20 de noviembre de 1921 - Salónica (antiguo territorio turco) |
MECANIZARSE!
!Trrum
Trrum
Trrum!
!Trac tici
tac
Mecanizarme quiero!
¡De mi cerebro, de mi carne, de mi esqueleto
procede este
afán!
¡Me vuelvo loco
por subir
sobre las
dinamos!
Mi lengua húmeda lame los cables de cobre.
¡En mis venas,
las
vagonetas accionadas a mano
persiguen a las locomotoras!
!Trrum
Trrum
Trrum!
!Trac tici tac
Mecanizarme quiero!
Encontraré sin duda una salida.
¡Únicamente seré feliz
el día en que consiga
encajar una turbina en mi vientre
y colocar una doble hélice a mi rabo!
!Trrum
Trrum
Trrum!
!Trac tici
tac
Mecanizarme quiero!
(Traducción de Soliman Salom)
LA CIUDAD QUE ENMUDECIÓ
Número de vueltas
cero.
La ciudad ha enmudecido.
¡Se cerró poco a poco la mandíbula
asfalto-hormigón de la ciudad!
En el mes…
puntos
suspensivos…
del año mil novecientos… puntos suspensivos…
La calle vacía.
Vacía de extremo a extremo.
La calle vacía.
Totalmente vacía
como
mi bolsillo…
Se cortó, no corre el agua…
Ni un zumbido de motor
ni una
rueda que gire…
El viento:
arrastra
sobre el asfalto el nombre de Mr. Ford;
hace volar
sobre el pavimento
el cartel
de colores arrancado de las paredes.
Tres hombres
Tres hombres parados.
El primero tiene un violín roto
bajo el
brazo.
El segundo viste de frac,
sombrero
de copa en la cabeza.
El tercero está desnudo como un mono peludo…
La calle.
Silbando por la calle
rascándose el cogote,
atraviesa la calzada.
No hay
peligro de ser atropellado…
Ni un zumbido de motor
ni una
rueda que gire.
El viento:
va
frunciendo sin pausa sus cejas negras.
Sonidos de
silbatos acuchillan las esquinas.
Tres hombres.
Tres hombres parados
taconean
sobre el suelo
repitiendo una canción de borrachos…
No gritéis parados en medio de la calle.
No continuéis taconeando
¡INÚTIL!
No lograréis soltar la lengua del asfalto
¡INÚTIL!
No hablará la ciudad que enmudeció
si no
la acarician
las
manos esposadas
en sus
bolsillos…
Tres hombres.
Tres hombres parados.
Hay un violín roto
bajo el
brazo del primero.
El segundo lleva sombrero de copa en la cabeza,
frac en
su cuerpo.
El tercero está desnudo como un mono peludo.
Tres hombres
se pierden
en la
oscuridad…
(Poema escrito con ocasión de una huelga de tranviarios en
Istambul en 1929).
(Traducción de Soliman Salom)
A PROPÓSITO DE UNAS
FOTOS DE PERIÓDICO
1. Carbunco
Sobre dos columnas de la primera página yacen
dos
niños desnudos
sobre dos columnas de la primera página
con la
piel en los huesos.
Tienen la carne agujereada, reventada.
Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.
Tienen los brazos y las piernas raquíticos
enorme la cabeza
y un grito pavoroso en sus bocas abiertas
en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.
Dos ranitas
dos hijos míos ,enfermos de carbunco.
Quién sabe cuantos miles se nos van en un año
sin haber podido saciar siquiera su sed.
Y el señor subsecretario:
(así lo agarre el carbunco)
«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.
(Traducción de Fernando García Burillo)
SI PUDIERA quitarme la cabeza y encerrarla con llave en un
armario
durante una semana
en la oscuridad de un armario vacío
y pudiese colocar un árbol sobre mis hombros en lugar de la
cabeza
y descansar una semana a orillas de un lago.
