ADRIANA RAMILO
Siendo
una niña, leí por primera vez un cuento de Horacio Quiroga, “El almohadón de
plumas” y recuerdo que el relato me impresionó mucho. Más adelante, leyendo
otros cuentos del mismo autor, me llamó la atención la constante de la
tragedia, el horror, la enfermedad y el sufrimiento de los seres humanos,
siempre presentes en la vida de sus personajes. Esto me llevó a pensar que en
su vida, Quiroga habría sufrido algún acontecimiento que lo había marcado. Leí
su biografía y comprendí que varias habían sido sus tragedias vitales; imaginé
que su obra literaria debió servirle como canal para expresar su dolor y su
sentir.
Son
admirables las personas que logran dibujar su mundo interior a través de palabras plasmadas en un papel. Tienen la
valentía de compartir ese mundo con todo aquel que lo quiera conocer; corren el
riesgo de ser invadidos, cuestionados o interpretados, cuando sólo deberían ser
aceptados o rechazados. Horacio Quiroga es un ejemplo a seguir, supo volcar en
el papel toda su pasión por la vida y su resignación ante la muerte, con la que
convivió inevitablemente.
Siempre
tuve el sueño de escribir, pero el miedo a exponer mi interior lo detenía.
Ahora me lo he propuesto como un proyecto y lo desarrollo participando en el
taller literario, donde tengo mucho para aprender. La idea es poder sumergirme en el mundo
fascinante de la literatura, navegarlo con libertad y seguridad e intentar
transmitir algo de lo que siento. Este es un primer pequeño paso, espero que lo
disfruten y agradezco que me permitan, a través de estos cuentos, entrar en su
imaginación.
Adriana Ramilo
Fobia
Vas
por la vereda tranquilamente y ¡zas!, lo ves sentado en la puerta de su casa o
dando vueltas por la vereda, olfateando aquí y allá, levantando la pata, parece
que no te ve…pero no te habrá visto o se hace el distraído, te vas a arriesgar,
vas a seguir caminando por esta vereda o mejor cruzás, el corazón ya se te
subió a la garganta y ese escalofrío que te hace transpirar…te va a olfatear,
ellos se dan cuenta cuando tenés miedo, eso te dicen todos los adultos, te
olfatean y sienten tu olor a miedo y vos te acordás de eso y te da más miedo y
decidís que es mejor dar la vuelta y seguir por otra calle, total igual vas a
llegar al almacén donde te mandó mamá, si tenés suerte por la otra calle no te
encontrás con ninguno. Ahora ya no vas tan tranquila, tenés que ir atenta,
escuchar bien de dónde vienen los ladridos, porque hasta los que están adentro
de los jardines son peligrosos, vos sabés que son peligrosos, sobre todo si se
escapan, ahí salen derecho a morder y los dueños te dicen: no hace nada, es
buenísimo, nunca mordió a nadie y es verdad
que nunca mordió a nadie, hasta que te muerde y vos sabés porque te
pasó…y te pasa cada vez que te cruzás con uno y lo ves pasar a tu lado, gigante
y largo y la dueña que te abraza y te pregunta si te hizo algo y vos que no,
nada…y no terminás de decir cuando sentís sus mandíbulas enormes apretando tu
piernita flaca y la dueña que lo cincha del cuello y nada, que no suelta y le
pega y le grita y nada, no sale de tu pierna y vos que no sentís nada, no te
duele, no llorás, no decís nada, y la dueña que se va y te deja ahí con esa
enorme cabeza prendida a tu pierna y vos mirás con el rabillo del ojo y no
alcanzás a ver el final del cuerpo porque tu cabeza no gira y es tan largo, es
tan grande…y la ves volver con la escoba en la mano y a pegarle para que te
suelte, escobazos en la cabeza para que te suelte y vos que no sabés cuánto
tiempo durará esto…te gusta el jardín, es tan lindo, tiene rosas plantadas y un
césped muy verde…la dueña te lleva caminando a la cocina y ahí te deja y sale corriendo…estás
parada sobre un charco de sangre...¿ A qué te había mandado tu madre a la casa
de la vecina? Ya no está en tu pierna… ¿Cuándo se decidió a soltarte? No te
duele nada, estás parada sola junto a la pared… hoy seguro no vas a la escuela.
Una
noche cálida
Es
una noche cálida de enero, una de esas noches en las que cuesta conciliar el
sueño.
Me
acosté, no porque quiera dormir, sino porque quiero estar a solas conmigo, y
quiero poder pensar, tengo que pensar, qué hacer, cómo salir de esto. Cada vez
que hablo de separarnos es un drama insoportable, llora y no puede creer que ya
no lo quiero, dice que tiene que haber otro, no puede ser que no lo quiera o me
dice que yo estoy mal, que me tiene que pasar algo en la cabeza, y qué van a
decir los nenes, y cómo se lo vamos a decir, los vamos a hacer sufrir. Yo le
explico pero no me escucha, no me cree cuando le digo que me grita y que me
insulta, y no sólo a mí, a los nenes también. Yo creo que no se da cuenta,
porque se transforma, se convierte en otra persona; es cierto que es un buen
padre, que no les deja faltar nada, también es un buen marido, comparte las
tareas, es un buen compañero, pero cuando se enoja…ya no es él, le sale un
demonio de adentro y no escucha nada, sólo gritos y más gritos. Yo también
empecé a gritar, porque me tiene que oír, llevo años soportando su maltrato y
ya no me puedo callar. Pero me tengo que ir, a dónde ir, qué hacer, tengo que
pensar. Lo he visto siguiéndome a escondidas, siento que me vigila, que me
controla, él sabe que me voy a ir, él no me quiere dejar.
