jueves, 28 de noviembre de 2013

Alfonsín, a 30 años


Fue después de aquella guerra irrisoria, después de aquellas lágrimas derramadas por tanta injusticia, cerrando tantos años avasallados por el miedo, el dolor, las ausencias y los silencios, y ese hundimiento desbordado de llantos que irónicamente permitió que resurjan los gritos y las palabras de nuestro pueblo, la indignación y la derrota anunciada y progresivamente la libertad y la posibilidad de elegir... Y una sola palabra que se murmuraba apretando los dientes al principio, con la bronca y las ganas de gritarla a mil voces, democracia, democracia y con ella libertad y con ella ALFONSIN y con ella consenso y con ella ALFONSIN y con ella justicia y ALFONSIN y con ella los sueños y los ideales y ALFONSIN Y ALFONSIN!!
Honestidad, sencillez, valor, coraje, convicciones, consenso, paz...
Lucha desde la palabra y el diálogo, el pensar y actuar en concordancia, los ideales, el no claudicar...
El emblema mismo de la democracia que no solo instaura hace tres décadas atrás, sino que también desarrolla, practica y sostiene durante todo su mandato, siendo totalmente consecuente entre su ideología y sus actos. Escuchando a la sociedad con el respeto necesario de un demócrata para sobrellevar las diferencias ideológicas y partidarias.
Incluso la entereza de dar un paso al costado cuando lo creyó necesario priorizando el interés de su argentina ante su propia imagen.

Querido Alfonsín: Saliste con la frente alta y las manos limpias y pobres, con el peso en tu espalda de haber sostenido una argentina en una etapa difícil, herida, ávida de reclamos y de justicia, de palabras, saliste mas viejo y mas sabio y con la misma humildad y las mismas convicciones que te acompañaron hasta el fin de tus días...

Y en el 2009 tu muerte, tu despedida, y ahí estaba yo en medio de una multitud que lloraba tu ausencia y con ella la pérdida de tantas cosas, otra vez las huellas de la muerte barriendo mis utopías, mis ideales, mis convicciones, otra pérdida que marca eso de que siempre se me vayan tan lejos las personas creíbles en las que uno se sostiene o sostiene sus ideales...
Por eso hoy necesito que estés, pasaron 30 años y compruebo que estás, y siempre estarás en mí y en tu pueblo argentino.
Estarás en mí como a los 6 años en aquella caravana de mi pueblo en el 83, que recorría las calles inundadas todavía de ríos y de llantos, con ese prendedor de letras rojas que aun guardo conmigo, y en ese grito interminable que a los 6 años gritaba con euforia tu nombre "Alfonsín! Alfonsín!" con los chicos grandes de la juventud radical en la caravana, lo gritaba con la bronca y las lágrimas todavía mojadas por la otra muerte que hacía poco tiempo, la guerra me había robado...
Estarás presente como cuando aquella tía querida me dijo que ya tenía edad suficiente para leer un libro fuerte y me entregó en sus manos dulces y pacifistas el libro "Nunca Más" un libro realmente fuerte y crudo que representa el que hayas sido el primer presidente del mundo que tuvo el valor de juzgar a sus propios militares.
 Estarás cada vez que yo crea que a las causas justas hay que defenderlas, estarás cada vez que dialogue con quienes piensan distinto, estarás en el coraje para frenar injusticias, y estarás en lo mas profundo de mi corazón cada vez que necesite seguir creyendo y cada vez que nombre la palabra paz, consenso, honestidad, libertad y la palabra democracia que renació con tu nombre.

Lilia Rodas
argentina
integrante del Taller de Pasiones Literarias





 


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