domingo, 11 de mayo de 2014

"El ombligo se deja en la copa del árbol más alto"



Ventana sobre el alumbramiento


La mujer habitada sabe cuándo y sabe qué. Sabe cuándo por lo que dicen la luna y el cuerpo. Sabe qué por lo que dicen los sueños. Si ella sueña con hilos o vasijas, tendrá hija. Si sueña con metales, sombreros o huevos, tendrá hijo.

Entonces ella se hinca, se suelta el pelo, bebe un trago de aguardiente; y de rodillas da nacimiento.

Las manitos del niño o niña tocan un azadón, un hacha y un machete. Con tizne de cocina, la madre le señala el centro de la cabeza.

El ombligo se deja en la copa del árbol más alto.

Así se nace en Chamula.


Eduardo Galeano

Un acto tan simple como dejar el ombligo 
en brazos de la Naturaleza

es claro indicio de una sabiduría incomparable;
nosotros nos apropiamos del ombligo 
y hasta lo guardamos en una cajita
porque en esta bárbara civilización occidental
que seguimos construyendo
el símbolo clave del ser es TENER.

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