viernes, 27 de junio de 2014

"Si quieres una visión del futuro, imagina una bota estampándose en un rostro humano, por siempre" - George Orwell

Diario de guerra


14 de marzo de 1942

Los últimos días ha habido rumores por doquier, así como insinuaciones en los diarios, de que “algo va a suceder” en los Balcanes, es decir, que vamos a enviar una fuerza de expedición a Grecia. Si esto es así, seguramente será el ejército que ahora está en Libia, o el grueso de éste. Escuché hace un mes que Metaxas, antes de morir, nos pidió diez divisiones y le ofrecimos cuatro. Parece una cuestión terriblemente peligrosa el arriesgar un ejército en cualquier parte que esté al oeste de los Straits. Para tener alguna idea útil sobre la estrategia de tal campaña, habría que saber cuántos hombres tiene Wavell y cuántos se necesitan para defender Libia, cómo está la situación de las embarcaciones, cómo son las comunicaciones de Bulgaria hacia Grecia, qué tanto de su equipo mecánico han logrado transportar por Europa los alemanes, y quién controla verdaderamente el mar entre Sicilia y Trípoli. Sería un desastre espantoso si, mientras nuestra fuerza principal está atascada en Salónica, los alemanes lograran atravesar el mar desde Sicilia y recuperar todo lo que los italianos han perdido. Todo el que reflexiona sobre este asunto se encuentra ambivalente entre ambas opciones. Colocar un ejército en Grecia es un enorme riesgo y no ofrece mucha ganancia, excepto porque una vez que Turquía se involucre nuestras embarcaciones podrían entrar al Mar Negro; por otro lado, si abandonamos a Grecia habremos demostrado de una vez por todas que ni podemos ni ayudaremos a ninguna nación europea a mantener su independencia. Lo que más temo es una intervención a medias que sea un espantoso fracaso, como en Noruega. Yo estoy por poner todos nuestros huevos en una canasta y arriesgar una gran derrota, porque no creo que ninguna derrota o victoria en el sentido estrictamente militar, importe tanto como demostrar que estamos del lado de los débiles y en contra de los fuertes.

El problema es que se vuelve más y más difícil entender las reacciones de los pueblos europeos, de la misma forma en que ellos parecen incapaces de comprender las nuestras. Varios alemanes con los que he hablado se han referido a nuestro terrible error, al principio de la guerra, de no bombardear Berlín con prontitud, sino simplemente arrojar fatuos panfletos. Sin embargo creo que todos los ingleses estuvimos felices con este gesto (aunque hubiéramos sabido qué estupidez eran esos panfletos, aún así lo habríamos estado), porque lo vimos como una demostración de que no teníamos ningún problema con la gente común de Alemania. Por otro lado, en su libro Offensive Against Germany (Secker & Warburg), que acabamos de publicar, Haffner asevera que es una locura de nuestra parte permitir que los irlandeses tengan en su poder bases de vital importancia y que simplemente deberíamos apropiarnos de estas bases sin más ni más. Dice que el papelón de que permitamos que un país falsamente independiente como Irlanda nos desafíe, simplemente hace que toda Europa se ría de nosotros. Ahí está una muestra de la visión europea, con su falta de comprensión de los pueblos de habla inglesa. En realidad, si nos apropiáramos de las bases irlandesas por la fuerza, sin un gran esfuerzo propagandístico previo, el efecto sobre la opinión pública, no sólo en Estados Unidos sino en Inglaterra, sería desastrozo.

No me gusta el tono de las declaraciones públicas sobre Etiopía. Hay rumores de que tendremos un “residente” británico, como en las cortes de los rajás indios, cuando el Emperador retome el poder. El efecto puede ser terrible si hacemos que se vuelva plausible incluso decir que queremos Etiopía para nosotros. Si los italianos son echados tenemos la oportunidad de realizar el gesto más magnánimo, demostrando categóricamente que no estamos peleando simplemente por nuestro propio interés. Esto resonaría por todo el mundo. Pero, ¿tendrán el valor o la decencia de hacer esto? No se puede estar seguro. Uno puede prever los especiosos argumentos que se esgrimirán para apropiarnos de Etiopía, las tonterías sobre la esclavitud, etcétera., etcétera.

Un número considerable de aviones alemanes fue derribado durante las últimas noches, posiblemente debido a que ha habido noches despejadas, favorables para los cazas, aunque hay una gran emoción debida a algún “arma secreta” que se dice se está utilizando. El rumor popular dice que es una red hecha de alambre que se dispara al aire y en la que el avión se enreda.



20 de marzo


Bombardeos bastante fuertes anoche, pero sólo un avión derribado, así que sin duda los rumores sobre un “arma secreta” son pura habladuría.

Muchas bombas en Greenwich, una de las cuales cayó mientras hablaba por teléfono con E. Una repentina pausa en la conversación y un sonido tintineante:

Yo: ¿Qué fue eso?.

E: Tan sólo las ventanas que se rompen.

La bomba cayó en el parque enfrente de la casa, rompió el cable del globo de barrera e hirió a uno de los hombres que lo operan y a un miembro de la Home Guard. La iglesia de Greenwich estaba en llamas y la gente que estaba refugiada en la cripta, con el fuego ardiendo en el piso de arriba y agua fluyendo hacia abajo, no hizo intento alguno por salir hasta que los guardias se lo ordenaron.

Ya hay cónsul alemán en Tánger (por primera vez desde 1914). Parece que en deferencia a la opinión americana, vamos a permitir que entre más comida a Francia. Incluso si se monta una comisión neutral para supervisar esto, no será bueno para los franceses. Los alemanes simplemente les permitirán conservar tanto trigo, etcétera., como enviemos y mantendrán una cantidad equivalente en otra parte. Incluso mientras nos alistamos para permitir que ingresen los barcos con comida, no hay señal de que el gobierno pida nada a cambio —por ejemplo, la expulsión de los agentes alemanes del norte de África. Lo adecuado sería esperar a que Francia esté al borde de la hambruna y por tanto el gobierno de Pétain se tambalee, y entonces otorgar una gran cantidad de comida a cambio de concesiones sustanciales, por ejemplo, la rendición de importantes unidades de la flota francesa. Una política como ésa es absolutamente impensable en este momento, desde luego. Si tan sólo uno pudiera estar seguro de si ____, ____ y todos los de su especie son en verdad traidores, o simplemente tontos.

Hojeando este diario, puedo ver que últimamente he escrito en él a intervalos mucho más largos y mucho menos sobre eventos públicos que cuando lo inicié. El sentimiento de que no hay nada que hacer se fortalece en todo el mundo. Uno siente que el cambio necesario en la opinión pública no ocurrirá en este momento más que pagando el precio de otro desastre, cosa que no podemos permitir, y que por tanto uno no se atreve a desear. Lo peor es que la crisis venidera será de hambre, algo en lo que el pueblo inglés en realidad no tiene experiencia. Muy pronto va a ser un asunto de decidir si importar armas o comida. Es una bendición que el peor período vaya a venir en los meses veraniegos, pero será endemoniadamente difícil hacer que el pueblo enfrente el hambre cuando, hasta donde puede ver, esta guerra no tiene absolutamente ningún sentido, y cuando vea que los ricos están exactamente igual que antes, como lo estarán, desde luego, a menos que se les someta por la fuerza. No importa no tener objetivos de guerra cuando se trata de repeler al invasor, porque desde el punto de vista de la gente común el mantener a extranjeros fuera de Inglaterra es una meta más que suficiente. Pero, ¿cómo puede pedírseles que maten de hambre a sus hijos con el fin de construir tanques para pelear en África, cuando en todo lo que se les dice actualmente no hay nada que deje en claro que pelear en África, o en Europa, tiene algo que ver con la defensa de Inglaterra?


De: http://www.ddooss.org

25 de junio de 1903, Motihari-Raj Británico
Escritor, periodista.






Rebeldía en la granja