15 de abril de 1931- Suecia Psicólogo, traductor, escritor. Trabajó durante décadas en contextos de encierro. |
MADRIGAL
Heredé un bosque
sombrío donde rara vez voy. Mas llegará un día en que los muertos y los vivos
cambien de lugar. Entonces, el bosque se pondrá en movimiento. No estamos sin esperanzas.
Los crímenes más difíciles continúan sin aclarar a pesar de los esfuerzos de
muchos policías. Del mismo modo, hay en nuestra vida un gran amor sin aclarar.
Heredé un bosque sombrío pero hoy yo camino en otro bosque, el luminoso. ¡Todas
las criaturas que cantan, serpentean, mueven la cola y se arrastran! Es
primavera y el aire es muy fuerte. Tengo un diploma de la universidad del
olvido y estoy tan vacío como la camisa que se seca en el cordel.
LOS RECUERDOS ME
MIRAN
Una mañana de junio
es muy temprano
Para despertar,
pero tarde para dormir de nuevo.
Debo ir a la hierba
que está llena
De recuerdos, que
me siguen con la mirada.
No se ven, se
mezclan completamente
Con el fondo,
camaleones perfectos.
Tan cerca que los
escucho respirar
A pesar que el
canto de los pájaros es estridente.
DESPUÉS DE UNA
LARGA SEQUÍA
Ahora mismo el
verano es gris; noches extrañas.
La lluvia se desliza
desde el cielo
y en calma aterriza
como si se tratase
de sorprender a alguien que duerme.
Los círculos de
agua pululan en la superficie de la ensenada
y es la única
superficie que hay
-lo otro es altura
y profundidad,
ascender y
hundirse.
Dos troncos de
abeto
emergen y se
estiran en largas, huecas señales de tambor.
Lejos están las
ciudades y el sol.
El trueno está en
la hierba alta.
Es posible llamar a
la isla de los espejismos.
Es posible oír esa
voz gris.
Para el rayo, el
hierro es miel.
Uno puede vivir con
su código.
MÚSICA LENTA
El edificio está
cerrado. El sol entra por las ventanas
y calienta la parte
superior de los escritorios
que son tan fuertes
como para cargar el peso del destino del hombre.
Estamos afuera hoy,
junto a la extensa y ancha ladera.
Muchos llevan ropas
oscuras. Uno puede estar al sol y cerrar los ojos
y sentir cómo es soplado
lentamente hacia adelante.
Rara vez vengo
hasta el agua. Pero ahora estoy aquí,
entre grandes
piedras con espaldas pacíficas.
Piedras que
lentamente han caminado hacia atrás desde las olas.
De: http://www.elcultural.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario