jueves, 21 de febrero de 2013

" Tú no me calcula´"-1


Cuba

Se trata de abrir los ojos, de poder ver más allá de esa miseria, de poder ver más allá de esa pobreza, de esas voces pidiendo jabones y libertad, se trata de encontrar el sentido a estas necesidades y a estos dolores. Sufre la gente sin su libertad y sufre la gente porque sabe pensar, porque les han dado las herramientas para pensar por sí solos, para razonar, para elegir, para ser libres,  pero de mente y corazones, no del cuerpo, que ese tiene que quedarse en Cuba.

“Tenemos que reconocer que la educación y la salud son logros de la Revolución pero las personas también tienen otras necesidades, como conocer el mundo” dijo Alexis.

Pero a cambio tienen derecho a pensar y eso no pasa en nuestro pueblo, cada vez más gente es semianalfabeta y tiene la libertad del cuerpo pero no del alma… y entonces también hay necesidades. Sufre la gente sin su libertad y sufre la gente sin darse cuenta que no sabe pensar. Pero miran la tele y bailan sueños ajenos y creen ser felices.

Tenemos que reconocer que la educación y la distancia entre la salud pública y privada son las grandes fallas de nuestra sociedad, y además tampoco tenemos libertad. Porque sin la posibilidad de pensar uno se hunde en la parodia de la pantalla televisiva o en las vidrieras del consumismo o se hunde detrás de las rejas reales o ficticias o definitivamente detrás del silencio. Sin la posibilidad de pensar uno no puede decir, no puede elegir; sin las herramientas para fortalecer el alma y la cabeza uno se queda en la penumbra, a la sombra de los que eligen o creen elegir, a la sombra de los que a veces pensamos que estamos eligiendo… la educación,  los libros, la lectura, la enseñanza, las palabras, los decires son los que nos hacen libres! Libres de pensamiento y de alma y también libres para expresarnos, para no callarnos,  que esa también es una libertad tan necesaria…

Pero en aquellos pensantes caribeños había muchos callados.
Hasta se podía percibir en sus miradas el atragantamiento de decires que no decían, algunos por tristeza, otros por respeto, otros decían algo entre dientes como arrepintiéndose inmediatamente de lo dicho  y estaban aquellos pocos que se animaban a decir, a pensar en voz alta, a preguntarse un poco o preguntarnos sobre sus vidas atoradas en la isla.
Y sienten tristeza por saber y no poder, y sienten dolores por haber creído y necesitar seguir creyendo y se sienten heridos y defraudados porque eso de las igualdades ya no les cierra mucho, viven con dos monedas, la de los ricos y la de los pobres, viven con barrios pobres y barrios disfrazados de extranjeros que ellos saben que son los ricos de su pueblo, y yo he visto la calle de extranjeros y sus mansiones y sus banderas plantadas en sus patios… y ellos saben y dicen que saben que ya no volverán a sentarse los políticos en la mesa de los trabajadores como se sentaba aquel argentino revolucionario amante de las igualdades… ellos saben que ya no… y les da tristeza, les da añoranza, les duele haber creído, les duele hablar de esto a los callados, más que el encierro les duele y más que el hambre…

También vi las calles del pueblo y sus carnavales, y si uno no mirara la profundidad de sus ojos hasta parecerían felices, bailando eternamente y escondiendo sus hambres detrás de esas sonrisas blancas, escondiendo el alma sabia detrás de esos carnavales.

En medio de esa pobreza, todos pueden sonreír, más aún si somos de la tierra de su fiel comandante, todos pueden bailar y todos pueden hablar más de un idioma, todos, hasta el señor flaquito que estira la mano pidiendo una limosna…
Todos pueden curar sus heridas en sus hospitales, hablo de las heridas del cuerpo y no de las otras, que esas deben guardarse en la memoria, todos pueden dar  a luz a sus hijos y todos reciben en forma gratuita sus remedios aunque hoy son escasos los recursos materiales como casi todo en la isla…
Valoran ser cuidados y educados, valoran la revolución y su intento, lo valoran y lo añoran y creen que el Che no lo hubiera permitido…

Eso de que les mientan con aquello de la justicia social… les duele más que el hambre y más que los encierros y más que los yanquis; les duele que ellos, aquellos revolucionarios, que aún guardan haciéndose los distraídos en su alma, aquellos héroes ávidos de  justicia social y de reconstrucción de derechos y de identidades, deseosos de independencia de aquella potencia mundial económica, deseosos de libertad, de un pueblo sabio y sano, deseosos de otros valores lejanos al devastador consumismo, promulgadores de las igualdades y de los libros, de las palabras que permiten pensar y ser libres, que no hallan podido mantenerse al margen del consumismo que arrasa con el mundo entero… les duele en lo más profundo de sus almas y en las tristezas de sus miradas que aquellos idealistas no hayan podido…



(A mí también me duele, quise abrir los ojos y ver más allá pero se me llenaron de lágrimas…)

  Lilia 06-02-2013
 (Referencia viaje a Cuba en Agosto 2012)

















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