22 de enero de 1561 - Inglaterra Abogado, político, filósofo y escritor. |
En el plano del conocimiento, Bacon realizó una crítica
acerca de los prejuicios con los que tropieza la imaginación en el proceso del
conocimiento. Los nombró “ídolos” y los clasificó en:
Ídolos de la tribu
Ídolos de la caverna
Ídolos de foro
Ídolos de teatro
Los ídolos de la tribu:
Son prejuicios inherentes a la especie humana, como los
errores que ocurren mediante las malas percepciones provocadas por los
sentidos. Por ejemplo: creer que las estrellas son pequeñas porque las vemos
pequeñas.
Los ídolos de la caverna:
Son prejuicios basados en la individualidad, en las
tendencias personales de cada uno, en la absolutización de lo relativo.
Los ídolos de foro:
Son los prejuicios que se encuentran en la sociedad, en el
lenguaje, y que se transmiten preferentemente a través del sistema educativo.
Los ídolos del teatro:
Son los prejuicios basados en la autoridad
de la cual algunos hombres gozan en el escenario público.
Bacon propone que los ídolos, los prejuicios, los
preconceptos, creencias, suposiciones, deforman el intelecto y por ello es
imprescindible la adquisición de un nuevo saber. Toda preconcepción refleja más
el modo del conocimiento del hombre que la realidad.
Este reconocimiento de la falibilidad del conocimiento y el
objetivo de acceder a otro saber se vinculan a su gran propósito de "establecer y extender el dominio de la
humanidad sobre el universo (...) lo cual, depende, por entero, tanto de las
artes como de las ciencias. Porque no podemos dominar la naturaleza sino
obedeciéndola" (Novum
Organum)
La ciencia, en especial, es la que permite la producción técnica, y ésta es capaz de transformar una sociedad en medida superior a una reforma social o política. El conocimiento es, en definitiva, PODER.
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