ALEGRÍA DE ESCRIBIR
¿A
dónde va la corza escrita por el bosque escrito?
¿A
tomar agua escrita
que
refleje su hocico puntualmente?
¿Por
qué alza la cabeza? ;escucha algo?
Se
apoya en cuatro patas que la verdad le presta.
Mueve
bajo mis dedos una oreja.
Silencio,
esa palabra, susurra en el papel
como
las otras y remueve ramas
por
las palabras del bosque cansadas.
En la
hoja blanca de papel acechan
letras
que pueden componerse mal,
frases
que pueden ser un cerco
y no
habrá salvación.
En la
gota de tinta un regimiento
de
cazadores enfocan la mira
listos
para correr pluma empinada abajo,
cercar
la corza y preparar el tiro.
Olvidan
que esto no existe
Otras
leyes gobiernan el blanco sobre negro
parpadeará
el ojo el tiempo que yo quiera
y
podré dividirlo en pequeñas eternidades
llenas
de balas quietas en el aire.
Por
siempre, si lo ordeno; nada pasará aquí.
Ni una
hoja caerá si no lo quiero
ni las
pezuñas hollarán la hierba
¿Existe
pues un mundo sobre el cual
soy un
destino independiente?
¿Ese
tiempo al que une la cadena de signos,
existe
bajo mis órdenes constantes?
La
alegría de escribir.
La
posibilidad de eternizar.
La
venganza de una mano mortal.
De: http://www.poeticas.com.ar
FOTOGRAFÍA DEL 11 DE SEPTIEMBRE
Saltaron
hacia abajo desde los pisos en llamas:
uno,
dos, todavía unos cuantos
más
arriba, más abajo.
La
fotografía los mantuvo con vida,
y
ahora los conserva
sobre
la tierra, hacia la tierra.
Todos
siguen siendo un todo
con
un rostro individual
y con
la sangre escondida.
Hay
suficiente tiempo
para
que revolotee el cabello
y de
los bolsillos caigan
llaves,
algunas monedas.
Siguen
ahí, al alcance del aire,
en el
marco de espacios
que
justo se acaban de abrir.
Sólo
dos cosas puedo hacer por ellos:
describir
ese vuelo
y no
decir la última palabra.
Vietnam
Mujer, ¿cómo te
llamas? -No sé.
¿Cuándo naciste, de
dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste
esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te
escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste
el dedo cordial? -No sé.
¿Sabes que no te
vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién
estás? -No sé.
Estamos en guerra,
tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu
aldea? -No sé.
¿Éstos son tus
hijos? -Sí.
De "Mil alegrías -Un encanto-"
1967 Versión de Gerardo Beltrán
ADOLESCENTE
¿Yo, adolescente?
Si de repente,
aquí, ahora, se plantara ante mí,
¿tendría que
saludarla como a una persona próxima,
a pesar de que es
para mí extraña y lejana?
¿Soltar una
lágrima, besarla en la frente
por el mero hecho
de que tenemos la
misma fecha de nacimiento?
Hay tantas
diferencias entre nosotros
que probablemene
sólo los huesos son los mismos,
la bóveda del
cráneo, las cuencas de los ojos.
Porque ya sus ojos
son como un poco más grandes,
sus pestañas más
largas, su estatua mayor
y todo el cuerpo
recubierto de una piel
ceñida y tersa, sin
defectos.
Nos unen, es
cierto, familiares y conocidos
pero casi todos
están vivos en su mundo,
y en el mío
prácticamente nadie
de ese círculo
común.
Somos tan
diferentes,
pensamos y decimos
cosas tan distintas.
Ella sabe poco,
pero con una
obstinación digna de mejores causas.
Prospecto
Soy un
tranquilizante.
Funciono en casa,
Soy eficaz en la
oficina,
me siento en los
exámenes,
Comparezco ante los
tribunales,
pego cuidadosamente
las tazas rotas:
sólo tienes que
tomarme,
¡ disolverme bajo
la lengua,
tragarme,
sólo tienes que
beber un poco de agua.
Sé qué hacer con la
desgracia,
cómo sobrellevar
una mala noticia,
disminuir la
injusticia,
iluminar la ausencia
de Dios,
escoger un sombrero
de luto que quede bien con una cara.
A qué esperas,
confía en la piedad
química.
Eres todavía un
hombre (una mujer) joven,
deberías sentar la
cabeza de algún modo.
¿Quién ha dicho
que la vida hay que
vivirla arriesgadamente?
Entrégame tu
abismo,
lo cubriré de
sueño,
me estarás
agradecido (agradecida)
por haber caído de
pies.
Véndeme tu alma.
No habrá más
comprador.
Ya no hay otro
demonio.
A mi corazón el domingo
Gracias te doy,
corazón mío,
por no quejarte,
por ir y venir
sin premios, sin
halagos,
por diligencia
innata.
Tienes setenta
merecimientos por minuto.
Cada una de tus
sístoles
es como empujar una
barca
hacia alta mar
en un viaje
alrededor del mundo.
Gracias te doy,
corazón mío,
porque una y otra
vez
me extraes del
todo,
y sigo separada
hasta en el sueño.
Cuidas de que no me
sueñe al vuelo,
y hasta el extremo
de un vuelo
para el que no se
necesitan alas.
Gracias te doy,
corazón mío,
por haberme
despertado de nuevo,
y aunque es
domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el
movimiento de un día laboral.
De
"Mil alegrías -Un encanto-" 1967
Versión de Gerardo Beltrán
De: https://sites.google.com
2 de julio de 1923- Polonia Poeta, ensayista, traductora. |
EPITAFIO |
Aquí yace, como la
coma anticuada,
la autora de
algunos versos. Descanso eterno
tuvo a bien darle
la tierra, a pesar de que la muerta
con los grupos
literarios no se hablaba.
Aunque tampoco en
su tumba encontró nada
mejor que una
lechuza, jacintos y este treno.
Transeúnte, quita a
tu electrónico cerebro la cubierta
y piensa un poco en
el destino de Wislawa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario