¿Extraña
información? No para mí. Gracias a Dios terminó el tedioso fin de semana.
Comienzo a vivir mi rutina, que al fin y al cabo elaboré yo misma; comienzo a
conectarme con amigos que no osé molestar el sábado ni el domingo, reservados a
las familias, en las que no creo tener lugar.
Hoy, Lunes, nace el nieto de una amiga por cesárea programada. ¡Qué bueno que nazca
hoy! Pienso que será una persona de empuje; tendrá ganas de trabajar, de
batallar, de vivir (muy diferente sería si naciera un viernes, un sábado y...
ni qué decir en un domingo, aunque me atrevo a rescatarlo, porque anticipa el Lunes).
Era
lindo cuando nos reuníamos alrededor de la estufa los visitantes recurrentes,
los amigos y los parientes, que encontraban en nuestro hogar o en aquella
casita del recordado Pinar la confirmación de que aún había amor familiar, la
seguridad de que cuando la melancolía inevitable de ese día tratara de
infiltrarse, el humo de la estufa la diluiría en la charla alegre, en la
confidencia fraternal, en la noticia interesante.
¡Pero
hoy es Lunes! Como los dedos de la mano, se abren para mí nuevos caminos:
saldré; escucharé buena música y programas de radio; esperaré ansiosa el nuevo
capítulo de la telenovela que ya no me trae sorpresas... Y así hasta el
viernes, en que me prepararé para el ansiado y ajeno fin de semana; solitario
paréntesis hasta el siguiente lunes para mí... Quizás, en ese lunes nazca un
nuevo ser o una esperanza o también, el olvido.
Vera
GRUPO ALAS
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