viernes, 28 de junio de 2013

El primer poeta afroamericano reconocido de la literatura de Estados Unidos


Paul Laurence Dunbar
27 de junio de 1872

























LÁSTIMA  (Sympathy)


Yo sé lo que siente el pájaro enjaulado, ¡ay!
Cuando el sol brilla en las laderas de la montaña;
Cuando el viento sopla suave a través de la hierba germinada,
Y el río fluye como una corriente de cristal;
Cuando el primer pájaro canta y los primeros brotes abren,
Y el suave perfume de su cáliz robado-
¡Sé lo que el pájaro enjaulado siente!
Yo sé por qué el pájaro enjaulado bate sus alas
Hasta su sangre es roja en las barras crueles;
Porque es necesario volar de regreso a su percha y aferrarse
Cuando él de buena gana estaría en la rama como un columpio;
Y un dolor aún palpita en las viejas, viejas cicatrices
Y que laten de nuevo con un aguijón más agudo-
¡Sé por qué bate su ala!
Sé por qué canta el pájaro enjaulado, ay de mí,
Cuando su ala está herida y siente dolor de pecho, -
Cuando golpea sus barras él desea ser libre;
No se trata de un villancico de alegría o regocijo,
Sin embargo, una oración que él envía desde el núcleo profundo de su [corazón,
Sin embargo, un motivo, que alza al cielo, que lanza-
¡Sé por qué canta el pájaro enjaulado!


LA DEUDA (The debt)


Esta es la deuda que pago
Sólo por un día desenfrenado,
Años de pesar y dolor,
El dolor sin alivio.
La pagare, lo haré hasta el final -
Hasta la tumba, mi amigo,
Me da una liberación verdadera -
Me da el broche de la paz.
Poca era la cosa que he comprado,
Pensé, que la deuda era pequeña,
Pobre era el préstamo, a lo mejor -
¡Dios! ¡Pero el interés!


NOS PONEMOS LA  MASCARA (We Wear the Mask)


Usamos la máscara que sonríe y miente,
Oculta las mejillas y las sombras de nuestros ojos,
Esta deuda que pagamos a la astucia humana;
Con el corazón desgarrado y sangrando, sonreímos,
Y la boca con matices innumerables.
¿Por qué el mundo es demasiado sabio,
Al contar todas nuestras lágrimas y suspiros?
No, sólo nos dejó ver, mientras que
Nos ponemos la máscara.
Nos sonreímos, pero, ¡Oh, gran Cristo!, nuestro clamor
A ti surge de las almas torturadas.
Cantamos, pero oh la arcilla es vil
Bajo nuestros pies, y larga es la milla;
Pero deja que el mundo de los sueños de otro modo,
¡Nos ponga la máscara!

PAUL LAURENCE DUNBAR


De: LETRAS / EN UN MUNDO ANCHO Y AJENO/ EL ILETRADO EGREGIO.


Algunos biógrafos comentan que la creatividad del escritor fue alimentada por las lecturas de poesía de su madre, quien no era una persona con formación académica; siendo una trabajadora, una señora que lavaba ropa para mantener cierto nivel de vida decorosa en la familia, tuvo la infinita sabiduría natural de educar a través de la palabra... y de la música.





"En estos oscuros y silenciosos años, Dios ha estado utilizando mi vida para un propósito que no conozco, pero un día lo entenderé y entonces estaré satisfecha."- Hellen Keller

Alabama- 27 de junio de 1880
Hellen padeció sordera y ceguera desde los 19 meses.
Su institutriz, Anne Sullivan, ideó
ingeniosos procedimientos
para que la niña pudiera comunicarse.
Ese fue el comienzo de la aventura que la condujo a poder reconocer,
años más tarde: "“Difícil ser mujer, universitaria y discapacitada
en Estados Unidos a principios del siglo XX; y más aún,
siendo socialista.”



