Hace ya 30 años, escribíamos
clandestinamente, con letra cuidada sobre nailon
verde, "Libertad,
Trabajo, Salario y Amnistía"; intentando en esa consigna representar
los sueños y los deseos de los trabajadores,
en el estreno reluciente de un 1º de Mayo que nos habían escamoteado durante 10
largos años.
Nos dimos cita en una placita triangular con nombre de país sufrido;
tratamos de convocar a los suficientes como para sostener los 6 parantes de los dos carteles pero una vez más
nos sorprendió la vida dándonos una nueva lección: fueron muchos más los que se atropellaban por poner sus manos en los frágiles
sustentos de las fuertes consignas.
Un mar de gente coronó el Palacio
Legislativo, ese mismo palacio que yacía vacío de legítimos inquilinos.
Sí, no tengo dudas, fue el golpe
de gracia a los dictadores, sé que ese día, "ellos también lo
supieron".
Francisco Castillo
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