(Traducción de Fernando García Burillo)
AUTOBIOGRAFÍA
Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de
Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el
Comité Central
y desde los catorce años soy poeta
hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas;
otros, de peces;
yo, de
separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada
estrella;
yo, de
nostalgias
he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay
plato
que no
haya probado
a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial
de la Paz
y me
lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer
cuatro metros
cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana
en
dieciocho horas
no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su
féretro en 1924
en 1961 el mausoleo que visito son sus libros
han intentado alejarme de mi partido
pero
han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos
en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante
cuatro meses
estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas
he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi
frente
si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
pero
también he mentido porque sí
he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo
he ido a la ópera
la mayoría
no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voya muchos de los sitios
donde va la
mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
el templo el
curandero
pero a veces
me gusta que me lean los posos de café
se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
pero estoy
prohibido en Turquía en mi propia lengua
hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra
no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante
de los avi0nes
pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
puedo
decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
y las
cosas que puedan sucederme
¿quién lo
sabe?
(Traducción de
Fernando García Burillo)
(Esta autobiografía
fue escrita en Berlín Oriental el 11 de setiembre de 1961)
De:
LaRaízInvertida-Revista de Poesía
El gigante de ojos
azules
Un gigante de ojos azules
Amaba a una mujer pequeña
Cuyo sueño era una casita
Pequeña, como para ella,
Que tuviera al frente al jardín
con
temblorosas madreselvas.
El gigante amaba en gigante,
Su mano, a grandes obras hecha,
Mal podía construir los muros
Ni usar el timbre de la puerta
De una casita con jardín
con
temblorosas madreselvas.
El gigante de ojos azules
Amaba a esa mujer pequeña
Que pronto
se cansó, mimosa,
De tan desmesurada empresa
Que no concluía en un jardín
con
temblorosas madreselvas.
Adiós, ojos azules, dijo.
Y, con graciosa voltereta,
Del brazo de un enano rico
Penetró en la casa pequeña
Que tenía al frente un jardín
con
temblorosas madreselvas.
El gigante comprende ahora
Que amores de tanta grandeza
No caben ni siquiera muertos
En esas casas de muñeca
Que al frente tienen un jardín
con
temblorosas madreselvas.
De: Isabelmonzon.com.ar
Bajo el gobierno de Ismet
Inönü, en
1938 Hikmet es juzgado por un tribunal militar que le condena a veintiocho años de
prisión. Trece años después, uno de los jueces declaró públicamente que el
poeta había sido condenado ilegalmente, ya que se le aplicó una ley inexistente
en aquella época. Encarcelado, primero en un viejo acorazado anclado en mitad
del Bósforo y luego en la cárcel-fortaleza de Bursa, próxima a la costa del mar
de Marmara, Nazim no abandona la escritura ni ella puede escapar de su cautividad.
Carta de un hombre
incomunicado en su celda
He grabado tu nombre con mis uñas
en la correa de mi reloj.
Bien sabes que ahí donde estoy
no hay ni navaja con mango de nácar
(no nos dejan llevar objetos cortantes)
ni un pino, con su cabeza en las nubes.
Quizás se encuentre algún árbol en el patio
pero me está prohibido
ver al cielo sobre mi cabeza…
¿A cuánta gente más, este sitio, le sirve de hogar?
Lo ignoro.
A solas conmigo mismo, estoy lejos de ellos.
Todos juntos, ellos, están lejos de mí.
Me está prohibido
hablar
con otro que no sea yo.
Entonces, hablo conmigo mismo.
Pero, como encuentro muy aburrida mi conversación,
canto,
esposa mía.
Además, ¿Qué te parece?,
Esa voz mía, horrenda y sin armonía,
me
llega tan dentro de mí
que me
destroza el alma.
Y exactamente
como el
huerfanito aquel
que anda descalzo, por los caminos cubiertos de nieve,
con los azules húmedos
sorbiendo con la nariz pequeña y roja;
este corazón mío
tiene ganas de acurrucarse en tu seno y llorar.
(Traducción de
Soliman Salom)
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