miércoles, 22 de enero de 2014

Ningún Poder ha ignorado que el verso es “del vigor del acero con que se funde la espada”

Heberto Padilla
20 de enero de 1932- Cuba
Periodista, escritor.


En tiempos difíciles


A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles esta es, sin duda, la prueba decisiva.

De "Fuera del juego" 1968



Fuera del juego

                                    A Yannis Ritzos, en una cárcel de Grecia


¡Al poeta, despídanlo!
Ese no tiene aquí nada que hacer.
No entra en el juego.
No se entusiasma.
No pone en claro su mensaje.
No repara siquiera en los milagros.
Se pasa el día entero cavilando.
Encuentra siempre algo que objetar.

¡A ese tipo, despídanlo!
Echen a un lado al aguafiestas,
a ese malhumorado
del verano,
con gafas negras
bajo el sol que nace.
Siempre
le sedujeron las andanzas
y las bellas catástrofes
del tiempo sin Historia.
Es
     incluso
                     anticuado.
Sólo le gusta el viejo Armstrong.

Tararea, a lo sumo,
una canción de Pete Seeger.
Canta,
              entre dientes,
                                           La Guantanamera.
Pero no hay
quien lo haga abrir la boca,
pero no hay
quien lo haga sonreír
cada vez que comienza el espectáculo
y brincan
los payasos por la escena;
cuando las cacatúas
confunden el amor con el terror
y está crujiendo el escenario
y truenan los metales
y los cueros
y todo el mundo salta,
se inclina,
retrocede,
sonríe,
abre la boca
                         "pues sí,
                          claro que sí,
                          por supuesto que sí..."
y bailan todos bien,
bailan bonito,
como les piden que sea el baile.
¡A ese tipo, despídanlo!
Ese no tiene aquí nada que hacer.

De "Fuera del juego" 1968



Los viejos poetas, los viejos maestros realmente...


Los viejos poetas, los viejos maestros realmente
          duchos en el terror de nuestra época, se han puesto
          todos a morir.
Yo sobrevivo, lo que pudiera calificarse de milagro,
          entre los jóvenes.
Examino los documentos:
         los mapas, la escalada, las rampas de lanzamiento,
         las sombrillas nucleares, la Ley del valor,
         la sucia guerra de Viet Nam.
Yo asisto a los congresos del tercer mundo y firmo
         manifiestos y mi mesa está llena de cartas y
         telegramas y periódicos;
         pero mi secreta y casi desesperante obsesión
         es encontrar a un hombre,
         a un niño,
         a una mujer
         capaces de afrontar este siglo
con la cabeza a salvo, con un juego sin riesgos
o un parto, por lo menos, sin dolor.


De "El justo tiempo humano" 1962



Poética


Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,

que te tumben a pedradas la puerta,

que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.

De "Fuera del juego" 1968




En 1971 Heberto Padilla, poeta cubano, es detenido acusado de actividades contrarrevolucionarias. Esto originó que intelectuales del todo el mundo se dirigieran a Fidel Castro en una carta, buscando alguna explicación a tal hecho. Entre los intelectuales que firmaron tal petición se encuentran Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Julio Cortázar entre otros. La polémica se extendió hasta tal grado que hubo una segunda carta que firmaron en ese entonces 62 intelectuales y que significaba la ruptura con el régimen cubano. Julio Cortázar no firmó esa segunda carta. Las razones las expuso en un poema muy extenso que tituló: “Policrítica en la hora de los chacales” que fue publicado en la revista de la Casa de las Américas, que dirigía Haydée Santamaría, en mayo de 1971.

POLICRÍTICA EN LA HORA DE LOS CHACALES

Explicación del título: Hablando de los complejos problemas cubanos, una amiga francesa mezcló los términos crítica y política, inventando la palabra policritique. Al escucharla pensé (también en francés) que entre poli y tique se situaba la sílaba cri, es decir grito. Grito político, crítica política en la que el grito está ahí como un pulmón que respira; así he entendido siempre, así la seguiré sintiendo y diciendo. Hoy hay que gritar una política crítica, hay que criticar gritando cada vez que se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas.

De qué sirve escribir la buena prosa,

De qué vale que exponga razones y argumentos

Si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,

Lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,

Vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,

Los chacales son sabios en los télex,

Son las tijeras de la infamia y del malentendido,

Manada universal, blancos, negros, albinos,

Lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman,

De qué sirve escribir midiendo cada frase,

De qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la

Conducta

Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,

Los policías disfrazados,

Los asesores del gorila, los abogados de los trusts

Se encargarán de la versión más adecuada para consumo de

inocentes o de crápulas,

fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se

instala,

y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta

tierra nuestra

que abre su diario y busca su verdad y se encuentra

con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando

baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien

cree

y hay quien olvida el resto, tantos años de amor y de combate,

porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es

falible

y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de

hoy con sus noticias invalida

todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente

traficado y mentido.

Entonces no, mejor ser lo que se es,

Decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá

Quien entienda

Este lenguaje que del fondo viene

Como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.

Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación,

La reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario

Made in USA

Y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o

De la UPI

Donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria,

Donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos

Traducirán para él, con tanta generosidad,

Las instrucciones del chacal con sede en Washintong,

Las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva

nacional

Con mierda autóctona, fácil de tragar.

No me excuso de nada, y sobre todo

No excuso este lenguaje,

Es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:

Los mando a todos a la reputa madre que los parió,

Y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que

Espero.

Diariamente, en mi mesa, los recortes de prensa: París,

Londres,

Nueva York, Buenos Aires, México City, Río. Diariamente

(en poco tiempo, apenas dos semanas) la máquina montada,

la operación cumplida, los liberales encantados, los

revolucionarios confundidos,

la violación con letra impresa, los comentarios compungidos,

alianza de chacales y de puros, la manada feliz, todo va bien.

Me cuesta emplear esta primera persona del singular, y más me

Cuesta

Decir: esto es así, o esto es mentira. Todo escritor, Narciso,se

Masturba

Defendiendo su nombre, el Occidente

Lo ha llenado de orgullo solitario. ¿Quién soy yo

Frente a los pueblos que luchan por la sal y la vida,

Con qué derecho he de llenar más páginas con negociaciones y

Opiniones personales?

Si hablo de mí es que acaso, compañero,

Allí donde te encuentran estas líneas,

Me ayudarás, te ayudaré a matar a los chacales,

Veremos más preciso el horizonte, más verde el mar y más

Seguro el hombre.

Les hablo a todos mis hermanos, pero miro hacia Cuba,

No sé de otra manera mejor para abarcar la América Latina.

Comprendo a Cuba como sólo se comprende al ser amado,

los gestos, las distancias y tantas diferencias,

las cóleras, los gritos: por encima está el sol, la libertad.

Y todo empieza por lo opuesto, por un poeta encarcelado,

Por la necesidad de comprender por qué, de preguntar y de

Esperar,

Qué sabemos aquí de lo qué pasa, tantos que somos Cuba,

Tantos que diariamente resistimos el aluvión y el vómito

De las buenas conciencias,

De los desencantados, de los que ven cambiar ese modelo

Que imaginaron por su cuenta y en sus casas, para dormir

Tranquilos

Sin hacer nada, sin mirar de cerca, la luna de miel barata con su isla

Paraíso

Lo bastante lejana para ser de verdad paraíso

Y que de golpe encuentran en su cielito lindo les cae en la

Cabeza.

Tienes razón Fidel: sólo en la brega hay derecho al

Descontento,

Sólo de adentro ha de salir la crítica, la búsqueda de fórmulas

Mejores,

Sí, pero de adentro es tan afuera a veces,

Y si hoy me aparto para siempre del liberal a la violeta, de los

que firman los virtuosos textos

por-que-Cu-ba-no-es-eso-que-e-xi-gen-sus-es-que-mas-de-bu-fe-te,

no me creo excepción, soy como ellos, qué habré hecho por

Cuba más allá del amor,

Qué habré dado por Cuba más allá de un deseo, una esperanza.

Pero me aparto ahora de su mundo ideal, de sus esquemas,

Precisamente ahora cuando

Se me pone en la puerta de lo que amo, se me prohibe

Defenderlo,

Es ahora que ejerzo mi derecho a elegir, a estar una vez más y

Más que nunca

Con tu Revolución, mi Cuba, a mi manera. Y mi manera torpe,

A manotazos,

Es ésta, es repetir lo que me gusta o no me gusta,

Aceptando el reproche de hablar desde tan lejos

Y a la vez insistiendo (cuántas veces lo habré hecho para el

Viento)

En que soy lo que soy, y no soy nada, y esa nada es mi tierra

Americana,

Y como pueda y donde este signo siendo tierra, y por sus

Hombres

Escribo cada letra de mis libros y vivo cada día de mi vida.

  Comentario de los chacales (vía México, reproducida con alborozo en Río de Janeiro y Buenos Aires): "El ahora francés Julio Cortázar… etc." De nuevo el patrioterismo de escarapela, cómodo y rendidor, de nuevo la baba de los resentidos, de tantos que se quedan en sus pozos sin hacer nada, sin ser oídos más que en sus casas a la hora del bife; como si en algo dejara yo de ser latinoamericano, como si un cambio a nivel de pasaporte (y ni siquiera lo es, pero no vamos a poner a explicar, al chacal se lo patea y se acabó) mi corazón fuera a cambiar, mi conducta fuera a cambiar, mi camino fuera a cambiar. Demasiado asco para seguir con esto; mi patria es otra cosa, nacionalista infeliz; me sueno los mocos con tu bandera de pacotilla, ahí donde estés. La revolución también es otra cosa; a su término, muy lejos, tal vez infinitamente lejos, hay una magnífica quema de banderas, una fogata de trapos manchados por todas las mentiras y la sangre de la historia de los chacales y los resentidos y los mediocres y los burócratas y los gorilas y los lacayos.

Y así es, compañeros, si me oyen en La Habana, en cualquier

parte,

hay cosas que no trago,

hay cosas que no puedo tragar en una marcha hacia la luz,

nadie llega a la luz si saca a relucir los podridos fantasmas del pasado,

si los perjuicios, los tabúes del macho y de la hembra

siguen en sus maletas,

y si un vocabulario de casuistas cuando no de energúmenos

arma la burocracia del idioma y los cerebros, condiciona a los

pueblos

que Marx y que Lenin soñaron libres por dentro y por fuera,

en carne y en conciencia y en amor,

en alegría y trabajo.

Por eso, compañeros, sé que puedo decirles

Lo que creo y no creo, lo que acepto y no acepto,

Esta mi policrítica, mi herramienta de luz,

Y en Cuba sé de ese combate contra tanto enemigo,

Sé de esa isla de hombres enteros que nunca olvidarán la risa y

La ternura,

Que las defenderán enamoradamente,

Que cantan y que beben entre turnos de brega, que hacen

Guardia fumando,

Que son los que buscó Martí, lo que firmaron con su sangre

Tantos muertos

A la hora de caer frente a chacales de dentro y a chacales de

Fuera.

No seré yo quien proclame al divino botón el coraje de Cuba y

Su combate;

Siempre hay alguna hiena maquinada de juez, poeta o crítico,

Lista a cantar las loas de lo que odia en el fondo de sus tripas,

Pronta a asfixiar la voz de los que quieren el verdadero diálogo,

El contacto

Por lo alto y por lo bajo: contacto con ese hombre que manda

En el peligro porque el pueblo

Cuenta con él y sabe

Que está ahí porque es justo, porque en él se define

La razón de la lucha, del duro derrotero,

Porque jugo su vida con Camilo y el Che y tantos que pueblan

De huesos y memorias la tierra de la palma;

Y también en contacto Con el otro, el sencillo camarada que necesita la

palabra y el rumbo

Para impulsar mejor la máquina, para cortar mejor la caña.

Nadie espere de mí el elogio fácil,

Pero hoy es más que nunca tiempo de decisión y de aguas

Claras:

Diálogo pido, encuentro en las borrascas, policríticas diaria,

No acepto la repetición de humillaciones torpes,

No acepto risas de los fariseos convencidos de que todo anda

Bien después de cada ejemplo,

No acepto la intimidación ni la vergüenza. Y es por eso que

Acepto

La crítica de veras, la que viene de aquel que aguanta en el

timón,

de aquellos que pelean por una causa justa, allá o aquí, en lo

alto o en lo bajo,

y reconozco la torpeza de pretender saberlo todo desde un mero

escritorio

y busco humildemente la verdad en los hechos de ayer y de

mañana,

y te busco la cara, Cuba la muy querida, y soy el que fue a ti

como se va a beber el agua, con la sed que será racimo o canto.

Revolución hecha de hombres,

Llena estarás de errores y desvíos, llena estarás de lágrimas y

Ausencias,

Pero a mí, a los que tantos en horizontes somos pedazos de

América Latina,

Tú nos comprenderás al término del día,

Volveremos a vernos, a estar juntos, carajo,

Contra hienas y cerdos y chacales de cualquier meridiano,

Contra tibios y flojos y escribas y lacayos

En París, en La Habana o Buenos Aires,

Contra lo peor que duerme en lo mejor, contra el peligro

De quedarse atascado en plena ruta, de no cortar los nudos

Machetazo limpio,

Así yo sé que un día volveremos a vernos,

Buenos días, Fidel, buenos días, Haydée, buenos días mi Casa,

Mi sitio en los amigos y en las calles, mi buchito, mi amor,

Mi caimancito herido y más vivo que nunca,

Yo soy esta palabra mano a mano como otros son tus ojos o tus

Músculos,

Todos juntos iremos a la zafra futura,

Al azúcar de un tiempo sin imperios ni esclavos.

Hablémonos, eso es de hombres: al comienzo

fue el diálogo. Déjame defenderte

cuando asome el chacal de turno, déjame estar ahí. Y si no lo

quieres,

oye, compadre, olvida tanta crisis barata. Empecemos de nuevo,

di lo tuyo, aquí estoy, aquí te espero; toma, fuma conmigo,

largo es el día, el humo ahuyenta los mosquitos. Sabes,

nunca estuve tan cerca

como ahora, de lejos, contra viento y marea. El día nace.



De: http://historiasfalenciasyunaparentecronopio.blogspot.com

“Yo que he tenido la mala suerte de que Dios se enamorara de mí”... Ernesto Cardenal

20 de enero de 1925 - Nicaragua
Sacerdote, teólogo, traductor, político, escultor y escritor.















Nuestras relaciones…


Esta simbiosis que somos.
Vos sabés lo que buscaba:
belleza que no se engorde,
amor que no se aburguese.
Por otra parte vos:
querías tener amor con alguien
por lo que fui hecho.
Yo no hice nada para enamorarte.
Todavía chorrean sangre
mis renuncias.



Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua:
un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor,
a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas
(y he oído el mugido de un ganado lejano...)
¿O es el olor del amor? Pero ese amor no es el tuyo.
Y amor a la patria fue el del dictador: el dictador
gordo, con su traje sport y su sombrero tejano,
en el lujoso yate por los paisajes de tus sueños:
él fue el que amó la tierra y la robó y la poseyó.
Y en su tierra amada está ahora el dictador embalsamado
mientras que a ti el Amor te ha llevado al destierro.


¿No has leído amor mío, en Novedades:
CENTINELA DE LA PAZ , GENIO DEL TRABAJO
PALADÍN DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA
DEFENSOR DEL CATOLICISMO EN AMÉRICA
EL PROTECTOR DEL PUEBLO
EL BENEFACTOR...?
Le saquean al pueblo su lenguaje.
Y falsifican las palabras del pueblo.
(Exactamente como el dinero del pueblo.)
Por eso los poetas pulimos tanto un poema.
Y por eso son importantes mis poemas de amor.













Oración por Marilyn Monroe


Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra
                                      con el nombre de Marilyn Monroe
aunque ese no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la
                                                  huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había
                                                                           querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.

Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
     (según cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.

Señor
en este mundo contaminado de pecados y radiactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
-El de nuestras propias vidas- Y era un script absurdo.
Perdónale Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.

Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
                                                se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje -insistiendo en maquillarse
en cada escena-
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.

Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un
baile en Río la recepción en la mansión del Duque
y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.

La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.

Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Angeles)
contesta Tú el teléfono!


De: aMediaVoz.com












“Las personas son palabras.
Y así uno no es si no es diálogo” 

martes, 21 de enero de 2014

Una artífice del suspenso

La perfecta señorita


Theodora, o Thea como la llamaban, era la perfecta señorita desde que nació. Lo decían todos los que la habían visto desde los primeros meses de su vida, cuando la llevaban en un cochecito forrado de raso blanco. Dormía cuando debía dormir. Al despertar, sonreía a los extraños. Casi nunca mojaba los pañales. Fue facilísimo enseñarle las buenas costumbres higiénicas y aprendió a hablar extraordinariamente pronto. A continuación, aprendió a leer cuando apenas tenía dos años. Y siempre hizo gala de buenos modales. A los tres años empezó a hacer reverencias al ser presentada a la gente. Se lo enseñó su madre, naturalmente, pero Thea se desenvolvía en la etiqueta como un pato en el agua.

