21 de junio de 1935, Francia Escritora. |
De: Buenos días, tristeza
“A
nadie he querido como a él, y, de todos mis sentimientos de esa época, los que
inspiraba mi padre eran los más estables, los más hondos, los que yo apreciaba
más. Le conozco demasiado para hablar de él sin cierto reparo y me siento
demasiado cerca de él. Sin embargo, para que su conducta parezca aceptable, he
de hablar más de él que de los otros. No era un hombre vano ni un hombre
egoísta. Era ligero, de una ligereza incurable. No puedo hablar de él como de
un hombre incapaz de sentimientos profundos, como de un irresponsable. En su amor por mí no había la
menor ligereza, ni lo consideraba una simple costumbre de padre. Podía sufrir
por mí más que por otro cualquiera. Y yo, recuerdo la desesperación que me
entró la vez que él tuvo conmigo un gesto de indiferencia, y que su mirada se
apartó de mí abandonándome. Nunca ponía sus pasiones antes que yo. Algunas
noches, para llevarme a casa, había tenido que dejar perder lo que Webb llamaba
“ocasiones magníficas”. Pero no puedo negar que, todo esto aparte, se entregaba
al mejor placer, a la inconstancia y a la facilidad. No reflexionaba, o
reflexionaba poco. Trataba de dar de todo una explicación fisiológica que le
pareciera racional. “¿Te encuentras deshecha? Pues duerme más y bebe menos.”
Cuando sentía el deseo violento de una mujer, nunca trataba de superarlo o de
convertirlo en otro sentimiento más elevado. Era materialista, pero delicado,
comprensivo y bueno.”
De: http://walkingaround-elisa.blogspot.com
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