J. de I. (1979)
Detrás del andamiaje del rimel y la ceja y la pestaña
más allá de un rojo borroneado
a veces en los labios,
por entre la ya maraña escasa de tu pelo
donde se había esfumado la trenza
en que anidaban el alba y los jilgueros
ahora
asomaba
el desteñido fulgor de una caoba
de tinta y de pincel,
allí
entre tus vocales esponjadas en el vaho
de su propia sombra
cruje
la cáscara de los huevos de octubre
-en un temblor
mojadas aún sus plumas-
emerge
suda
zurea
la Primavera.
Se oye
el furor alazán de tu galope:
otra vez se echa a andar
el engranaje de tus consonantes.
Jorge
Arbeleche
De:
jorgearbeleche.hostoi.com
Jorge Arbeleche es uno de nuestros mejores poetas vivos.
Docente, Inspector de Literatura, Miembro de la Academia Nacional de Letras y, lo que es más importante, un ser de exquisita sensibilidad, dispuesto siempre a tender la cálida red de su corazón para contener al Otro.
Como la primavera
Como un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ellas exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas? Y riendo te dije:
-¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!
Juana de Ibarbourou
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