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16 de setiembre de 1905 - República Checa |
La gruta de las palabras
No entra
impunemente el joven
con su luz en la gruta de las palabras.
Audaz, presiente apenas donde se encuentra.
Joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
Sabio antes de tiempo, se escapa sin haber entrado
Y alega, como excusa, la inmadurez de su edad.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
pierde, delirando en ella, las alas
y con ellas, la manera de someterlas, de nuevo, a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
para encontrar, ya viejo, a un niño que llora
abandonado por el mundo en su umbral.
con su luz en la gruta de las palabras.
Audaz, presiente apenas donde se encuentra.
Joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
Sabio antes de tiempo, se escapa sin haber entrado
Y alega, como excusa, la inmadurez de su edad.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
pierde, delirando en ella, las alas
y con ellas, la manera de someterlas, de nuevo, a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
para encontrar, ya viejo, a un niño que llora
abandonado por el mundo en su umbral.
Hay
Hay destinos
donde lo que
carece de temblor no es sólido.
Hay amores
en los que el
mundo no te basta, falta un pasito.
Hay placeres
en los que te
castigas por el arte, pues el arte es pecado.
Hay momentos de
mutismo
en que la boca
de la mujer hace pensar que el pudor es sólo
cuestión de
sexo.
Hay cabellos
teñidos por un meteoro
donde es el
diablo quien hace la raya.
Hay soledades
en las que miras
sólo con un ojo y miras sólo sal.
Hay momentos de
frío
en los que
estrangulas palomas y te calientas con sus alas.
Hay momentos de
gravedad
en los que
sientes que has caído ya entre los que caen.
Hay silencios
que debes
expresarlos tú, ¡precisamente tú!
Cuando llueve en
domingo
Cuando llueve en
domingo y tú estás solo,
completamente
sólo,
abierto a todo,
pero no llega ni un ladrón
y no llama a la
puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en
domingo, mientras tú estás abandonado
y no comprendes
cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir
puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en
domingo y, sólo, no eres más que tú,
¡No esperes ni
hablar contigo mismo!
Entonces el
ángel es el único que sabe
lo que hay
encima de él,
Entonces el
diablo es el único que sabe
lo que hay
debajo de él.
El libro
sostenido, el poema al caer…
Noche de insomnio
Estaba solo,
completamente solo,
incluso el sueño
nocturno me había abandonado…
De pronto me
pareció oír no unas palabras sino unos sonidos,
unos sonidos
siempre en tres suspiros
Como viento y
harina…
“¿Qué puede ser
eso? ¡No hay tiempo que perder!”,
mascullé, y
enderezándome el cabello con un trago de vino
me puse en pie
y, desnudo, palpé en la oscuridad
y un momento
después la negra fiebre de mi mano
abría el
armario… En su interior las polillas agitaban los trajes…
Soy más mortal
que mi cuerpo…
De: Hoyesarte.com
Al alba
Sí, es el
alba... Ropa sucia
sobre el cuerpo
lavado de una hermosa...
Tocar, ah, sólo
tocar,
¡mas de la nada
ni tan siquiera el sueño!
También tú, allá
abajo, te esfuerzas en vano de alto en alto,
pues quien se ha
sumido en la poesía
ya nunca se
saldrá.
Versión de Clara Janés
Cita
Lluvia sin
árboles... Húmedo heno...
Apertura del
gas... Nube frita en la sartén de la luna...
Parpadeo...
Guiño... Desaparición de las formas...
Casi tropieza
con la carretilla de tierra del cementerio...
"¿Me quiere
usted?" -Sí.
"¿Me
ama?" -No.
Versión de Clara Janés
Detenido por una mujer...
Detenido por una
mujer a las puertas de una ciudad desconocida
le supliqué:
Déjeme pasar, sólo entraré
para salir de
nuevo y volveré a entrar sólo para salir,
porque la
oscuridad me da miedo como a todos los hombres.
Pero ella me
dijo:
«¡Pues yo he
dejado allí la luz encendida!».
No es
No es
indiferente el lugar donde estamos.
Algunas
estrellas se acercan entre sí peligrosamente.
También aquí
abajo hay separaciones violentas de amantes
sólo para que el
tiempo se acelere
con el latido de
su corazón.
Las gentes
sencillas son las únicas que no buscan la felicidad...
Versión de Clara Janés
De: poesia@amediavoz.com
Muro
¿Por qué te pesa el año,
por qué así se rezaga?