Oigo
la llave en la puerta, está llegando, es temprano para estar acostada, pero no
lo quiero ver. El corazón me golpea el pecho, se agita la respiración, no va a
creer que estoy dormida, va a saber que estoy fingiendo, no quiero que me
toque, sólo quiero dormir, descansar, olvidar, quiero dejar de pensar. Sus
manos me acarician, recorren mi cuerpo que se entumece, sólo late el corazón
descontroladamente, llegan a mi cuello y lo aprisionan, no tengo fuerzas para
quitarlas, de pronto me invade el sueño y una suave calma, un profundo silencio
me acompaña, ya no pienso, ya no temo, ya me pude ir...
Con
toda la fuerza
¡Pah!
qué nudo tengo en la panza y las piernas cómo pesan no sé que es peor lo que
tiemblan o lo que pesan me tiembla todo pero creo que mis compañeros no se dan
cuenta me palmean la espalda vos podés vos sabés movela como sabés me revuelven
el pelo me río si me río… qué largo es este túnel me río pero de nervios claro
que sé si no hago otra cosa desde que me acuerdo tenía cuatro años cuando entré
de abejita corríamos todos juntos para un lado y para el otro y Pepe cómo
gritaba y gritaba todo el tiempo pero algo aprendimos…qué griterío todos gritan
todos te dicen lo que tenés que hacer pasala pasala no tuya hacela vos qué
comilón por qué no la pasaste si te sale bien sos un héroe si no se acuerdan de
toda tu familia yo no escucho nada ya me acostumbré es sólo un murmullo fuerte
que ensordece pero no escucho nada el pasto está divino parece una alfombra
mullida ya siento mis piernas como siempre cada músculo me pide que corra se me
llena el pecho con todo el aire del campo y ahora hay que demostrar como dice
el viejo pero hoy me toca banco de entrada espero que no por mucho tiempo
porque estoy acá pero estoy ahí corriendo con todos mis compañeros me canso más
de estar acá sentado que corriendo ahí… qué pase se mandaron saquen eso
córtenlo bien ahí ese Nacho es una roca no se le pasa uno avisale que te llevan
te llevan cómo se la soplaron y el Roni haciendo vista qué taponazo metieron
suerte que estaba el palo…ya se pasó todo el primero más vale que me pongan
alguien tiene que meterla adentro y yo me tengo fe están mirando pa´l banco sí
a mí no a quién ah a todos todos a correr a calentar denle que se va el tiempo
me ponés o no me ponés dele hablar y hablar esta es la parte que no me gusta
trabajo y trabajo toda la semana hago las cosas bien hago todo lo que me dicen
me cuido como bien muchos tallarines que me hace la vieja porque me dan energía
no salgo bueno a veces salgo no todo lo que yo quisiera porque tengo mucha
energía y me da pa´ todo y a las minitas les decís que jugás al fútbol y pan
comido no saben nada pero enseguida te preguntan y de qué jugás es lo mismo si
no saben y cualquier pavada que les decís largan la risa y este que no se decide
y el tiempo que se pasa cuándo quiere que la meta si no me pone con todos los dibujitos que le hago en la
práctica y siempre una coloco claro que con los compañeros es más fácil ninguno
me va a matar como estos desgraciados que se me tiran con todo y si no salto me
arrancan la pata o me apoyan un codo en las costillas que me dejan sin aire y
el juez los ve o no los ve y como este es un juego de machos ¡a aguantarse! los
blanditos no llegan a nada y nadie los quiere al Lucho lo viven bajando y la
mitad no se las cobran él protesta pero con rabia con rabia de macho yo lo miro
y aprendo hago algunas cositas como las que hace él a veces alguna me sale me está mirando ahora sí me da la señal
grande grande confió en mí gracias vieja por los tallarines tengo las piernas
duras como fierro y toda la fuerza a llenar los pulmones no me para nadie hoy
sin duda la clavo.
Hoguera
Tan leves e inseguras tus
palabras,
que un soplo de viento
vasto para llevarlas
Tan profundo tu amor que
proclamabas,
que a un temblor de la vida
lo enterrabas
Te creí mi cómplice y
amigo,
sin condición ni tiempo ni
medida
Te confié mi cuerpo y mis
sentidos,
tuyos fueron mi alma y mi
memoria
Mis entrañas fueron cuna de
tu brío
con delirio de las mentes
desatadas
Con la fuerza y energía que
detona
con dos cuerpos que acoplan
sus sentidos
Tan sublime y natural la
conjunción
que con solo pensarla es
provocada
a resurgir con toda su lujuria,
arrasando las vallas
levantadas,
a cortar las distancias
sostenidas
que las causas sin razón
han construido
De amoroso y fiel te has
convertido,
en temible inquisidor
desconocido
De la cumbre de amor me has
descendido
a una hoguera que consume
con olvido
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