas intencion.s de los Indios Charrúas, á cuya cabeza marchan caciq.s sospechosos, en union con facciosos, y criminales, y debiendo a toda costa consultar la segurid.d de los vecinos... he hallado... conveniente... cortar de Raiz esta planta venenosa... Procurará U. convidar p.a un día determinado a los Caziques principalm.te, sus muger.s, quantos se puedan de ellos, á una func.on q.e se celebre en Paysandu, ofreciendoles yerba, tabaco, y aguardiente á fin de atraerlos mas cuyos renglones hará U. pedir al coron.l D.n Dom.o French... Entre la embriagues, y festejos, teniendo á prevencion tropa apostada, se hechará U. sobre todos ellos, y sus mugeres, acabando á los q.e se resistan; y escoltados suficientem.te los hará venir... á este Quartel General". Sarratea -por más que otras fueran las trampas utilizadas en Salsipuedes y quizás menos sanguinarias- ya sabía en 1812 lo mismo que Catalá y Codina casi un par de décadas más tarde: que en una batalla real lo más probable es que se quedaran sin contar la historia.

    "En el año 1830 -testimonió el Sargento Mayor Benito Silva- perseguidos unos 60 charrúas por 300 brasileros avecinados en el país, en la costa del Mataojo, empezaron a dispararles piedras con sus hondas y fueron éstas también dirigidas, que los brasileros fueron corridos, y dejaron toda la caballada a los charrúas".
    Domingo French -nombrado por Sarratea- fue parte de aquel grupo de exiliados porteños en Baltimore que entusiasmó a Catalá y Codina para su viaje a estas tierras. Quizás allí tuvo la primera lección sobre la mejor manera de relacionarse con los indios "infieles". Como en los tiempos de Sarratea, el mismo departamento de Paysandú era el elegido para la "limpieza" y no deja de ser importante la precisión -sesgo de honestidad al fin y al cabo- que Catalá y Codina hace cuando afirma que toda acusación se hace bajo el nombre de charrúas.

    Tenía la más formal amistad de Rivera
    
         2) Enero 23 de 1831, desde Sandú”:
    "Con la llegada de nuestro Presidente todo va tomando vida y vigor. Ya van aprendidos mas de cincuenta criminales; y tengo toda seguridad de que dentro de 15 dias quedará limpio todo este vasto Departam.to de mas de mil vagos, ladrones, y forajidos que se contienen en él, ya en las cuereadas, y ya incorporados a los Charruas; asi... nos veremos libres de estos enemigos capitales de nuestras haciendas y de la prosperidad del pais".

    Son los indios, reducto de los vagos y ladrones que impiden el fomento de la ganadería de los hacendados y por ende la prosperidad del país.
    Es de imaginar como caerían estas ideas en la cabeza de "nuestro Presidente" y su banda siempre predispuesta a lo punitivo armas en mano. Sustento justificativo de la atrocidad imposible de superar. Provenían nada más y nada menos de quien consideraban el ¡primer reformador de la enseñanza oriental!, la que todos aquellos patricios devotos de la "ilustración" querían para sus hijos, el que ya había sembrado colegios en San Carlos, Rocha, Soriano, Santa Lucía, Salto, Víboras, Vacas, San Salvador, Las Piedras y uno para la formación de maestros lancasterianos en Montevideo. Todavía en 1840 "Unos jóvenes orientales amantes del progreso de las luces en esta República", reimprimen un compendio gramatical suyo del año 22.

    Según el memorialista Antonio Pereira, hijo del ya nombrado Gabriel, "Catalá era un hombre afable, simpático, que a primera vista ya catequizaba. Tenía facilidad de expresión y hablaba con claridad siempre... manejaba la pluma y escribía de política en grande... todos lo querían y con todos simpatizaba, y así se había popularizado".

