miércoles, 20 de mayo de 2015

"La sangre pisoteada de cientos de estudiantes, hombres, mujeres, niños, soldados y ancianos se ha secado en la tierra de Tlatelolco." - Elena Poniatowska


19 de mayo de 1932- Francia
Periodista, escritora y activista
 nacionalizada mejicana.
"Que 43 jóvenes sean asesinados en esa forma, 
no solo asesinados, fueron quemados en un 
basurero, como basura, como si fueran mierda, 
es una gran vergüenza, personalmente para mí 
y también para el país", dijo Poniatowska 
en un encuentro con periodistas, 
acerca de los estudiantes de Iguala.
"Yo estaba persuadida de que no habría 
otra masacre. Claro, que hay un país (en el que) 
es muy fácil, porque la muerte siempre anda 
muy cerca por la cantidad de armas"

ESTADO DE SITIO


Camino por las grandes avenidas, las anchas superficies negras, las banquetas en las que caben todos y nadie me ve, nadie voltea, nadie me mira, ni uno solo de ellos. Ninguno da la menor señal de reconocimiento. Insisto. Ámenme. Ayúdenme. Sí, todos. Ustedes. Los veo. Trato de imantarlos; nada los retiene, su mirada resbala encima de mí, me borra, soy invisible. Sus ojos evitan detenerse en algo, en cualquier cosa, y yo los miro a todos tan intensamente, los estampo en mi alma, en mi frente; sus rostros me horadan, me acompañan; los pienso, los recreo, los acaricio. Nosotras las mujeres atesoramos los rostros; de hecho, en un momento dado, la vida se convierte en un solo rostro al que podemos tocar con los labios. Ámenme, véanme, aquí estoy. Alerto todas las fuerzas de la vida; quiero traspasar los vidrios de la ventanilla, decir: “Señor, señora, soy yo”, pero nadie, nadie vuelve la cabeza, soy tan lisa como esta pared de enfrente. Debería gritarles: “Su sociedad sin mí sería incompleta, nadie camina como yo, nadie tiene mi risa, mi manera de fruncir la nariz al sonreír, jamás verán a una mujer acodarse en la mesa como lo hago, nadie esconde su rostro dentro de su hombro…señores, señoras, niños, perros, gatos, pobladores del mundo entero, créanme, es la verdad, les hago falta.”
Me gustaría pensar que me oyen pero sé que no es cierto. Nadie me espera. Sin embargo, todos los días tercamente emprendo el camino, salgo a las anchas avenidas, a ese gran desierto íntimo tan parecido al que tengo adentro. Necesito tocarlo, ver con los ojos lo que he perdido, necesito mirar esta negra extensión de chapopote, necesito ver mi muerte.

De noche vienes, México, Grijalbo, 1979.

En: http://narrativabreve.com

En el Silencio, ese perro fiel que aúlla por las calles de mi búsqueda...



Soledad de la reja sola


Soledad de la reja sola
pena negra del crepúsculo.
Soledad de aldaba,
de cerrojo, de candado.
Pena azul de las madrugadas.
Soledad de campo
y ciudad lejos.
Pena blanca de la alborada.


Ana Amorós

Maestra. Detenida por las Fuerzas Conjuntas en 1972.
Actualmente asiste al Taller Literario del Prof. Lauro Marauda  y anteriormente concurrió a la Casa de la Cultura con el profesor  Walter Ortiz y Ayala.
Participó en un libro colectivo “Pájaros en el espejo” con el Taller de Marauda y también ha publicado en forma individual.