Que la capacidad artística del ser humano constituye
una postulación inherente a su condición ya es un tópico innegable.
Desde ciclos remotos dibujamos, pintamos, esculpimos,
verbalizamos, escribimos y representamos historias, con múltiples finalidades
pero en definitiva para imprimir una huella de nuestro tránsito por este mundo.
¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar en cuánto tiempo nos insume hollar el
suelo o rozar una copa o apretar una tecla? Instantes. Instantes también son
los de la perseguida “felicidad”. Tal vez, sólo por dejar huellas de esos
instantes, creamos, desde épocas arcaicas.
Durante el siglo XX y el actual, el cine y la
tecnología audiovisual, han renovado esos instantes de placer.
En la última entrega de los Oscar, un corto fue premiado.
Se trata de “Los libros voladores del Señor Morris Lessmore”, una producción de
William Joyce y Brandon Oldenburg; encontrarán información profusa en diversos sitios
de la web.
Les invitamos a verlo en Youtube. Les sugerimos
guardarlo en la cajita de las joyas porque, además de la prolijidad técnica de
la que hace gala, es una reivindicación de ese humano oficio de imaginar,
plataforma del Arte y de la Ciencia.
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Instantes... No lo olviden... Disfruten... |