    Schulkin afirma que "sin tener amistad personal con Rivera apoyó su candidatura en la Villa (de Paysandú), hizo notoria propaganda y gastó hasta el último patacón del menguado peculio, a favor suyo" y que "bastó la primera entrevista para que estrecharan la más formal amistad". Confiesa el mismo Catalá y Codina: "Desde aquel momento me tomó por su bueno y me ha metido en tantos atolladeros que si escapo de unos es casi imposible que no me anegue en otros".
    "Aquella simpatía por el caudillo no tarda en transformarse en la más completa adhesión", agrega el citado autor de la historia sanducera.

     3) Marzo 3 de 1831, desde Sandú”:
    "Por aquí va todo bien. Las partidas del gobierno están limpiando al Departamento de malhechores. El General Laguna que lo tenemos aquí es hombre que lo entiende".

    4) Marzo 30 de 1831, desde Salto:
    "Mucha falta hace una Balandra bien armada y tripulada que se estacione entre Salto Grande y Cuareim para dejar paso al Cuareim, esta nos dejará el paso libre de los mamelucos y veremos si... con sus indios pasan libremente a este lado, hacer sus robos y se ponen en contacto con los charrúas, que no se porqué no han concluido ya con esos treinta o cuarenta malvados que restan y que tantos males ocasionan a este pueblo".
    Como en los "años mozos" de Artigas, por la zona continúa imperando el corambre clandestino, lo que exaspera a quienes pretenden el nuevo monopolio.

    5) Abril 13 de 1831, desde Paisandu”:
    "Anteayer ó ayer era el dia destinado para cargar á los Charruas que estaban reunidos en las puntas del Queguay. Nada sabemos aqui todavia  sobre su resultado... el puesto donde estan dista de aqui cerca de 40 leguas".

    Catalá y Codina, según se aprecia, estaba perfectamente al tanto de los detalles del plan de exterminio. 11 de abril entre el tramo final del Queguay Grande y el Salsipuedes: el día D. Secreto de muchos que no incluye a uno de sus principales mentores.

    6) Junio 23 de 1831, desde Sandú”:
    "Todo está tranquilo por ahora. A ecepcion de los indios Charruas que escaparon entonces. Que han hecho algunas muertes y robado alg.s estancias. Esto que vale poco, los enemigos lo pintan con mucho aumento para minar la opinión del Gob.no, y conviene por lo mismo destruir estos indios á todo costo, porque pueden unirse á ellos los descontentos y darnos que hacer. También es menester socorrer las graves necesidades en que se hallan los de Bella Union, porque nuestros enemigos si tubiesen travesura bastante y valor para gastar en ellos algunos miles de pesos, los harian servir á sus fines. ¿Porque no se manda reunir la milicia de este Departamento á las ordenes de Raña? Esta sola milicia basta para acabar con todos los indios".

    En efecto, apenas puede, ocupado en tantos frentes, el Presidente Rivera la ordena al Teniente Coronel José Raña, el jefe político -en realidad de policía y con las condiciones antes pautadas por Catalá y Codina-, "que la division de milicias del Departamento de Paisandú... se ponga inmediatamente en marcha” para “perseguir” desde los invasores provenientes de Entre Ríos a los "insurgentes de los naturales de Vella Union" y "los restos de Salvajes, que han vuelto á ocupar el mismo Departamento". Finalizando el año 32, Raña inicia lo mandado advirtiendo movimientos "del paradero de los charrúas (por) costas del cuarey, y otros varios arroyos", "unos portugueses q.e entraban al territorio del Estado" y "D. Man.l Lavalleja (que) llegó al (pueblo) Arroyo de la china... con varios of.s y algunos sold.s".

    Tal cual sucedía en el año 12 el peligro vuelven a ser los aliados probables de los charrúas. Esta vez los "descontentos" y los "facciosos" conspiran para coaligarse o ponerse a las órdenes de Lavalleja. A ello se suman los guaraní misioneros traídos por Don Frutos a Bella Unión y abandonados totalmente a su suerte, brutal desgracia en realidad.
    ¿Y si se juntan todos contra el Gobierno? Catalá y Codina alerta y no encuentra mejor solución que prevenir matando a "todos los indios": cristianizados, infieles, de cualquier etnia.
   Fácilmente se ve, que el Presidente acepta los consejos casi al pie de la letra.

