A varios/as de nuestros/as asiduos/as lectores/as los conocemos. A la mayoría - a esos/as que las estadísticas nos devuelven transformados en verdosos matices de un mapamundi, no.
A todos/as deseamos agradecer muy cálidamente su presencia en esta Casa de Palabras.
Porque "el revés de la piel" fue, en principio, un acto temerario, un desafío inmedible en cuanto a su implementación, ya que ninguna formación específica teníamos en el área informática. Leíamos, anotábamos, releíamos... hasta traiciones -pasajeras,cierto- hubo hacia la idea primaria que seguía fermentando porfiadamente.
Era un coqueteo de verano pero estábamos empeñados en que se transformara en enamoramiento, y en amor, y en el amor de tu vida... ; todavía lo estamos y, aunque no sabemos en qué parte del trayecto vamos, lo real es que andamos, ANDAMOS TRAS NUESTRA PEQUEÑA UTOPÍA (como dice Eduardo Galeano: "Ella
está en el horizonte. / Me
acerco dos pasos, / ella se
aleja dos pasos más. / Camino
diez pasos / y el
horizonte se corre / diez
pasos más allá. / Por
mucho que yo camine / nunca
la voy a alcanzar. / ¿Para
qué sirve la utopía? / Sirve
para eso: / para caminar. ")
Ella está en el horizonte, sí, en ese punto mágico donde nuestras miradas, cómplices o en disenso, se citan para encontrarnos.
Dice el diccionario que un encuentro es, también, "un madero con el que los tejedores de lienzos aseguran el telar". ¡Qué oportuna esta acepción para la situación que entre ustedes y nosotros se ha ido creando! Porque este lienzo de la comunicación sólo puede sostenerse si ustedes, los otros tejedores, están de ese otro lado del horizonte.
Por ser, por estar, por acompañar, por animar, GRACIAS y, como desde el principio, este blog está abierto a la participación de todos/as.
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