18 de noviembre de 1934- Grecia Escritor, periodista, diplomático. |
La publicación de Lo poco que sé
de Glafcos Zrasakis, del escritor griego Vasilis Vasilicós, se ha convertido en
uno de los fenómenos editoriales del inicio de 2014.
¿Cuánto hay de autobiográfico en
Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis?
-Sólo el 10 por ciento. Usted
esperaba que dijera el 90 por ciento, ¿verdad? Le diré que ahí hay muchas cosas
que he vivido, pero a través de los demás. La fui escribiendo en una época en
la que tenía esa capacidad de ver a través de los demás.
-¿Ha perdido esa capacidad de
empatía?
-No lo sé, pero esta novela es
una autobiografía por medio de los demás. Lo que es totalmente autobiográfico
es el regreso de Zrasakis a su país.
-Escribe en el libro: «... no
puede haber libertad individual independiente del discurrir histórico». ¿No hay
verdadera literatura sin relación con los hechos históricos?
-Así lo creo porque así lo he
vivido. En todo eso que he escrito no hay nada teórico, sino cosas que he
experimentado, empíricas.
-Es una novela con muchas
facetas, también la política.
-¿Usted lo cree así?
-No sólo, evidentemente.
-Puede ser que en el fondo sea,
sí, una novela política.
-Es también una novela que yo
calificaría de «mestiza», donde mezcla distintas escrituras y en el mismo
sentido que lo es El Quijote. ¿Ha sido un modelo?
-Me hace usted un cumplido y le
remito a Borges, quien comentó que el Quijote y Cervantes resumen la esencia
de nuestro arte. Lo digo en el prólogo (de la edición española) de la novela.
El Quijote constituye el canon, en el significado filológico del término, de
la novela occidental Y además me gusta mucho que usted se haya acordado de
Cervantes, porque tiene relación con Grecia. No olvide que quedó herido en
Lepanto.
-Lo poco que sé de Glafcos
Zrasakis es un libro escrito desde el humor, la ironía, y el humor. ¿Está de
acuerdo?
-Y también desde cierto sarcasmo.
-¿Fue la actitud que le permitió
sobrellevar los años de exilio?
-Pero en el exilio lo primero que
uno siente es dolor y luego, todo lo demás. Primero se sufre, después ríe uno y
sólo al final llega el sarcasmo.
-En su novela hay, por cierto, un
recuerdo de los exiliados republicanos españoles.
-Ellos estuvieron más de treinta
años en el exilio, mientras que el nuestro duró una década. Querían la gran
huelga y soñaban con ella; luego las cosas salieron de otra manera. He hablado
mucho de este tema con Semprún, quien me contó una cosa que no he olvidado hasta
hoy. Me dijo que el levantamiento de los estudiantes españoles en el 63 había
sido cosa de cinco personas, sin un movimiento detrás. Y es que en Grecia, en
1973, ocurrió lo mismo cuando la revuelta de la Politécnica. Fueron tres
personas las que se levantaron, sin un partido detrás. Los comunistas soñaban
con la gran huelga, pero no ocurrió ni en España, ni en Grecia.
-¿El escritor, el artista, es
siempre un exiliado?
-Sí, y lo peor es cuando resulta
un exiliado dentro de su propio país, como me sucede a mí en Grecia. El
exiliado no es el que está fuera del sistema, sino el que se encuentra alejado
de los acontecimientos, de lo que sucede. Un buen ejemplo es el de los indignados:
su movimiento duró un año y después desapareció; así es como se sienten los exiliados.
La indignación en Grecia creció a partir de Amanecer Dorado.
-¿La organización de extrema
derecha es un grave problema para los griegos?
-Es el principal problema. Hay
quien cree que el asesinato del rapero Pavlos Fissas por parte de Amanecer
Dorado tiene parecido con el de Lambrakis («Z» ofrece en clave ficticia la
muerte de este político demócrata griego), pero el origen de un crimen y otro
son muy distintos. Este segundo fue resultado de un clima de enfrentamiento
civil, ideológico, mientras que el segundo es producto de una situación
económica determinada.
-¿Los graves problemas de Grecia
tienen culpables con nombres y apellidos o son el resultado de una
responsabilidad comparada, como en ocasiones se insiste?
-Detrás hay nombres y apellidos,
pero más allá de esos nombres existe también una responsabilidad de la Unión
Europea (UE) y le una señora en concreto.
-¿Merkel?
-La señora Merkel, que proviene
de lo que fue el Bloque del Este y no tiene ni idea de lo que es una Europa
unida. No estaba con el régimen comunista pero tampoco parece que le molestaba
mucho. Viví en el Berlín occidental y sé lo que era estar en los años setenta
contra el régimen soviético.
Fragmento de la entrevista concedida por el escritor griego
Vasilis Vasilicós a José Luis Argüelles
En: lapasiongriega.blogspot.com
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