    El lazo maestro
    7) Julio 3 de 1831, desde Sandú”:
    "Vienen Laguna y Bernabé y no hay nada que temer".
    Hasta se le puede poner ritmo de milonga.
    Por estas fechas, Bernabé le dice Laguna que los charrúas escapados de Salsipuedes son "mucho más de lo q.e pensamos" y además: "tengo el mayor interes en la conclusion de esta plaga"(SIC). Laguna se toma su tiempo en Paysandú para detallar al presidente Rivera el nuevo plan "para exterminar los salvages que infestan el territorio"(SIC).

    8) Agosto 3 de 1831, desde Paisandu”:
    "Don Bernabé Rivera ocho o dies dias hace que fue contra los indios y el General Laguna que vino despues, está reuniendo gente para el mismo objeto".
    Este mismo día Bernabé recorre minuciosamente la Estancia de José Gervasio Artigas –todavía lo era- en Arerunguá, reducto natural de charrúas y minuanes. "Creo muy difícil... agarrarlos p.r q.e en los montes son peores q.e los gatos", le manda por chasque a Laguna.

    9) Agosto 23 de 1831, desde Sandú”:
    "Viva la Patria.
    ¡Viva el Coronel (Bernabé) Rivera!
    Ya estamos libres de nuestros principales enemigos. El 17 por la madrugada sorprendió á los Charruas el Coronel Rivera en la barra de Mataojo. Seis indios que habian escapado de la refriega los hizo buscar por el Cacique Polidoro quien los trajo al instante. Ni uno solo se ha escapado del lazo maestro que les armó este esperto Gefe. Segun asegura un peon de Canto que estubo entre ellos cuando fue a llevarles reses para comer, son unos cuarenta de pelea, y unos ochenta entre viejos, muchachos, y mugeres. El 18 los conducia D. Bernabé por campo limpio ácia la tropa que fué de Araucho, con direccion á Arerunguá. Sirvase dar de mi parte la enhorabuena á nuestro Amigo el Sor. Presidente para quien debe ser esta noticia muy satisfactoria, porque la existencia de ellos era un volcan contra su credito y persona. Eran estos Charruas un campo de Asilo para los malvados, ladrones, y asesinos y enemigos personales de su Excia. Eran en fin una fuerza que, segun rumores, se pensaba hacer servir para derribar las autoridades constituidas. Ya se les ha acabado á los enemigos de la actual administración la cantinela de los Charruas. Veremos cual otra inventan, porque quietos no han de estar".

    Además de las razones económicas para el exterminio, ahora se suman en el discurso de Catalá y Codina, las políticas: los charrúas eran culpables de todo, los peores subversivos del reino.

    El "lazo maestro" parece responder mucho más al segundo ardid luego de las promesas que Bernabé le hace al Cacique Venado de devolver las familias aborígenes detenidas en Salsipuedes y la inmediata emboscada aniquiladora perpetrada en la Estancia de Bonifacio Benítez, narrada por Manuel Lavalleja sin fecharla, que al ataque perpetrado en Barra del Mataojo, del que sólo da cuenta el propio Bernabé. No habían mayores distancias entre un sitio y otro; obsérvese que Faustino Texera le escribe a Julián Laguna el 22 de agosto que "Correse aqui de positivo que los Salvages se han rendido a discreción, a las fuerzas que... operan a las ordenes de Bernabelito", lo que bien puede ser una manera de interpretar el pacto entre el Cacique y el Coronel, igualmente que en la misma correspondencia en la que Bernabé anuncia su victoria el 24 de agosto indica: "Oy marcho p.a la Est.a de Dn. Bonifacio Benites en el Queguay p.r ser la q.e esta mas inmediata".