Durante quince años hablé
al muro
y al muro solo arrastro aquí
desde mi infierno
para que él
os lo diga todo…
HE AQUÍ EL MURO
He aquí el muro al cual
(en el momento menos esperado)
y como si quisiera sorprender
llama un enfermo incurable
y nadie le responde...Puede
que sea precisamente aquél que, un día,
negándose a vivir en pareja, se decidió a
duplicarse, y por ello a ir contra sí mismo.
Ese muro es testigo...
HACIA LA POESÍA
Tú no sabes de dónde viene este camino
que no te llevará a ninguna parte.
Pero poco te importa, porque ha estado lleno de encantos,
mujeres, milagros y deseos de libertad,
has visto como si un caballo hubiera perecido bajo un ángel
y el ángel hubiera seguido a pie, éste es el camino
del olvido de uno mismo, sólo después
has conocido el dolor del hombre,
pero también el de Dios, que también husmeando la felicidad,
Dios, ese amante desgraciado...
POESÍA
Si un hombre no se
siente perdido,
está perdido para
todo lo que sucede en los demás
y lo que a él ha
de sucederle.
Y así perdido
escribe una carta y un sobre,
la sella y
subraya: ¡ Ábrase después de mi muerte !
Pero estar perdido
y resistir, y tener
la luna ya en el
libro, pero la noche sólo en la lectura,
no conocerse ni
fin ni orilla,
no estar solo,
pero estar perdido,
es como si el
dolor propio y alguno ajeno
engendrase un
tercer corazón.
Versión de Josef
Forblesky ( Barral Editores, 1970)
EUROPA
Todas las prisiones del mundo están
construidas con las piedras
que cayeron sobre Jerusalén.
Y las manos de los ricos continúan
haciéndolo,
así que no pueden dar ni la menor
limosna.
Crece, pues, una cárcel tras otra
y casi todos estamos presos en
ellas
y perecemos en ellas como si Dios
mismo deseara
estar en nosotros tan sólo sin
nosotros...
La Voz Humana
La piedra y la estrella no nos
imponen su música,
las flores callan, las cosas
parece que ocultan algo.
Los animales niegan en sí, por
nuestra causa,
La armonía de la inocencia y el
misterio.
El viento tiene siempre el pudor
de una simple señal
y lo que es el canto, lo saben sólo
los pájaros enmudecidos
a los que el día de Nochebuena
echaste una gavilla sin trillar.
Les basta existir y eso es
inexpresable. Pero nosotros,
nosotros sentimos miedo, y no
sólo en la oscuridad,
sino que, incluso en la fecunda
luz,
no vemos a nuestro prójimo
y aterrados hasta un conjuro
violento
gritamos: ¿Estás ahí? ¡Habla!
Mi Lámpara
De noche, al apagarla, en mi
silencio
puedo oírla rezar.
Cansada ya de arder, de tanto
estar en vela
frente a la oscuridad del mundo,
ruega, no sé en qué lengua
solitaria,
por ti, por mí, por todos los que
doblan,
atormentados, el último periódico
y en sueños apartan la sombra de
sus letras,
como quien ya no indaga, aunque
le importe,
cuánta vida nos guarda la tierra
todavía
cuando mañana se despierte.
De: sites.google.com
Cinco fechas marcan la existencia
de este autor irrepetible: la ocupación nazi de 1938; la Segunda Guerra
Mundial, en el 39; la liberación de 1945 y, de manera categórica, el
establecimiento de un gobierno comunista en Checoslovaquia en 1948. Ese año,
desde la desvergüenza, se le acusa de estar inmerso en un “formalismo
decadente”. Su obra deja de publicarse; se prohíben sus libros. Como respuesta,
inicia su definitivo encierro que no depondrá ni cuando se le levante
oficialmente su condena al silencio y en 1963, tras la llamada Primavera de
Praga, vuelva a ser publicado. Aunque nunca había dejado de estar porque, como
alguien apuntó: ¡Cuánta había sido su presencia en la ausencia!
Ese encierro, argumenta Clara
Janés, pronto hizo de Holan un mito porque, siendo su realidad vital, tiene un
alto carácter simbólico y, paradójicamente, se constituye en gesto de una
libertad inexpugnable.
Clara Janés, su íntima amiga y
espléndida traductora al español, recuerda que cuando en 1984 el checo Jaroslav
Seifert recogía el Premio Nobel de Literatura comentó que lo aceptaba en nombre
de los poetas de su generación, de la que era el último superviviente, pues
otros, como especialmente Holan, lo habían merecido. “Como tendréis curiosidad
por saber quien de nosotros era el mejor poeta, –escribió Seifert–, os lo revelaré
directamente: era Vladimir Holan, el ángel negro”.
De: hoyesarte.com
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