-Gracias, lo he pasado maravillosamente -decía con locuacidad, a los cuatro años, inclinándose en una reverencia de despedida al salir de una fiesta infantil. Volvía a su casa con su vestido almidonado tan impecable como cuando se lo puso. Cuidaba muchísimo su pelo y sus uñas. Nunca estaba sucia, y cuando veía a otros niños corriendo y jugando, haciendo flanes de barro, cayéndose y pelándose las rodillas, pensaba que eran completamente idiotas. Thea era hija única. Otras madres más ajetreadas, con dos o tres vástagos que cuidar, alababan la obediencia y la limpieza de Thea, y eso le encantaba. Thea se complacía también con las alabanzas de su propia madre. Ella y su madre se adoraban.

Entre los contemporáneos de Thea, las pandillas empezaban a los ocho, nueve o diez años, si se puede usar la palabra pandilla para el grupo informal que recorría la urbanización en patines o bicicleta. Era una típica urbanización de clase media. Pero si un niño no participaba en las partidas de «póquer loco» que tenían lugar en el garaje de algunos de los padres, o en las correrías sin destino por las calles residenciales, ese niño no contaba. Thea no contaba, por lo que respecta a la pandilla.

-No me importa nada, porque no quiero ser uno de ellos -les dijo a sus padres.

-Thea hace trampas en los juegos. Por eso no queremos que venga con nosotros -dijo un niño de diez años en una de las clases de Historia del padre de Thea.

El padre de Thea, Ted, enseñaba en una escuela de la zona. Hacía mucho tiempo que sospechaba la verdad, pero había mantenido la boca cerrada, confiando en que la cosa mejorara. Thea era un misterio para él. ¿Cómo era posible que él, un hombre tan normal y laborioso, hubiese engendrado una mujer hecha y derecha?

-Las niñas nacen mujeres -dijo Margot, la madre de Thea-. Los niños no nacen hombres. Tienen que aprender a serlo. Pero las niñas ya tienen un carácter de mujer.

-Pero eso no es tener carácter -dijo Ted-. Eso es ser intrigante. El carácter se forma con el tiempo. Como un árbol.

Margot sonrió, tolerante, y Ted tuvo la impresión de que hablaba como un hombre de la edad de piedra, mientras que su mujer y su hija vivían en la era supersónica.

Al parecer, el principal objetivo en la vida de Thea era hacer desgraciados a sus contemporáneos. Había contado una mentira sobre otra niña, en relación con un niño, y la chiquilla había llorado y casi tuvo una depresión nerviosa. Ted no podía recordar los detalles, aunque sí había comprendido la historia cuando la oyó por primera vez, resumida por Margot. Thea había logrado echarle toda la culpa a la otra niña. Maquiavelo no lo hubiera hecho mejor.

-Lo que pasa es que ella no es una sinvergüenza -dijo Margot-. Además, puede jugar con Craig, así que no está sola.

Craig tenía diez años y vivía tres casas más allá. Pero Ted no se dio cuenta al principio de que Craig estaba aislado, y por la misma razón. Una tarde, Ted observó cómo uno de los chicos de la urbanización hacía un gesto grosero, en ominoso silencio, al cruzarse con Craig por la acera.

-¡Gusano! -respondió Craig inmediatamente.

Luego echó a correr, por si el chico lo perseguía, pero el otro se limitó a volverse y decir:

-¡Eres un mierda, igual que Thea!

No era la primera vez que Ted oía tales palabras en boca de los chicos, pero tampoco las oía con frecuencia y quedó impresionado.

-Pero, ¿qué hacen solos, Thea y Craig? -le preguntó a su mujer.

-Oh, dan paseos. No sé -dijo Margot-. Supongo que Craig está enamorado de ella.

Ted ya lo había pensado. Thea poseía una belleza de cromo que le garantizaría el éxito entre los muchachos cuando llegara a la adolescencia y, naturalmente, estaba empezando antes de tiempo. Ted no tenía ningún temor de que hiciera nada indecente, porque pertenecía al tipo de las provocativas y básicamente puritanas.

A lo que se dedicaban Thea y Craig por entonces era a observar la excavación de un refugio subterráneo con túnel y dos chimeneas en un solar a una milla de distancia aproximadamente. Thea y Craig iban allí en bicicleta, se ocultaban detrás de unos arbustos cercanos y espiaban riéndose por lo bajo. Más o menos una docena de los miembros de la pandilla estaban trabajando como peones, sacando cubos de tierra, recogiendo leña y preparando papas asadas con sal y mantequilla, punto culminante de todo esfuerzo, alrededor de las seis de la tarde. Thea y Craig tenían la intención de esperar hasta que la excavación y la decoración estuvieran terminadas y luego se proponían destruirlo todo.

