21 de setiembre de 1918- Méjico |
La hiena
Animal de pocas palabras. La
descripción de la hiena debe hacerse rápidamente y casi como al pasar: triple
juego de aullidos, olores repelentes y manchas sombrías. La punta de plata se
resiste, y fija a duras penas la cabeza de mastín rollizo, las reminiscencias
de cerdo y de tigre envilecido, la línea en declive del cuerpo escurridizo,
musculoso y rebajado.
Un momento. Hay que tomar también
algunas huellas esenciales del criminal: la hiena ataca en montonera a las
bestias solitarias, siempre en despoblado y con el hocico repleto de colmillos.
Su ladrido espasmódico es modelo ejemplar de la carcajada nocturna que
trastorna al manicomio. Depravada y golosa, ama el fuerte sabor de las carnes
pasadas, y para asegurarse el triunfo en las lides amorosas, lleva un bolsillo
de almizcle corrompido entre las piernas.
Antes de abandonar a este cerbero
abominable del reino feroz, al necrófilo entusiasmado y cobarde, debemos hacer
una aclaración necesaria: la hiena tiene admiradores y su apostolado no ha sido
vano. Es tal vez el animal que más prosélitos ha logrado entre los hombres.
De: https://bibliotecaignoria.blogspot.com.uy
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