viernes, 18 de abril de 2014

Hasta pronto, Gabo

«—Adiós, Gerineldo, hijo mío —gritó—. Salúdame a mi gente y dile que nos vemos cuando escampe»

Úrsula cuando ve pasar el cadáver de Gerineldo Márquez – Cien años de soledad”


Hasta pronto, Gabo:
Prudencio Aguilar tuvo que recorrer un largo trecho antes de encontrar Macondo, pero a ti te guiará la abuela Mina que ya no hablará de fantasmas ni premoniciones porque recibió los mensajes de todos los macondinos que sólo le temían a la peste del insomnio o a los recuerdos olvidados. Y, como Melquíades o Prudencio Aguilar,  viajarás más de cien años, porque la memoria revivirá  al último Buendía y tal vez, tú ya estés inventando otra ciudad desde el otro lado de la vida.


Susana Matteo
Centro de Formación Humanística PERRAS NEGRAS