sábado, 26 de septiembre de 2015

“Sólo un mal poeta puede considerar el verso libre como una liberación de la forma. Ese verso fue una rebelión en contra de la forma muerta, y una preparación para una forma nueva o para la resurrección de la antigua”- T.S. Eliot


“La música de la poesía, por tanto, debe ser una música latente en el lenguaje ordinario de su tiempo. Y esto significa también que debe estar latente en el lenguaje ordinario del lugar del poeta. Y no es que trate en las líneas que corren de declamar en contra de la ubicuidad del inglés “estandarizado” u oficial, o el de las radiodifusoras nacionales. Si todos fuéramos a hablar igual, no habría más discusión sobre por qué no escribimos igual: pero mientras no llegue ese tiempo –y espero que sea pospuesto por muchos años– es obligación del poeta usar el lenguaje que oye a su alrededor, aquel con el que está más familiarizado.

(...)

Lo que importa, pues, es el poema en su integridad: y si el poema entero no necesita ser, y con frecuencia no lo debiera ser, del todo melodioso, se llega a la conclusión de que un poema no sólo está hecho de “palabras bellas”. Tengo dudas de si, desde el punto de vista del sonido solo, una palabra cualquiera es más o menos bella que otra –dentro de su propio lenguaje, pues el problema de que algunos lenguajes no son tan bellos como otros es asunto muy diverso. Las palabras feas son aquellas impropias para la compañía en que se encuentran colocadas; hay palabras que son feas por su crudeza o por deterioro; hay palabras que son feas por su origen extraño o por mal nacidas (v.g. televisión): pero no creo que palabra alguna bien sentada en su propio lenguaje sea bella o fea. La música de una palabra está, por decirlo así, en un punto de intersección: nace de su estrecha relación con las palabras que inmediatamente le preceden o le siguen, e indefinidamente con el total del contexto; y de otra relación, aquella de su inmediato significado, dentro de ese contexto, con todos los significados que haya tenido en otros contextos, es decir, con su mayor o menor riqueza de asociación”. (...)

De: La música de la poesía
En: http://www.scielo.cl


26 de setiembre de 1888- Inglaterra


"Soy un poeta fracasado, tal vez todo novelista desea escribir poesía en sus comienzos, y descubre que no puede, y entonces prueba con el cuento, que es la forma más exigente después de la poesía."- William Faulkner

















Caminaré, entonces, a través de un pasillo de profundidades

Cuidadosamente erecto (soy más alto de lo que parezco)

Hasta cierta puerta – – – y ¿me atreveré

a abrirla? Aliso mi pelo mental

Con una a menudo cambiante frase que reviso de nuevo

Hasta que he olvidado cuál era en un principio;

Arreglo mi corbata: he traído un libro,

Entonces me siento: Hemos pasado lo peor.



Luego me sentaré entre prudentes tazas de té,

Consciente de una ligera transpiración en la frente,

(El olor de cigarrillos aromáticos siempre me molestará);

Me sentaré, tan evidentemente descansado,

Rígidamente erecto, decoroso mientras me arrodillo

Entre globos de dignidad sobre temas de conversación.



Y me atrevo

(Una vez más paso la mano sobre mi pelo)

Pero la ventana de mi mente se cierra, estoy en una sala

De conversación recargada, y de manos enjoyadas;

– – – Aquí uno lentamente desnuda el tallo de una flor.

Aquí se está demasiado cerca, me levanto y camino,

Tomo posesión de mí mismo sin ayuda.



Ahora, me atrevo,

¿Quién ve el brillo de la luz en el cabello intricado de ella?

Asumiré una pose estudiada, o me quedaré de pie —–

Oh, ¿Sr. . . .? Es usted tan amable. . .

De nuevo la puerta se cierra de un golpe dentro de mi mente.



No del todo….

Vuelve a poner una taza,

Devuelve y recoge una servilleta.



Mi lengua, un bastión donde se oculta una última serenidad leve,

Me falla: me retiro, me refugio

Consciente de las miradas sobre mis pies,

Y siento como si caminara sobre arena.



Aún así puedo levantar la cabeza un poco mientras.

El mundo gira tras una sonrisa pintada.

Y ahora, mientras la noche yace embalsamada sobre el oeste

Y un último y débil pulso de vida destiñe el cielo,

Seguiremos solos, mi alma y yo,

Hacia una cadencia hueca bajando por esta calle muerta;

Hacia un ritmo de pies

Ahora aquietados y caídos. Caminaré solo,

El que no tiene invitación y se atreve a no ir,

Adonde el festín se extiende ante amigo y enemigo,

Cuyo coraje obstaculiza la última puerta de indiferencia,

Que se atreve a no unirse a los mendigos en el arco de piedra.



Cambiar y cambiar: el mundo gira en torno a mundos,

Un momento giratorio

Y partículas de tierra en pulgares negligentes.

Ahora me iré solo,

Haré eco en calles de piedra, mientras llega la noche

Pisando espacio y ritmo, espacio y ritmo.

La última semilla que queda de belleza en mi corazón

Que he atendido con tanto cuidado, hoja y flor,

Cae en la oscuridad.



Fragmento de Love Song [Canción de amor], William Faulkner
De “Vision in Spring”, 1921

Traducción a cargo de Sonia Rodríguez

En: soniaunleashed.com


25 de setiembre de 1897- Estados Unidos