29 de junio de 1900- Francia Escritor y piloto. |
La salvadoreña que inspiró
"El Principito"
María Elena Navas
BBC Mundo
Algunos
la llamaron "la Scherezada de los trópicos", pero otros -como la
familia del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry- la consideraron una
buscadora de fortunas: "Una parrandera que se sentía el Alma Mahler de
Centroamérica".
Fue
Consuelo Suncín, la salvadoreña que inspiró "El Principito", el
famoso libro de Saint-Exupéry del que se acaban de cumplir 70 años desde su
primera publicación.
Pero
mientras el autor fue adquiriendo un lugar en la cumbre de la literatura
francesa y mundial, la salvadoreña fue gradualmente olvidada.
Antoine
de Saint-Exupéry fue dado por muerto en 1944, cuando el avión que volaba
desapareció sobre el Mar Mediterráneo.
Desde
entonces el libro, que se había publicado un año antes, se ha convertido en el
tercero más vendido en el planeta. Ha sido traducido a más de 250 idiomas y
dialectos y ha vendido 140 millones de ejemplares.
Hoy
hay un consenso en que la salvadoreña inspiró el personaje de la rosa en
"El Principito" y que la obra es una alusión a la atormentada
relación matrimonial que duró 13 años.
La
seductora
Consuelo
Suncín nació en Armenia, El Salvador, en 1901.
Cuando
conoció a Saint-Exupéry, en 1930, ya era una mujer divorciada y viuda, y por lo
tanto vilipendiada como "amoral" en los círculos aristócratas
franceses a los que pertenecía su futuro marido.
"Consuelo
provenía de una familia acomodada, dueños de tierras y cafetales en
Armenia", le dice a BBC Mundo Marie-Helene Carbonel, quien en 2010 publicó
en Francia la biografía "Consuelo de Saint-Exupéry, une mariée vêtue de
noir" ("Consuelo de Saint-Exupery, una novia vestida de negro").
Marie-Helene
Carbonel tuvo acceso a las cartas y documentos personales de Consuelo Suncín en
un archivo que maneja en Francia su heredero literario y empleado, José
Martínez-Fructuoso.
Consuelo,
explica la escritora, inventó historias y mitos alrededor de su persona para
lograr ser aceptada en los círculos de sus futuros esposos.
"Inventó,
por ejemplo, que su primer marido, el mexicano Ricardo Cárdenas, con quien se
casó cuando tenía 21 años, era un capitán del ejército que había muerto en la
Revolución Mexicana. Pensó entonces que podría ser aceptada mejor si decía que
era viuda y no divorciada. Pero en sus archivos encontré su acta de divorcio,
registrada en Mérida, México, en 1925", afirma Marie-Helene Carbonel.
Después
del divorcio, Consuelo viajó a París con José Vasconcelos, una de las figuras
intelectuales, culturales y políticas más destacadas de la época en México.
Mientras
mantenía una relación con el mexicano en la capital francesa, conoció a Enrique
Gómez Carrillo, el escritor y periodista guatemalteco que entonces era cónsul
general de Argentina en París.
Y
poco después dejó a Vasconcelos para casarse con Gómez Carrillo, a pesar de que
el guatemalteco tenía 30 años más que ella.
"Creo
que ella verdaderamente tuvo un gran amor por Gómez Carrillo", dice
Marie-Helene Carbonel.
El
matrimonio, sin embargo, duró sólo nueve meses porque en 1927 él murió y ella
decidió marcharse a Buenos Aires para vivir de la pensión de su segundo marido.
La
condesa denigrada
Allí, en la capital argentina,
conoció a Antoine de Saint-Exupéry, quien trabajaba como piloto comercial de
servicios de mensajería. Y
al año, en 1931, Consuelo se casó con el escritor, aviador y aristócrata y se
convirtió en la condesa Consuelo de Saint-Exupéry.
"Consuelo
era una seductora. No sólo era una mujer bonita y menuda que encantaba a los
hombres; también podía hablar con ellos", sostiene la escritora francesa.
