Ventana sobre el alumbramiento
La mujer habitada
sabe cuándo y sabe qué. Sabe cuándo por lo que dicen la luna y el cuerpo. Sabe
qué por lo que dicen los sueños. Si ella sueña con hilos o vasijas, tendrá
hija. Si sueña con metales, sombreros o huevos, tendrá hijo.
Entonces ella se
hinca, se suelta el pelo, bebe un trago de aguardiente; y de rodillas da
nacimiento.
Las manitos del
niño o niña tocan un azadón, un hacha y un machete. Con tizne de cocina, la
madre le señala el centro de la cabeza.
El ombligo se deja
en la copa del árbol más alto.
Así se nace en
Chamula.
Eduardo Galeano
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