4 de febrero de 1937 - Mérida, España Guitarrista y flamencólogo, escritor. |
Carta
Mi amada
estará pensando en mí:
¡la una de la madrugada!
¿El amor empieza así,
cada uno solo en su lecho,
sin dormir,
y deseando recibir
otro balazo en el pecho?
El camino
clandestino
con rumor de sabia nueva
y tierra sin pisar, ¿ lleva
a buen fin, a buen destino?
¿O es otra vez el ciclón
que empieza con un suspiro
y que acabará de un tiro
partiéndome el corazón?
No lo sé.
Me temo quo lo sabré
cuando estén llenos de azufre
los silos de la memoria:
¿Sólo comprende el que sufre?
¿Sólo el dolor tiene historia?
¿O quizás, y todavía,
será posible inventar
la historia de la alegría?
¡Preguntar y preguntar,
desvelado,
con azufre en el pasado
y fracturas y despojos
en donde ponga los ojos!
Sin embargo, ¡ah, sin embargo,
don Antonio!,
por entre un saber amargo
aguardo como un demonio
que una mujer, desvelada
por un secreto y un hombre,
ponga mi nombre en su almohada
y al fin se duerma dichosa
con una mano olvidada
orilla a su oscura rosa.
¿No escarmienta la ilusión?
¡La una de la madrugada
y el tictac del corazón
avanzado, sin dormir
y afanoso,
por el tiempo misterioso
que aún falta para morir!
De: PoemasdeAmor.org
El infierno
El bien irreparable que me hizo tu belleza
y la felicidad que se llevó tu piel
son como dos avispas que tengo en la cabeza
poniendo azufre donde conservaba tu miel.
¡Cambió tanto la cena! Botijas de tristeza
en vez de vasos de alba tiene hoy este mantel
y aquel fervor, espero esta noche a que cueza
para servirme un plato de lo que queda: yel.
Rara la mesa está: La miro con asombro,
como y bebo extrañeza y horror y absurdo y pena.
Se acabó todo aquel milagro alimenticio
tras un postre espantoso me levanto y te nombro
que es el último trago de dolor de esta cena,
y voy solo a la cama como quien va al suplicio.
RECUERDO DE INFANCIA
Hoy el periódico traía sangre igual que de costumbre
venía chorreando como la tráquea de un ternero sacrificado
he visto chotos cabras vacas durante su degüello
bajo el agujero del cuello una orza se va llenando de sangre
los animales se contraen en sacudidas cada vez más nimias
de pronto ya no respiran por la nariz ni por la boca
sino por la abertura que la navaja hizo en la tráquea
en la cual aparecen burbujas a cada nueva respiración
a menudo parece que están completamente muertos
y no obstante aún se agitan una o dos veces suavemente
ahora sus ojos ya no miran tienen como una niebla
un teloncillo de color indeterminado que recuerda al ceniza
entonces el carnicero se incorpora con las manos manchadas
y procede a desollar y trocear al animal cadáver
para después pesarlo venderlo en porciones hacer su negocio
hoy el periódico traía sangre lo mismo que otros días
acaso unos cuantos estertores más que de hábito
pero cómo saberlo hay países que no especifican
por ejemplo el departamento de estado no da las cifras de sus bajas
únicamente les agrega apellidos
bajas insignificantes bajas ligeras bajas moderadas
hoy el periódico traía sangre en volumen considerable
y mientras leo pacientemente civilizadamente el intento
de justificación de esos destrozos escrito de sutil manera
recuerdo vacas cabras chotos la gran orza en el suelo
y recuerdo imagino pienso que unos cuantos carniceros
continúan desollando troceando pesando en sus básculas
haciendo su negocio mediante esos pobres animales sacrificados.
(Blanco Spirituals, 1966
POÉTICA
Tal como están las cosas
tal como va la herida
puede venir el fin
desde cualquier lugar
Pero caeré diciendo
que era buena la vida
y que valía la pena
vivir y reventar
Puedo morir de insomnio
de angustia o de
terror
o de cirrosis o de
soledad o de pena
Pero hasta el mismo fin
me durará el fervor
me moriré diciendo
que la vida era buena
Puedo quedar sin casa
sin gente sin visita
descalzo y sin mendrugo
ni nada en mi alacena
Sospecho que mi vida
será así y ya está escrita
Pero caeré diciendo
que la vida era buena
Puede matarme el asco
la vergüenza o el tedio
o la venal tortura
o una bomba homicida
ni este mundo ni yo
tenemos ya remedio
Pero caeré diciendo
que era buena la vida
Tal como están las cosas
mi corazón se llena
de puertas que se cierran
con cansancio o temor
Pero caeré diciendo
que la vida era buena:
La quiero para siempre
con muchísimo amor
La noria, 1974
De: POESÍA EN EL CAMPUS
FALLECE FÉLIX GRANDE, POETA, FLAMENCÓLOGO Y DEFENSOR DE LOS GITANOS
30 DE ENERO DE 2014
FSG
El poeta y experto en flamenco Félix Grande (Mérida, 1937) ha fallecido
a los 76 años de edad el 30 de enero de 2014.
"Felix Grande fue un gran
defensor del pueblo gitano a través de sus letras, habiendo firmado en este
sentido obras cruciales como Persecución, para Juan Peña, El Lebrijano (1978).
En su producción destacan obras mixtas como Grandes del flamenco (seis discos
más antología, de 1981) o Poema de amor (con música de Paco de Lucía, de 1983).
Su compañero y amigo, también experto
flamencólogo en la SGAE, Juan Manuel Gamboa, ha recordado con tristeza y pasión
que “Félix siempre defendió la libertad del pueblo gitano, solía decir que
payos y gitanos estamos más juntos que las lágrimas.
El apasionado flamencólogo
también reivindicó en muchas ocasiones la responsabilidad de los medios de
comunicación y las entidades culturales por conservar y mantener la esencia
callejera del flamenco, al mismo tiempo acceda a los nuevos ámbitos donde se va
a tener que propagar: academias, conservatorios y universidad”.
Descanse en paz.
De: Gitanos.Org
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