    Bernabé ahora en "guerra" contra los caciques guaraní misioneros Comandiyú, Tacuabé y Napacá de Bella Unión, se distrae ante un grupo de charrúas en Yacaré Cururú. Esta vez el que cae en la celada es él. Muere en su ley a manos del Cacique Sepé el 21 de junio de 1832. Cosa ya conocida.

   Por noviembre del 33 Raña culmina la campaña ordenada por Rivera, ideada por Catalá y Codina, reconociendo su fracaso en cuanto "a las disposicion.s de V. E. p.a el exterminio de los Salvajes...", y no sabe como disculparse. El resultado no daba ni para inventar partes sobre batallas inexistentes: "el q.e firma, a pesar del sentimiento q.e lo acompaña por no haver conseguido un objeto de tanta import.a, participa a V. E. no haver conseguido ningun triunfo sobre aquellos a pesar de los muchos exfuerzos que se han practicado con este fin".

    Más que no obtener triunfos recibió una buena paliza: "hallamos la toldería con todos sus tiestos -consignó el entonces Sargento Mayor Ramón de Cáceres-pues los indios y su chusma estaban á caballo sobre los Cerros, empezamos á perseguirlos, y antes de una hora habían todos desaparecido... Serían las dos de la tarde, cuando 22 indios q.e era toda la gente de armas llevar q.e tenian en aquella epoca, se presentaron á 6 cuadras de nuestro campo, provocandonos á la pelea... en mi concepto nada podiamos hacerles... ellos tampoco podian incomodarnos; Pero Raña dijo q.e era una verguenza y se resolvió á perseguirlos... pasaron los indios un arroyo pantanoso, siguieron hasta la cuspide de una cuchilla q.e estaba del otro lado toda minada de tucú tucú y cuando habían pasado los nuestros... y subian medio desordenados á la cumbre... bolvieron cara, dos indios flecheros q.e era toda su infanteria echaron pie a tierra, y cargaron todos con tal brio, y rapidez, q.e trajeron mi guerrilla y agregados enbueltos hasta el arroyo Pantanoso... En un abrir y cerrar de ojos nos habían muerto siete hombres, no habia uno de los de la guerrilla, q.e no tubiese dos ó tres pares de bolas en el caballo ó en el cuerpo. Luna, y Mieres, escaparon milagrosam.te con los caballos boleados; De los indios no murió mas q.e uno, q.e fue el q.e nos hizo el mayor destrozo, y q.e de golozo recibió un balazo... fué este el último encuentro q.e tubimos los cristianos, con esa raza indomita". Como cuando todavía estaban enteros, pocos meses antes de Salsipuedes, en que corrieron a los trescientos brasileros, episodio del cual fue testigo el Sargento Silva.



De: www.chasque.net/ vecinet







Óscar Pozzoli y Nelson Caula,
creadores de la película "13.500".
Fuente: debellaunionparaelmundo.blogspot.com
Además de prolífico autor de investigaciones históricas, Nelson Caula es un periodista cultural de alta solvencia. Invitamos a escuchar su programa El Tunguelé por Radio Uruguay, todas las tardes. Conocimiento, sensibilidad y compromiso garantizados.

La Naturaleza es el único Poder invulnerable.

Gracias a nuestro amigo G+1 Petros Perakis, el poeta Dionysios Solomos con nosotros...





8 de abril de 1798- Zante
Poeta. Considerado el poeta nacional de Grecia.
Autor de Himno a la Libertad, cuyas dos primeras estrofas
fueron incluidas en el Himno Nacional.





Traducción literal


Te conozco por el filo
tan terrible de tu espada,
te conozco por la mirada
que fulminante mide la tierra.
Salida de los huesos
sagrados de los griegos,
y poderosa como antaño,
salve, salve libertad.


De: http://es.wikipedia.org


Intenso como la lágrima de Tersites, tan sagrada como la de los innumerables guerreros anónimos que ofrendaron su finitud al incierto infinito.



Mientras mejoro...