domingo, 20 de abril de 2014

<“El Secretario del Mundo” deberían llamarme...> - Pietro Aretino


20 de abril de 1492- Italia
Poeta, narrador, dramaturgo.

ARETINO
( l'Arétin )

Publicado en Gil Blas, el  8 de diciembre de 1885.

      Las personas que no saben gran cosa, es decir el noventa por ciento de la sociedad llamada inteligente, rugen de indignación cuando se pronuncia esta única palabra, Aretino. Para ellos Aretino es una especie de marqués italiano que redactó, en treinta y dos artículos, el código de la lujuria. Se pronuncia su nombre muy bajo; se dice: « Ya sabe usted, el Tratado de Aretino. » Y uno se imagina que ese famoso tratado se encuentra sobre las chimeneas de las casas de desenfreno y que es consultado por los viciosos como el código Napoleón lo es por los magistrados y que revela unas cosas abominables que hacen juzgar a puerta cerrada ciertas costumbres.
      Además, más sencillo todavía, imagínense que Aretino era un pintor a quién se deben pequeñas imágenes impuras que personas mal vestidas nos ofrecen, por las noches, en las calles, bajo forma de postales transparentes.
      Desengañémonos de algunas de esas ingenuidades. Pietro Aretino fue simplemente un periodista, un periodista italiano del siglo XVI, un gran hombre, un escéptico admirable, un prodigioso denigrador de reyes, el más sorprendente de los aventureros, que supo desarrollar, como un maestro, todas las debilidades, todos lo vicios, todas las ridiculeces de la humanidad, un genio dotado de todas las cualidades naturales que permiten a un ser hacer su carrera por todos los medios, obteniendo todos los éxitos, y ser temible, alabado y respetado al igual que un Dios, a pesar de los atrevimientos más escandalosos.
      Este compatriota de Maquiavelo y de los Borgia parece ser el tipo vivo de Panurge reuniendo en él todas las bajezas y todas las astucias, pero que posee hasta tal punto el arte de utilizar esos repugnantes defectos, que impone el respeto y provoca la admiración.
      He dicho que Aretino fue un periodista, tal y como lo constata el historiador Cantu, mediante el análisis de sus obras que no son, en efecto, para la mayoría, más que artículos de periódico, panfletos, escritos del día a día, polémicas de prensa, retratos. La influencia de este escritor no fue menos extensa que la de no importa qué poeta; y su renombre más grande que el del más célebre de los artistas.

Traducción de José M. Ramos González para
http://www.iesxunqueira1.com

                                                                                       





"Amémonos sin tasa ni medida
puesto que para amar hemos nacido
adora mi gorrión cual yo tu nido
pues sin ellos ¿valdría algo la vida?
Y si aún luego de ésta extinguida
fuese posible amar, bien querido,
a gritos pediría el bien perdido
para seguir gozándote todavía.
Gocemos cual lo hizo regiamente
la primera pareja de mortales
bien aconsejados por la serpiente.
Que nos perdieron por amar, se dice
blasfemia son dichos tales
que sólo a quién no ama satisface.
-Pues calla y ama y también, ¡castigo!
Calla y méteme hasta los pendones
jueces de amor y del amor testigo."


SONETO XI

(Una pareja dialoga sobre sus deseos)

-Separa bien los muslos, alma mía
que quiero bien de cerca ver tu rosa
¡Oh, suavísimo vello! ¡Oh, rica cosa!
¡puerta de mi ilusión! ¡Miel! ¡Ambrosía!
Un capricho me llena de alegría;
voy a comerme fruta tan golosa;
me volveré y seré treta graciosa
pues a tu boca irá mi mercancía.
-¡Que me aplasta! ¡Aguarda! ¡Ay, mi pecho!
Jamás tan cerca vi verga tan tiesa
Mas juro que he de dejarte satisfecho.
-¡Hola al cabrón! ¡Miren la permuta!
El lame en el panal como en barbecho
y ella cree que la verga es una fruta
-¿Vieja, quieres aquí poner tu morro?
-Hijo no me pongáis los dientes largos
que tan sólo de veros ya me corro.









Grabados del pintor Marco Antonio Raimondi,
los que inspiraron a Aretino la escritura de sus Sonetos.

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