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18 de julio de 1925- Inglaterra |
Brian Aldiss fue uno de los
responsables de la llamada nueva ola que revolucionó la ciencia ficción y la
convirtió en lo que luego se conocería como ficción especulativa... pero no
estaba solo: era uno de los integrantes (para algunos el mejor) de la invasión
británica que contaba entre sus filas a Moorcock, Ballard y Brunner. La
principal plataforma de lanzamiento para esta revolución fue la revista New
Worlds dirigida por Moorcock del 64 al 71.
Brian Wilson Aldiss nació en
Norfolk, Inglaterra, en 1925. Su relación con la ciencia-ficción empezó temprano:
Yo era absolutamente adicto al capitán Justice. [...] Desde la Torre Titánica,
Justice resolvía los problemas del mundo angloamericano un cuento tras otro.
[...] Así la ciencia-ficción entró en mi vida y empezó a distorsionarla, desde
una edad temprana. (...) Pero fue LOS INVASORES EXTRAÑOS lo que me convenció
que había descubierto algo importante
Sin embargo su vida no fue tan
fácil ni tan feliz: a los ocho años fue enviado a un colegio de pupilo, y luego
siguió en la escuela pública hasta los diecisiete años, cuando entró al ejército.
“Miles de niños ingleses soportaban y aún soportan el sistema de escuela pública;
la mayoría se la ingenia para sobrevivir. Pero en mi opinión es un sistema
pernicioso, fatal en muchos aspectos de la vida y explica buena parte de la
frialdad atribuida a los ingleses por los extranjeros. Pasaron muchos años
antes que pudiera librarme de esa fría sombra de exilio”.
Aldiss participó de la Segunda
Guerra Mundial, dejando el ejército a los 23 años “Cuando me fui del ejército
no tenía mas ambición que escribir. El regreso a la vida civil en 1948 fue
extremadamente desconcertante; no tenía ningún conocimiento de la sociedad,
excepto las anticuadas reglas que había percibido brumosamente en la niñez
[...] Conseguí un empleo en una librería de Oxford.
Su labor literaria se iniciaría
en el periódico del gremio con una serie llamada The Brighfount Diaries, acerca
de una librería ficticia y agradable. Un día recibí una carta de Charles
Monteith, de Faber y Faber, diciendo que en Faber yo tenía mis fans y tal vez
debería de pensar en dar forma de libro a esa serie [...] Así que concreté el
libro, mi primera obra publicable, en noviembre de 1955
Su primer libro de ciencia
ficción fue una serie de cuentos, publicados gracias a la fama recibida al
ganar un concurso del que participaron casi todos los escritores ingleses del
género. El cuento se llamaba NOT FOR AN AGE y el diario era The Observer. El
año: 1955. El nombre del libro: TIEMPO, ESPACIO Y NATHANIEL. Publicar ese
volumen en 1957 fue un acto de fe por parte de Faber. Yo solo había publicado
trece cuentos, tuve que escribir apresuradamente el decimocuarto para redondear
el número.
Su siguiente obra fue la novela
NON-STOP (conocida también como LA NAVE ESTELAR), basada en el cuento de Robert
Heinlen SENSE COMMON. Aldiss dijo que lo había fascinado el cuento pero me
llamaba la atención la pobreza en la caracterización y la expresión... Mi
novela se proponía ser una reacción, un antídoto
Gracias a estos dos libros Aldiss
ganó prestigio y empezó a desarrollar su obra basada principalmente en el
estilo y la configuración, el tono en el cual se cuenta la historia, obviando
así la ciencia ficción dura. Sus consideraciones eran artísticas y no técnicas.
En sus propias palabras: yo me impaciento cuando el tecnicismo empieza a
dominar al arte.
Esta visión particular de la
ciencia ficción, separada de su componente hard y acercada a lo humano,
hallaría eco favorable en otro escritor de la época, a quien Aldiss consideraba
su único par: Aun antes de la época de Moorcock, habia solo dos autores que yo
podía leer con interés en la revista de Ted (editor de una revista inglesa de
ciencia-ficción) Uno era yo [...] El otro era J. G. Ballard. Que nunca manchó
su carrera escribiendo refritos norteamericanos.
La compra y posterior dirección
de la revista New Worlds por Michael Moorcock iniciaría la etapa new wave,
donde el acento estaba puesto en la experimentación y el ensanchamiento del
género como una reacción contra la corriente pulp. Aldiss apoyaría fervientemente
la iniciativa y se convertiría en uno de los autores más reconocidos de esta
tendencia. Mike Moorcock al echar a puntapiés a la vieja guardia, aceptó la
ciencia-ficción más tradicional, sensible a los problemas actuales
En esa época publicaría dos de
los libros que lo vinculaban más estrechamente con la New Wave, tanto por la
temática como por el modo de narrarla, sobretodo el modo. Generalmente se da
por sentado que mi principal contribución a la era de Moorcock consiste en
INFORME SOBRE PROBABILIDAD A y A CABEZA DESCALZA [...] En 1960 me convencía
bastante el nouveau roman francés, [...], así desarrollé la situación central
de INFORME, una situación saturada por un drama que nunca se resuelve. A CABEZA
DESCALZA es mas ambiciosa. La forma esta determinada enteramente por el
contenido. Si uno escribe sobre una Europa bombardeada con drogas, ¿cómo se
transmite esa experiencia al lector? No tuve dudas, hay que zambullirlo en ese
mundo lo más hondamente que se pueda. Y eso se logra mediante la herramienta más
poderosa que uno tiene: el uso del lenguaje. Mediante el despliegue de una
fraseología adecuada, uno le hace sentir en qué consiste pertenecer a una
cultura totalmente liberada y desatada
En esos años publicaría además
otras novelas:
INVERNÁCULO (serie): la rotación
terrestre se ha detenido y los cambios climáticos consecuentes provocan una
exuberante flora. Con esta obra ganaría un Hugo en 1962.
BARBAGRIS: un accidente provoca
la esterilidad mundial llevando al mundo a su extinción.
LOS OSCUROS AÑOS LUZ: una sátira
sobre el primer encuentro del hombre con seres físicamente repugnantes.
UNA ERA: estudio del viaje en el
tiempo desde una perspectiva distinta.
A esto debe agregarse su copiosa
producción de cuentos (en la cual destaca EL ÁRBOL DE SALIVA, premio Nébula
1965, mezcla de la ficción pulp tradicional con técnicas de la nueva ola, donde
la clásica invasión extraterrestre es tratada con virtuosismo y humor y tiene
al propio H. G. Wells como protagonista) y su único libro de viajes, CITIES AND
STONES, sobre el viaje que realizó con su segunda esposa, Margaret, por
Yugoslavia, en 1964. Un país maravilloso, una gran experiencia, tremenda al
punto de quitarle a uno seis meses de vida. Nunca logramos organizar otra expedición
similar.
Agotado por el esfuerzo de A
CABEZA DESCALZA (y su escaso éxito), ALDISS empezó los 70 escribiendo dos
novelas normales: MUCHACHO CRIADO A MANO y SOLDADO ERGUIDO, donde retrata
muchas de sus experiencias tanto de estudiante como de soldado.
Volvería a la ciencia-ficción con
homenajes a dos de sus autores preferidos: H. G. Wells en LA OTRA ISLA DEL
DOCTOR MOREAU y a Mary Shelley con FRANKESTEIN DESENCADENADO.
Produciría también EL TAPIZ DE
MALACIA, la historia de un mundo paralelo donde los hombres provienen de los
dinosaurios y los cambios están prohibidos por ley; y dos series de cuentos: la
de los enigmas, historias exploradas en tres niveles diferentes, y la de los
planetas zodiacales, mundos artificiales que giran alrededor de la tierra y a
donde van a parar los seres humanos mñas extravagantes.
Su preocupación por el género se
vertería además en una revista de crítica de ciencia-ficción escrita en
colaboración Harry Harrison de la cual saldrían solo dos números; sin embargo
publicaría poco después BILLION YEARS SPREE donde reflexionaría sobre la
historia de la ciencia-ficción, analizando sus aspectos más relevantes y a sus
autores.
En los 80 se concentraría en un
proyecto ambicioso: una trilogía basada en un mundo llamado Helliconia donde
cada estación dura varios cientos de años. Siempre he preferido escribir en lo
que considero una frontera. Hacer algo que no hacen los demás. Siempre me ha
gustado reaccionar contra la ciencia-ficción dura. Es la ciencia-ficción que más
disfruto, pero otros la hacen tal vez mejor que yo. Pero unos pocos años atrás
descubrí que todos habían dejado de escribir ciencia-ficción dura. Lo que uno
encontraba eran esas historias de dragones, y las imitaciones de Tolkien. Me
preocupé de veras: pensé que se estaba deteriorando el cuerpo central del
género, y entonces decidí escribir un libro que fuera ante todo de
ciencia-ficción.
En 1982 aparecerá HELLICONIA
SPRING, seguida por HELLICONIA SUMMER al año siguiente y HELLICONIA WINTER en
1985.
Posteriormente a la trilogía
publicaría novelas (RUINS, REMEMBRANCE DAY SOMEWHERE EAST OF LIFE), colecciones
de cuentos (SEASONS IN FLIGHT, MAN IN HIS TIME, A ROMANCE OF THE EQUATOR,
BODILY FUNCTIONS), secuencias de sus novelas normales (A RUDE AWAKENING),
revisiones de sus trabajos críticos (TRILLION YEAR SPREE) y una extensa autobiografía,
THE TWINKLING OF AN EYE.
Considerado hoy uno de los más
grandes escritores de ciencia-ficción, sigue produciendo a un ritmo menor que
el acostumbrado, pero con la lucidez de quien supo dar respetabilidad a un
género que entonces no la tenia, poniendo su acento en lo humano más que en lo
técnico.
© Iván de la Torre
De: http://www.ciencia-ficcion.com