Dólares y euros a granel han corrido por diversas subastas del mundo en pos de los sobres arrugados, las hojas amarillentas, la tinta abrevada por el Tiempo. Porque estos sobres, estas hojas y estas tintas conservan sin duda las huellas pequeñas, desleídas, azotadas, de unas manos desesperadas por aferrarse al amor por unos segundos siquiera; quizás la ambición hasta haya pensado en someterlos a algún análisis del CSI para asegurarse la propiedad. Pero no podrán, no podrán nunca esos mercaderes apropiarse del alma de esas palabras: como gorriones-hijos que fueron, volaron hacia cada "tú" apenas estuvo dispuesto, y allí se quedaron: piando en los alféizares de tantas ventanas.
Porque siempre estuviste sola y erraste y te levantaste y erraste y seguiste hasta el fin con tu solo amor buscando con tu solo amor dando con tu solo amor amando, mi profundo respeto, inolvidable Edith Piaf. |
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