jueves, 1 de mayo de 2014

1700



Noviembre
5

En 1714 murió, en Padua, Bernardino Ramazzini.

Era un médico raro, que empezaba preguntando:

— ¿En qué trabaja usted?

A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia.

Su experiencia le permitió escribir el primer tratado de medicina del trabajo, donde descubrió, una por una, las enfermedades frecuentadas en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que comían hambre, sin sol ni descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos.


De Los hijos de los días, Siglo XXI, Buenos Aires, 2012





1886



Cada primero de mayo serán resucitados


Les espera la horca. Eran cinco, pero Lingg madrugó a la muerte haciendo estallar entre sus dientes una cápsula de dinamita.
Fischer se viste sin prisa, tarareando «La Marsellesa». Parsons, el agitador que empleaba la palabra como látigo o cuchillo, aprieta las manos de sus compañeros antes de que los guardias se las aten a la espalda.
Engel, famoso por la puntería, pide vino de Oporto y hace reír a todos con un chiste. Spies, que tanto ha escrito pintando a la anarquía como la entrada a la vida se prepara, en silencio, para entrar en la muerte.

Los espectadores, en platea de teatro, clavan la vista en el cadalso. Una seña, un ruido, la trampa cede… Ya, en danza horrible, murieron dando vueltas en el aire.
José Martí escribe la crónica de la ejecución de los anarquistas en Chicago.

La clase obrera del mundo los resucitará todos los primeros de mayo.
Eso todavía no se sabe, pero Martí siempre escribe como escuchando, donde menos se espera, el llanto de un recién nacido.

Eduardo Galeano


De: http://robertolomje.blogspot.com