LLEGARON
A TIEMPO
Me
gusta pensar en escritores como James Joyce
Hemingway, Ambrose Bierce, Faulkner,
Sherwood
Anderson, Jeffers, D. H. Lawrence, A.
Huxley,
John Fante, Gorki, Turgenev,
Dostoievsky, Saroyan,
Villon, incluso Sinclair Lewis, y
Hamsun, incluso T. S.
Elliot y Auden, William Chalers Williams
y
Stephen Spencer y el valiente de Ezra
Pound.
Me
enseñaron tantas cosas que mis padres
nunca
me enseñaron, y
también
me gusta pensar en Carson McCullers
con
su Café Triste y Ojo Dorado.
Ella
me enseñó muchas cosas que mis padres
nunca
supieron.
Me
gustaba leer los libros de tapa dura de las bibliotecas
en
su simple encuadernación de biblioteca
azul
y verde y marrón y rojo claro
me
gustaban los viejos bibliotecarios (varones y damas)
que
te miraban seriamente
si
tosías o te reías muy fuerte,
y
aún cuando se parecían a mis padres
en
realidad no había ninguna similitud.
Ahora
ya no leo a estos autores que alguna vez leí
con
tanto placer,
pero
es bueno pensar en ellos,
y
también me
gusta
mirar las fotografías de Hart Crane y
Caresse
Crosby en Chantilly, 1929
o
las fotos de D. H. Lawrence y Frieda
asoleándose
en Le Moulin, 1928.
Me
gusta ver a André Malraux en su traje de aviador
con
un gatito en el pecho y
me
gustan las fotos de Artaud en el manicomio
Picasso
en la playa con sus fuertes piernas
y
su cabeza pelada, y también está
D.
H. Lawrence ordeñando esa vaca
y
Aldous en Saltwood Castle, Kent, Agosto de
1963.
Me
gusta pensar en toda esta gente
que
me enseñaron tantas cosas que yo
nunca
había imaginado antes.
Y
me enseñaron bien,
muy
bien
cuando
eso era tan necesario
me
mostraron tantas cosas
que
nunca creí que fueran posibles.
Todos
esos amigos
bien
adentro de mi sangre
quienes
cuando
no había ninguna oportunidad
me
dieron una.
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