domingo, 28 de julio de 2013

Gracias a Dios, ¡hoy es Lunes!



         ¿Extraña información? No para mí. Gracias a Dios terminó el tedioso fin de semana. Comienzo a vivir mi rutina, que al fin y al cabo elaboré yo misma; comienzo a conectarme con amigos que no osé molestar el sábado ni el domingo, reservados a las familias, en las que no creo tener lugar.

         Hoy, Lunes, nace el nieto de una amiga por cesárea programada. ¡Qué bueno que nazca hoy! Pienso que será una persona de empuje; tendrá ganas de trabajar, de batallar, de vivir (muy diferente sería si naciera un viernes, un sábado y... ni qué decir en un domingo, aunque me atrevo a rescatarlo, porque anticipa el Lunes).

         Era lindo cuando nos reuníamos alrededor de la estufa los visitantes recurrentes, los amigos y los parientes, que encontraban en nuestro hogar o en aquella casita del recordado Pinar la confirmación de que aún había amor familiar, la seguridad de que cuando la melancolía inevitable de ese día tratara de infiltrarse, el humo de la estufa la diluiría en la charla alegre, en la confidencia fraternal, en la noticia interesante.

         ¡Pero hoy es Lunes! Como los dedos de la mano, se abren para mí nuevos caminos: saldré; escucharé buena música y programas de radio; esperaré ansiosa el nuevo capítulo de la telenovela que ya no me trae sorpresas... Y así hasta el viernes, en que me prepararé para el ansiado y ajeno fin de semana; solitario paréntesis hasta el siguiente lunes para mí... Quizás, en ese lunes nazca un nuevo ser o una esperanza o también, el olvido.


Vera
GRUPO ALAS




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