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Y calzó ella sus zapatos de hierro pero caminó por la vida como si de nácar hubieran sido... |
Florbela Espanca nació en 1894 en
Vilaviçosa, cerca de la frontera con España, villa de recreo de los últimos
reyes de Portugal, muy enraizada en sus tradiciones y folclore. Nació el 8 de
diciembre, día de la Inmaculada, el mismo día en que se casó y en que murió, el
grado 16 de Sagitario que los astrólogos asocian a la imagen de quien penetra en la oscuridad de una
caverna. Hija de lo que hoy llamaríamos una “madre de alquiler”, que en
realidad era amante del padre, su vida fue una sucesión de desdichas
emocionales, que su extrema sensibilidad de poetisa convertía en vibraciones
letales para su salud. De carácter libre e independiente, se divorcia de su
primer marido, se matricula en la Universidad de Derecho (la primera mujer
portuguesa en hacerlo), vuelve a casarse de nuevo dos veces sucesivas (¡qué
escándalo en el Portugal de aquel tiempo) y aún buscar la felicidad dorada que
huye siempre de ella con varios amantes... Pero siempre sin hallar la plenitud
que desea, pues su entrega es total y frágil la respuesta del amado.
De: http://www.revistaesfinge.com/
Ser Poeta
¡Ser poeta es ser más alto, es ser mayor
De lo que son los hombres! ¡Morder como quien besa!
¡Es ser mendigo y dar como quien es
Rey del Reino de Más Acá y Más allá del Dolor!
¡Es tener de mil deseos el esplendor
Y no saber siquiera qué se desea!
¡Es tener aquí dentro un astro que flamea,
Y tener garras y alas de cóndor!
¡Es tener hambre, es tener sed de Infinito!
Por yelmo, las mañanas de oro y de satén…
¡Es condensar el mundo en un solo grito!
Y es amarte, así, perdidamente…
Es que seas alma y sangre y vida en mí
¡Y decirlo cantando a todo el mundo!
Espera
No me digas adiós, ¡oh sombra amiga!,
Ablanda más el ritmo de tus pasos;
Siente el perfume de la pasión antigua,
¡De nuestros buenos y cándidos abrazos!
Soy la dueña de místicos cansancios,
La fantástica y extraña niña
Que un día quedó presa en tus brazos…
¡No te vayas aún, oh sombra amiga!
Tu amigo hizo de mí un lago triste:
¡Cuántas ondas riendo que en él no oíste,
Cuánta canción de ondinas allí en el fondo!
Espera… espera… oh sombra amada…
Mira que más allá de mí ya no hay nada
¡Y nunca más me encuentras en este mundo!...
De: http://espejodeisis.blogspot.com