jueves, 13 de febrero de 2014

El patriarcado, responsable de las más cruentas rebeldías.

Antonia Pozzi
13 de febrero de 1912 - Italia
Poeta.

LÍMITES


Cuánto me acuerdo
de mi cartera escolar,
manoseada, gris,
que toda yo estrechaba con mis libros
en un único abrazo
seguro.
No conocía entonces
este acezante trascender,
este desbordamiento estéril,
este perderse
que todavía no es morir.

Cuántas veces me apeno, pensando
en mi cartera escolar.



De: fragmentosdevida.wordpress.com




Grito


No tener un Dios
no tener una tumba
no tener nada firme
sólo cosas vivas que huyen—
ser sin pasado
ser sin futuro
y cegarse en la nada—
—ayuda—
por la miseria
que no tiene fin—

10 de febrero de 1932

Versión: Hernán Isnardi
De: lamaquinadeltiempo.com




HUBIERA SIDO


Anuncio hubiera sido de lo que no fuimos.
De lo que no fuimos y ya no somos más.
La poesía amada por nosotros y nunca del corazón separada
Tú la habrías cantado con tus gritos de niño.
La única espiga eras tú
el tallo de nuestra inocencia bajo el sol..
Mas te quedaste allá con los muertos
con aquellos que no nacieron
con las aguas sepultadas
apagado amanecer a la lumbre de las últimas estrellas.
No ocupa ahora tierra sino sólo corazón
tu invisible ataúd
alma
y tú has entrado en el camino del morir.



DESCONFIANZA


Tristeza de estas manos
pesadas
que abren las llagas
más leves
por dejar una impronta—


tristeza de esta boca
que dice
tus palabras
—entendiendo otras cosas—:
esta es la forma
de la más desesperada
distancia.


16 de octubre de 1933

De: emmagunst.blogspot.com



Antonia no pudo refugiarse del control familiar ni siquiera en sus poemas, publicados póstumamente. Hasta allí, hasta ese ámbito privadísimo, la perseguía su padre, y sin el menor pudor se atrevía a censurar sus textos. 
Tampoco pudo desprenderse de esa cautividad traumatizante a través del amor: su padre censuró la relación que mantenía con un profesor de latín y griego, dispuesto a "formalizarla" con el matrimonio.
Cuando fugó hacia la muerte, a los veintiséis, su padre ya no pudo robarle nada más.

La casa de la apropiación.
Pero, ¿cuántas hubo, hay y habrá,
legitimadas por los mitos
que las acomodaticias sociedades
han amparado? 



























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