La
salvadoreña inspiró el personaje de la rosa en "El Principito".
"Para
mí es una mujer muy interesante y de gran valor. No es una casualidad que
interesó a tantos hombres inteligentes e importantes".
"Además,
juega con la leyenda salvadoreña, la de la 'volcánica Consuelo'. Pero ella
tiene muchas dificultades porque los franceses no la aceptan. Y lo peor fue la
forma como la trató la familia Saint-Exupery", agrega.
Según
Paul Webster, autor de "Antoine de Saint-Exupery: la vida y la muerte de
El Principito", publicada en 1993, "los allegados a Saint-Exupéry
nunca tuvieron tiempo para Consuelo. Y también fue descartada por su cuñada (la
escritora) Simone de Saint-Exupéry, quien la describió como una 'mujerzuela' y
una 'condesa de película'".
Webster
cuenta que "la denigración no disminuyó ni 20 años después de su
muerte".
"Un
miembro de la familia Saint-Exupéry me dijo que casarse con una extranjera era
considerado peor que casarse con una judía, lo cual resumía la posición
monárquica, antisemita y ferozmente xenofóbica de esta familia, cuya
aristocracia databa del siglo XII", afirma el escritor británico.
Así
fue como Consuelo, quien murió en 1979 en Francia, desaparece de todos los
libros que se publicaron sobre la vida de Saint-Exupéry, y Francia la olvidó
mientras construía los numerosos monumentos en honor del héroe Saint-Exupéry.
Relación
amarga
Marie-Helene
Carbonel escribió el libro "Consuelo de Saint-Exupéry, una novia vestida
de negro".
Pero
en 2000, cuando comenzaban los preparativos para celebrar el 100 aniversario
del nacimiento del escritor, cayó una "bomba" en Francia con la
publicación de un manuscrito rescatado por José Martínez Fructuoso: "La
memoria de la rosa", en el que Consuelo hace un amargo recuento de los 13
años de matrimonio con el escritor francés.
"Ella
cuenta que él era terrible", dice Marie-Helene Carbonel. "El libro es
una confesión sobre su relación, y provocó una conmoción porque Saint-Exupéry
era considerado un santo".
En
el manuscrito acusa a su esposo de hacerla sufrir continuamente con sus
múltiples ausencias y numerosas amantes. Habla de sus varias debilidades: de su
"egoísmo" y su "infantilismo", lo llama "cruel,
negligente, avaro y derrochador".
Según
Paul Webster, el libro "es un feo recuento de una viuda muy
amargada".
En
lo que muchos están de acuerdo es en que más que una fábula filosófica, como
muchos lo han hecho creer, "El Principito" es una alegoría de la
propia vida de Saint-Exupéry, de sus incertidumbres y su búsqueda de paz
interior. Pero también es una alusión a la atormentada relación con Consuelo.
Y
Consuelo fue la musa que inspiró a la rosa de "El Principito".
"La
rosa es Consuelo", afirma Marie-Helene Carbonel. "Los tres volcanes
son los volcanes de El Salvador. Los baobabs son las ceibas a la entrada del
pueblo de Armenia, en El Salvador. La rosa que tose es Consuelo, que sufre de
asma, que es frágil y por eso está protegida bajo una campana de cristal".
"Las
otras cinco mil rosas pueden ser las otras mujeres de Saint-Exupéry, pero para
El Principito esas rosas no valen nada, la única que vale es su rosa".
"Se
ha querido presentar a este libro como un cuento para niños. Pero no lo es de
ningún modo. Es un libro que escribió para pedir perdón a Consuelo, es un acto
de contrición", dice la escritora francesa.
De: http://www.bbc.co.uk/mundo
2 comentarios:
Tengo un respeto muy grande por Saint-Exupéry y leí muchas cosas suyas. No conocía este enfoque, interesante como tantas cosas que aparecen aquí, gracias por compartirlo Ana.
Querido Hugo:
Gracias por tu dedicada y habitual atención. Nuestra idea es sencilla: difundir. Así aprendemos todos porque el saber nunca es vertical. Un abrazo muy grande:
Ana
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