“Donde hay un sonido muy sutil nada puede prevalecer entre éste y el silencio. Hay más
significado en cada cosa en sí misma, que todas las cosas que puede abarcar la vista.
Mi mano es para mí lo que el oído y la vista juntos son para vosotros. ¡Cuántas veces 
viajamos por las mismas carreteras, leemos los mismos libros, hablamos el mismo idioma, y no obstante nuestras experiencias son distintas! Todos los actos de mi vida dependen de mi mano como de un eje central. A ello le debo mi continuo contacto con el mundo exterior. También es mi mano la que me permite salir del aislamiento y de la oscuridad.
Las ideas forman el mundo donde vivimos y son las impresiones las que transmiten las ideas.
El mundo en el cual vivo se halla construido sobre una base de sensaciones táctiles,
desprovistas de todo color y sonido físicos; pero a pesar de ello, es un mundo donde se respira y se vive. Cada objeto está íntimamente ligado en mi mente a esas cualidades táctiles, las cuales, combinadas de diversos modos, me proporcionan el sentido del poder, de la belleza o de las discordancias; ya que con la ayuda de mis manos puedo llegar a sentir tanto lo risible como lo admirable en el aspecto de las cosas. La física me indica cómo puedo vivir cómodamente en un mundo en el cual se desconocen el color y el sonido, pero que está hecho en términos de medidas, formas y cualidades inherentes, ya que al menos cada objeto se presenta a través de mis dedos conservando siempre su posición exacta y no como la imagen invertible al reflejarse en la retina, la cual, según tengo entendido, sólo vuestro cerebro puede restituir a su posición normal por medio de un trabajo infinito y constante. Cualquier objeto tangible pasa en una forma completa a mi cerebro, no pierde su calor de vida en él y ocupa el mismo lugar que en el espacio ya que, sin egotismo, cabe decir que la mente es tan inmensa como el Universo mismo. ¡Qué insignificante sería mi mundo sin la imaginación. En una estatua hermosa encuentro tanto la perfección de la forma corpórea como las cualidades de integridad y equilibrio. No obstante, mi espíritu me impulsa a usar palabras que se hallan íntimamente ligadas con la vista y el oído, aunque sólo puedo adivinar su significado por medio de sus analogías y mi imaginación. Ninguna de las frases que se han hecho sobre la luna y las nubes me entristece o aflige; sino que, por el contrario, transportan mi alma más allá de la realidad que limitó mi desdicha. Para convencerme a mí misma de que existo, suelo recurrir al método de Descartes: “Pienso, luego existo.” Así me instalo en el mundo metafísico y vivo cómodamente en él, y a aquellos que han dudado de mi existencia les impondré como pena que traten de probar que soy un fantasma. La oscuridad y el silencio en lugar de apartarme del resto del mundo y encerrarme en mí misma, abren sus puertas, muy hospitalariamente, a las incontables sensaciones que me distraen e informan, amonestan y divierten. Con mis tres fieles guías, el tacto, el olfato y el gusto, realizo infinidad de incursiones en la región limítrofe de la experiencia y visible desde la ciudad de la luz.
La Naturaleza se ajusta a las necesidades de cada individuo. Cada átomo de mi cuerpo
equivale a un registro de vibraciones. Diría que la música del órgano convierte en éxtasis los
actos del sentimiento. La energía emocionante del aire, que encierra en sí todo un universo, es cálida y arrobadora. El conocimiento universal, en términos generales, es una concepción
imaginaria. ¿Qué gran invento no ha existido en la mente del inventor durante mucho tiempo
antes de llegar a darle una forma tangible?
Las maravillas innúmeras del universo nos son reveladas en la medida exacta con que somos
capaces de recibirlas. La sutileza de nuestra visión no depende de cuánto somos capaces de
ver, sino cuánto somos capaces de sentir. Mientras atravieso el espacio continuo e infinito y
siento el aire de cada lugar y a cada instante, mi rostro sólo percibe una parte pequeñísima de
la atmósfera. Me han hablado de las grandes distancias que separan a la Tierra del Sol y de los otros planetas y estrellas. Multiplico por un millón de veces las medidas extremas de altura y ancho, que obtengo mentalmente con la ayuda del tacto, y de este modo alcanzo a tener un
sentido profundo de la inmensidad del cielo. El límite más remoto y al cual mi pensamiento irá
libre de obstáculos es el horizonte de la mente. De éste, supongo, proviene el que se capta con la vista.
De acuerdo con todo arte, toda naturaleza y todo pensamiento coherente sabemos que el
orden, la proporción y la forma son elementos esenciales de la belleza. Ahora bien, la forma, la proporción y el orden son elementos evidentes al tacto. Pero la belleza y el ritmo son, como el amor y la fidelidad, más profundos que éstos. Surgen de un proceso espiritual ligeramente subordinado a las sensaciones. La forma, la proporción y el orden están imposibilitados de engendrar por sí solos en la mente la idea abstracta de la belleza, a menos que exista ya una comprensión mutua de alma que dé vida a estos elementos. Muchas personas a pesar de poseer una vista excelente, son ciegos en sus percepciones. Otras, aunque dispongan de unos oídos perfectos, son del todo sordas para el sentimentalismo. Sin embargo, son las únicas que se atreven a marcar límites a la visión de los que, careciendo de uno o dos sentidos, poseen voluntad, alma, pasiones e imaginación. La lealtad o la fidelidad no son más que un remedo, si no nos sirven para construir un mundo indeciblemente más perfecto y más bello que el material. En conclusión, yo también puedo construirme un mundo mejor, pues soy otra hija de Dios y, como tal, heredera de un fragmento de la Mente que creó el Universo. Cuando aprendí el significado del “yo” y el “mi” me enteré de que yo era “algo” y comencé a pensar. El hombre se busca y estudia a sí mismo, y a su debido tiempo encuentra su grado de extensión y el verdadero significado para sí del universo”.

Pitágoras dijo:
"El silencio es la primera piedra
del templo de la filosofía".
La acción de esta MUJER
debe conducirnos a
la reflexión diaria.

Julio Torri: uno de los precursores de la minificción

Méjico- 27 de junio de 1889
Maestro y escritor
Literatura

El novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el mar y sin embargo iba a pintar los mares del sur, turbulentos y misteriosos; no había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas; oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de albatros y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le antojó el abordaje; la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.



La humildad premiada


En una universidad poco renombrada había un profesor pequeño de cuerpo, rubicundo, tartamudo, que como carecía por completo de ideas propias era muy estimado en sociedad y tenía ante sí brillante porvenir en la crítica literaria.

Lo que leía en los libros lo ofrecía trasnochado a sus discípulos en la mañana siguiente. Tan inaudita facultad de repetir con exactitud constituía la desesperación de los más consumados constructores de máquinas parlantes.

Y así transcurrieron largos años hasta que un día, a fuerza de repetir ideas ajenas, nuestro profesor tuvo una propia, una pequeña idea propia reluciente y bella como un pececito rojo tras el irisado cristal de una pecera.





Mujeres

Siempre me descubro reverente al paso de las mujeres elefantas, maternales, castísimas, perfectas. Sé del sortilegio de las mujeres reptiles –los labios fríos, los ojos zarcos- que nos miran sin curiosidad ni comprensión desde otra especie zoológica.

Convulso, no recuerdo si de espanto o atracción, he conocido un raro ejemplar de mujeres tarántulas. Por misteriosa adivinación de su verdadera naturaleza vestía siempre de terciopelo negro. Tenía las pestañas largas y pesadas, y sus ojillos de bestezuela cándida me miraban con simpatía casi humana.

Las mujeres asnas son la perdición de los hombres superiores. Y los cenobitas secretamente piden que el diablo no revista tan terrible apariencia en la hora mortecina de las tentaciones.

Y tú, a quien acompasadas dichas del matrimonio han metamorfoseado en lucia vaca que rumia deberes y faenas, y que miras con tus grandes ojos el amanerado paisaje donde paces, cesa de mugir, amenazadora al incauto que se acerca a tu vida, no como el tábano de la fábula antigua, sino llevado por veleidades de naturalista curioso.




De fusilamientos

  
El fusilamiento es una institución que adolece de algunos inconvenientes en la actualidad.

Desde luego, se practica a las primeras horas de la mañana. “Hasta para morir precisa madrugar”, me decía lúgubremente en el patíbulo un condiscípulo mío que llegó a destacarse como uno de los asesinos más notables de nuestro tiempo.

El rocío de las yerbas moja lamentablemente nuestros zapatos, y el frescor del ambiente nos arromadiza. Los encantos de nuestra diáfana campiña desaparecen con las neblinas matinales.

La mala educación de los jefes de escolta arrebata a los fusilamientos muchos de sus mejores partidarios. Se han ido definitivamente de entre nosotros las buenas maneras que antaño volvían dulce y noble el vivir, poniendo en el comercio diario gracia y decoro. Rudas experiencias se delatan en la cortesía peculiar de los soldados. Aun los hombres de temple más firme se sienten empequeñecidos, humillados, por el trato de quienes difícilmente se contienen un instante en la áspera ocupación de mandar y castigar.

Los soldados rasos presentan a veces deplorable aspecto: los vestidos, viejos; crecidas las barbas; los zapatones cubiertos de polvo; y el mayor desaseo en las personas. Aunque sean breves instantes los que estáis ante ellos, no podéis sino sufrir atrozmente con su vista. Se explica que muchos reos sentenciados a la última pena soliciten que les venden los ojos.

Por otra parte, cuando se pide como postrera gracia un tabaco, lo suministrarán de pésima calidad piadosas damas que poseen un celo admirable y una ignorancia candorosa en materia de malos hábitos. Acontece otro tanto con el vasito de aguardiente, que previene el ceremonial. La palidez de muchos en el postrer trance no procede de otra cosa sino de la baja calidad del licor que les desgarra las entrañas.

El público a esta clase de diversiones es siempre numeroso; lo constituyen gente de humilde extracción, de tosca sensibilidad y de pésimo gusto en artes. Nada tan odioso como hallarse delante de tales mirones. En balde asumiréis una actitud sobria, un ademán noble y sin artificio. Nadie los estimará. Insensiblemente os veréis compelidos a las burdas frases de los embaucadores.

Y luego, la carencia de especialistas de fusilamientos en la prensa periódica. Quien escribe de teatros y deportes tratará acerca de fusilamientos e incendios. ¡Perniciosa confusión de conceptos! Un fusilamiento y un incendio no son ni un deporte ni un espectáculo teatral. De aquí proviene ese estilo ampuloso que aflige al connaisseur, esas expresiones de tan penosa lectura como “visiblemente conmovido”, “su rostro denotaba la contrición”, “el terrible castigo”, etcétera.

Si el Estado quiere evitar eficazmente las evasiones de los condenados a la última pena, que no redoble las guardias, ni eleve los muros de las prisiones. Que purifique solamente de pormenores enfadosos y de aparato ridículo un acto que a los ojos de algunos conserva todavía cierta importancia.


De: Material de Lectura.UNAM


Para Lauro Zavala, académico mejicano de renombre mundial, las características de la minificción son las de un “antivirus”: “La minificción es el antivirus de la literatura, pues su lectura tiene los siguientes efectos en quienes se aproximan a ella: vacuna a los niños y a otros lectores primerizos para volverse adictos a la literatura; corrige problemas de lectura de quienes están anclados en un único género, ya sea la novela, el cuento, la poesía, el ensayo o incluso en una única sección del diario; permite aproximarse a obras monumentales desde la accesibilidad del fragmento”.










¿Ya escribiste tu minificción?



En 
Taller de Pasiones Literarias 
del 
Centro de Formación Humanística 
PERRAS NEGRAS

curso teórico-práctico de escritura de ficción- mini y brevísima: 
"El instante del Cangrejo"

Individual o grupal, on-line o presencial, con una frecuencia adaptada a tus posibilidades (incluso sólo fines de semana). 

Informes:
literaturaenprimavera@gmail.com
2487 94 47(Viernes y sábados: de 17.00 a 22.00 hs)
098 466 781 (todos los días después de las 14.00 hs.
"El instante del Cangrejo..."
No lo olvides