Indómita condición
y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
JUAN DE LA CRUZ
Eros está
tan solo, a veces, en tu caverna,
que sale a buscarte
a tu otra guarida.
Roza tu soberbia
detrás de las haches, las eles;
olfatea tu miedo
debajo de las efes, las pes.
De tus deformadas vocales
penden gotitas de sudor,
que entonces lame,
y en el lecho felino de la hoja
se recuesta,
se acuesta,
a esperarte
en el silencio.
Cuando el aullido de tu voz bate alas
de palomas,
se ovilla,
y en el cuenco de su garra
te apresa:
cópula tan deseada, feroz,
efímera...
Indómita condición
la de elevarnos tanto,
para caer,
cada vez más hondo,
en la soledad
del
yo.
Carbonilla
Taller de Pasiones Literarias
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