Ese extracto de sabiduría recoge
miles de experiencias humanas de todos los tiempos, entre las que sin duda nos
incluimos y en diferentes planos de la vida.
Además, las oportunidades se
multiplican cuando se cree, a pie juntillas, en la comunicación.
Los beneficios de la comunicación
son innumerables pero quizá el más relevante sea que puntualmente nos completa,
aunque sostengamos con firmeza que somos “seres en permanente construcción”.
Sin “los Otros”, sin ese incómodo o agradable Otro, siempre estaremos
instalados en el falso orden de nuestro mundito propio; el Otro me sacude para
que tome conciencia de un error o me abraza compartiendo mi insignificante
acierto.
En la disposición de estar
abiertos al encuentro a través de la comunicación, hace pocos días vivimos un
episodio que gestó la posibilidad de que podamos presentarles hoy la profusa y
solvente actividad cultural de EL
VITRAL, un Centro Artístico ubicado en la ciudad de Dolores, departamento de
Soriano.
Fue creado por la artista plástica y docente Cristina Galeano, una militante social sin duda
porque, tal como lo ha declarado, El VITRAL surgió a raíz de la crisis del
2002, como un intento de contención emocional y cultural para la desintegración
que a todo nivel se estaba produciendo en la comunidad.
Por ejercer en una localidad del
interior del país puedo acreditar que ese período fue devastador, porque muchos
factores operan tradicionalmente para la marginación cuando todo está
centralizado en la capital.
Pero tal cual lo declaraban los
románticos, el artista y el docente son seres cuasi-videntes cuando de avizorar
los peligros se trata, quizá porque su actividad transcurre siempre en la
incertidumbre.
Así que Cristina, a quien tampoco
le faltó “sentido común”, ese ingrediente que parece en extinción, se arremangó
y fundó EL VITRAL. Allí imparte sus talleres.
Hasta hoy, el colectivo de
Dolores -adultos/as, jóvenes, niños/as- subraya con su presencia la necesidad
de ese espacio para alimentar el espíritu. Lo comprobarán en las fotos.
Por otra parte, y honrando su
calidad de pedagoga social, Cristina crea y ofrece para el deleite público una variedad
de eventos (exposiciones, declamación, conferencias, música en vivo,...) en los
que ya, desde la mirada curiosa, estamos participando. Para eso están los
vitrales, ¿no? Para contemplar y admirar la vida a través de la visión que cada
uno/a pueda proyectar, para imaginarnos que estamos del otro lado, creando esas
aproximaciones que a veces la realidad nos niega mientras la voz de Cristina
nos va convenciendo de que no existe lo imposible.
A todos/as los/as integrantes de
EL VITRAL, nuestra cálida bienvenida y en un fraterno abrazo el deseo intenso
de que esa energía que nos transmitieron espontáneamente, se reproduzca bajo el
único límite de la pasión que cada uno/a entregue a la utopía de todos/as.
¡Adelante, Hermanos! Gracias por este hermoso Encuentro. La belleza es patrimonio de todos/as. |
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