sábado, 14 de junio de 2014

“Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla” - Fernando Pessoa


13 de junio de 1888- Portugal
Poeta, traductor.

Esto

Dicen que pretendo o miento
En cuanto escribo. No hay tal cosa.
Simplemente
Siento imaginando.
No uso las cuerdas del corazón.

Todo cuanto sueño o pierdo,
Que pronto cae o muere en mí,
Es como una terraza que mira
Hacia otra cosa más allá.
Esa cosa me arrastra.

Y así escribo en medio
De las cosas no junto a mis pies,
Libre de mi propia confusión,
preocupado por cuanto no es.
Sentir? Dejemos al lector sentir!

(? 1933)
Versión de Rafael Díaz Borbón


En la gran oscilación...

En la gran oscilación
Entre creer y no creer,
El corazón se trastorna
Lleno de nada saber

Y, ajeno a lo que sabía
Por no saber lo que es,
Sólo un instante le cabe
Que es el conocer la fe-

Fe que los astros conocen
Porque es la araña que está
En la tela que ellos tejen,
Y es vida que había ya.


















Reniego, lápiz partido...


Reniego, lápiz partido,
Todo cuanto deseé.
Y no soñé ser servido
De ir a donde nunca iré.

Paje embutido en harapos
Del triunfo que otros tuvieron,
Yo podré amar estos trapos
Por ser cuanto a mí me dieron.

Sabré, príncipe mendigo,
Coger, con la buena gente,
Entre el ondear del trigo
La amapola inteligente.















No la que das, la flor que tú eres quiero...(*)

No la que das, la flor que tú eres quiero.
Por qué me niegas lo que no te pido.
Tiempo habrá de que niegues
después de que hayas dado.
flor, ¡séme flor! Si te cogiese avara
mano de infausta esfinge, tú perenne
sombra errarás absurda
tras lo que nunca diste.

(*)  Ricardo Reis

Versión de Ángel Crespo



Oda      (*)

Para ser grande, sé entero: nada
Tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
En lo mínimo que hagas,
Por eso la luna brilla toda
En cada lago, porque alta vive.

(*)  De heterónimo Ricardo Reis











Poema XXIX      (**)


No soy igual en lo que digo y escribo.
Cambio, pero no cambio mucho.
El color de las flores no es el mismo bajo el sol
que cuando una nube pasa
o cuando entra la noche
y las flores son color de sombra.
Pero quien mira ve bien que son las mismas flores.
Por eso cuando parezco no estar de acuerdo conmigo
fijaros bien en mí:
si estaba vuelto para la derecha
me volví ahora para la izquierda,
pero soy siempre yo, asentado sobre los mismos pies.
El mismo siempre, gracias al cielo y a la tierra
y a mis ojos y oídos atentos
y a mi clara sencillez de alma.

(**) De heterónimo Alberto Caeiro



Todas las cartas de amor son ridículas...*

Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).


**Heterónimo A. Campos
Versión de Miguel Ángel Flores 


De: poesia@amediavoz.com








William Butler Yeats, el poeta enamorado de "la Juana de Arco de Irlanda".


13 de junio de 1865- Irlanda
Poeta, dramaturgo, político.

William Butler Yeats
1865-1939


Explicar quién fue William Butler Yeats es una tarea sencilla; no importa que haya sido senador, o premio Nobel, o fundador del Abbey Theatre, o miembro de la siniestra Orden hermética del Alba Dorada, ya que estos logros e inclinaciones son más una muestra de sus pequeñas victorias que un fiel reflejo de su esencia: W.B. Yeats fue, fundamentalmente, irlandés, poeta, y un enamorado desdichado.

Fue irlandés porque vivía y respiraba una Irlanda libre, y especialmente porque integró una parte crucial del renacimiento cultural de su patria. Fue poeta porque para ello estaba destinado; incluso llegó a experimentar con alucinaciones y visiones, con la esperanza de alcanzar una sensibilidad poética más profunda. Fue un amante desdichado porque persiguió un vano anhelo durante toda su vida: las caricias de la revolucionaria, feminista, e indiferente Maud Gonne.

Claro que estos matices no siempre se definen con claridad. La vida suele agregar una infinidad de detalles circunstanciales, que luego serán distorsionados por los bienintencionados biógrafos; quienes por lo general encuentran una explicación para todo en los detalles más abstrusos de la vida de sus víctimas.

Nosotros, que poco tenemos de biógrafos, y mucho menos de bienintencionados, sólo daremos cuenta de una recomendación para quienes quieran iniciarse en la lectura de William Butler Yeats: el buen gusto.


De: elespejogótico.blogspot.com




La flecha


Pensé en tu belleza, y esta flecha,
hecha de pensamientos insensatos, está en mi médula.
Ningún hombre puede contemplarla, ninguno,
recién llegada a su condición de mujer,
alta y noble, pero con rostro y pecho
del color delicado de la flor del manzano.
Es más amable esta belleza, mas por una razón
podría llorar yo porque lo viejo ha pasado.

Versión de Enrique Caracciolo Trejo



¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?

¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño?
Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fúnebre y violento
y murieron los hijos de Usna.

Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
como las pálidas aguas en su glacial carrera;
bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.

Inclinaos, arcángeles, en vuestra sombría morada:
Antes de que existierais y antes de que ningún corazón latiera,
rendida y amable permanecía junto a su trono;
la belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.

Versión de Hernando Valencia Goelkel




Un aviador irlandés prevé su muerte


Sé que en algún lugar entre las nubes
he de hallar mi destino;
no odio a quienes son mis enemigos,
no amo a quienes debo defender;
mi país es Kiltartan Cross,
mis paisanos los pobres de Kiltartan,
ningún posible fin ha de quitarles nada
o hacerles más felices de lo que eran.
Ni leyes ni deberes me ordenaron luchar,
ni estadistas ni masas entusiastas,
un solitario impulso de deleite
me empujó a este tumulto entre las nubes;
todo lo sopesé, de todo hice memoria,
los años por venir me parecieron
vano aliento,
vano aliento los años transcurridos
en igualdad con esta vida y esta muerte.

Versión de Jordi Doce



Una joven y vieja mujer


¿Cuál fue el alegre muchacho que más me agradó
De todos cuantos yacieron conmigo?
Respondo que mi alma entregué
Y en el dolor amé,
Mas gran placer me dio un muchacho
Al que físicamente amé.
Libre del cerco de sus brazos
Reía al pensar que era tal su pasión
Que él imaginaba que yo entregaba el alma
Cuando sólo existía el contacto de dos cuerpos,
Y reía sobre su pecho al pensar
Que era la misma entrega que hay entre las bestias.
Di lo que otras dieron
Después de quitarse la ropa,
Mas cuando este alma del cuerpo se despoje
Y desnuda vaya a lo desnudo
Aquel a quien halló encontrará allí dentro
Lo que ningún otro conoce.
Y dará lo suyo y tomará lo suyo
Y regirá por derecho propio;
Y aunque amó en el dolor
Tanto se aferra y se cierra,
Que ningún ave diurna
Osaría extinguir tal deleite.

 De: poesia@amediavoz.com


Maud Gonne

0/12/1865 – 27/04/1953


Llamada “la Juana de Arco irlandesa”, una mujer que no sólo se negó a resignarse al papel que la sociedad de su época le imponía, sino que se introdujo en el duro mundo de la política para dejar su impronta en la historia de Irlanda.
Gonne nació en Aldershot, Inglaterra. Hija de un coronel del ejército británico descendiente de irlandeses adinerados y de madre inglesa. Al morir su madre en 1871, Maud fue a estudiar a París y regresó a Dublín en 1882 con su padre, quien murió en 1886, dejando a Maud en buena situación económica. Al regresar a Francia para reponerse de una hemorragia tubercular, Maud se enamoró del periodista francés Lucien Millevoye, director de La Patrie. La pareja comenzó a trabajar por las causas nacionalistas de Irlanda y Francia. El político irlandés Tim Harrington la envió a Donegal, donde se dedicó activamente a organizar protestas entre los residentes contra los desalojos en masa, y levantar fondos para la construcción de viviendas. Con su inminente arresto, en 1890, Maud escapó a Francia, donde tuvo un hijo de Millevoye y trabajó como redactora de la publicación mensual L’Irlande Libre.

En 1889,  conoció al poeta William Butler Yeats, que viviría una gran pasión por Maud durante toda la vida, a pesar de que ella rechazara su propuesta de matrimonio en 1891. Además de escribirle innumerables poemas, bajo su influencia Yeats participó en el movimiento nacionalista irlandés. Gonne ayudó a Yeats en la fundación de la Sociedad Literaria Nacional de Londres en 1891. Trabajó incansablemente en la recaudación de fondos para el movimiento nacionalista. Dejó a Milevoye y regresó a Irlanda, donde su nombre era bien conocido entre los nacionalistas.

En 1900 cofundó la sociedad revolucionaria de mujeres Hijas de Erin para la que escribiría numerosos artículos feministas y políticos. Al mismo tiempo que ayudó a Yeats a establecer en Dublín el Abbey Theatre, donde interpretó el papel principal de una de sus obras. En 1903 se casó con el mayor John MacBride que había luchado junto a los Africaners en la Guerra de los Bóer. Aunque tuvieron un hijo, Seán, la unión no duró. Maud permaneció en París con su hijo. Allí continuó escribiendo artículos políticos y en 1910 ayudó a organizar un programa para alimentar a los pobres. También trabajó con la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial. Sólo regresaría a Irlanda en 1917, donde encontró gran agitación a raíz del Alzamiento de Pascua y la ejecución de sus líderes, incluso su ex marido John MacBride. Al año, Maud fue encarcelada durante seis meses en Londres por su participación en el movimiento contra la conscripción junto a Hanna Sheehy Skeffington, Kathleen Clarke, la condesa Markievicz y otras. Luego de su liberación, trabajó para la Cruz Blanca para auxiliar a las víctimas de la Guerra de Independencia.

Con la Guerra Civil Irlandesa, Maud fundó la Liga para la Defensa de las Mujeres Prisioneras para ayudar a las prisioneras republicanas y sus familias. En 1923,  nuevamente fue encarcelada. Esta vez por el gobierno del Estado Libre Irlandés, pero sin que se le imputaran cargos. Junto con 91 mujeres, Gonne comenzó una huelga de hambre, gracias a la cual fue liberada a los 20 días. En 1938 publicó su autobiografía, A Servant of the Queen. Luego de su muerte, Gonne continuo influenciando a Irlanda a través de su hijo, Seán MacBride, quien luchó junto a los republicanos en la Guerra Civil, y continuó con la cruzada de su madre por el trato justo de los prisioneros, no sólo en Irlanda sino en todo el mundo. Seán fue uno de los fundadores de Amnistía Internacional. En 1974, Seán recibió en Premio Nobel de la Paz.


De: http://mujeresparapensar.wordpress.com

Para Maud


Yeats, fundador y Director del Abbey Theatre.