Mientras tanto a Thea y a Craig se les ocurrió lo que ellos llamaban «un nuevo juego de pelota», que era su clave para decir una mala pasada. Enviaron una nota mecanografiada a la mayor bocazas de la escuela, Verónica, diciendo que una niña llamada Jennifer iba a dar una fiesta sorpresa por su cumpleaños en determinada fecha, y por favor, díselo a todo el mundo, pero no se lo digas a Jennifer. Supuestamente la carta era de la madre de Jennifer. Entonces Thea y Craig se escondieron detrás de los setos y observaron a sus compañeros del colegio presentándose en casa de Jennifer, algunos vestidos con sus mejores galas, casi todos llevando regalos, mientras Jennifer se sentía cada vez más violenta, de pie en la puerta de su casa, diciendo que ella no sabía nada de la fiesta. Como la familia de Jennifer tenía dinero, todos los chicos habían pensado pasar una tarde estupenda.

Cuando el túnel, la cueva, las chimeneas y las hornacinas para las velas estuvieron acabadas, Thea y Craig fingieron tener dolor de tripas un día, en sus respectivas casas, y no fueron al colegio. Por previo acuerdo se escaparon y se reunieron a las once de la mañana en sus bicicletas. Fueron al refugio y se pusieron a saltar al unísono sobre el techo del túnel hasta que se hundió. Entonces rompieron las chimeneas y esparcieron la leña tan cuidadosamente recogida. Incluso encontraron la reserva de papas y sal y la tiraron en el bosque. Luego regresaron a casa en sus bicicletas.

Dos días más tarde, un jueves que era día de clases, Craig fue encontrado a las cinco de la tarde detrás de unos olmos en el jardín de los Knobel, muerto a puñaladas que le atravesaban la garganta y el corazón. También tenía feas heridas en la cabeza, como si lo hubiesen golpeado repetidamente con piedras ásperas. Las medidas de las puñaladas demostraron que se habían utilizado por lo menos siete cuchillos diferentes.

Ted se quedó profundamente impresionado. Para entonces ya se había enterado de lo del túnel y las chimeneas destruidas. Todo el mundo sabía que Thea y Craig habían faltado al colegio el martes en que había sido destrozado el túnel. Todo el mundo sabía que Thea y Craig estaban constantemente juntos. Ted temía por la vida de su hija. La policía no pudo acusar de la muerte de Craig a ninguno de los miembros de la pandilla, y tampoco podían juzgar por asesinato u homicidio a todo un grupo. La investigación se cerró con una advertencia a todos los padres de los niños del colegio.

-Sólo porque Craig y yo faltáramos al colegio ese mismo día no quiere decir que fuésemos juntos a romper ese estúpido túnel -le dijo Thea a una amiga de su madre, que era madre de uno de los miembros de la pandilla. Thea mentía como un consumado bribón. A un adulto le resultaba difícil desmentirla.

Así que para Thea la edad de las pandillas -a su modo- terminó con la muerte de Craig. Luego vinieron los novios y el coqueteo, oportunidades de traiciones y de intrigas, y un constante río, siempre cambiante, de jóvenes entre dieciséis y veinte años, algunos de los cuales no le duraron más de cinco días.

Dejemos a Thea a los quince años, sentada frente a un espejo, acicalándose. Se siente especialmente feliz esta noche porque su más próxima rival, una chica llamada Elizabeth, acaba de tener un accidente de coche y se ha roto la nariz y la mandíbula y sufre lesiones en un ojo, por lo que ya no volverá a ser la misma. Se acerca el verano, con todos esos bailes en las terrazas y fiestas en las piscinas. Incluso corre el rumor de que Elizabeth tendrá que ponerse la dentadura inferior postiza, de tantos dientes como se rompió, pero la lesión del ojo debe ser lo más visible. En cambio Thea escapará a todas las catástrofes. Hay una divinidad que protege a las perfectas señoritas como Thea.


 
Patricia Highsmith
19 de enero de 1921 - Texas, Estados Unidos






“Desarrollar la idea para una narración es un proceso 
de avance y retroceso, como tejer”-