miércoles, 9 de octubre de 2013

"!Querido hermano blanco!" - Leopold Sedar Senghor

Querido hermano blanco
  

Querido hermano blanco,
cuando yo nací, era negro,
cuando crecí, era negro,
cuando estoy al sol, soy negro,
cuando estoy enfermo, soy negro,
cuando muera, seré negro.

En tanto que tú, hombre blanco
cuando tú naciste, eras rosa,
cuando creciste, eras blanco,
cuando te pones al sol, eres rojo
cuando tienes frío, eres azul
cuando tienes miedo, te pones verde,
cuando estás enfermo, eres amarillo,
cuando mueras, serás gris.

Así pues, de nosotros dos,
¿quién es el hombre de color?

De:  http://martinher85.wordpress.com


9 de octubre de 1906- Senegal




I.
El tótem

Debo esconderlo en lo más íntimo de mis venas
El Antepasado de la piel de tormenta surcada por relámpagos y rayos
Mi animal guardián, debo esconderlo
Para que no rompa la represa de los escándalos.
Él es mi sangre fiel que requiere fidelidad
Protegiendo mi orgullo desnudo contra
Mí mismo y la soberbia de las razas felices...


II.
Mujer negra

Mujer desnuda, mujer negra
Vestida con tu color que es vida, con tu forma que es belleza

Yo crecí a tu sombra; la suavidad de tus manos vendaba mis ojos
Y ahora en el corazón del Verano y del Mediodía,
Te descubro, Tierra prometida, desde lo alto de un alto collado calcinado
Y tu belleza me fulmina en pleno corazón, como el relámpago de un águila

Mujer desnuda, mujer oscura
Fruto maduro de la carne firme, sombras extasiadas del vino negro, boca que hace lírica mi boca
Sabana de horizontes puros, sabana que se estremece a las caricias fervientes del Viento del Este
Tam-tam esculpido, tam-tam tenso que ruge bajo los dedos del vencedor
Tu voz grave de contralto es el canto espiritual de la Amada

Mujer negra, mujer oscura
Aceite que no arruga ningún soplo, aceite tranquilo en los costados del atleta, en los costados de los príncipes de Malí
Gacela de ataduras celestes, las perlas son estrellas sobre la noche de tu piel.
Delicias de los juegos del Espíritu, los reflejos del oro roen tu piel que se tornasola
En la sombra de tu cabellera, se ilumina mi angustia en los soles próximos de tus ojos.

Mujer desnuda, mujer negra
Yo canto tu belleza que pasa, forma que fijo en lo Eterno
Antes de que el destino celoso te reduzca a cenizas para alimentar las raíces de la vida. 


III.
Yo estoy solo

Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche
Con los árboles retorcidos de frío
Que, codos en el cuerpo, se estrechan los unos a los
otros.

Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche
Con los gestos de desesperanza patética de los árboles
Cuyas hojas abandonaron por islas de elección.

Yo estoy solo en la planicie
Y en la noche.
Soy la soledad de los postes telegráficos
A lo largo de las rutas
Desiertas.


De: caesarisnv.blogspot.com



Carta a un poeta
                                  A Aimé Césaire


¡Para el Hermano amado y para el amigo, mi saludo tosco
    y fraternal!
Las gaviotas negras, los navegantes de los grandes ríos
    han hecho que goce de tus noticias
Mezcladas con especies, con ruidos olorosos de los Ríos
    del Sur y de las Islas.
Ellos me han hablado de tu confianza, de la eminencia de
    tu frente y de la flor de tus labios sutiles
Que te hacen, tus discípulos, columna de silencio, una
    rueda de pavo real
Que se eleva hasta la luna, tú resistes su celo alterado
    y jadeante.
¿Es acaso tu perfume de frutas fabulosas o tu estela de
    luz en pleno medio día?
¡Cuántas mujeres con piel de zapotillo en el harem de tu
    espíritu!
Mi encanto más allá de los años, bajo la ceniza de tus
    párpados
La brasa ardiente, tu música hacia la que tendemos
    nuestras manos y nuestros corazones de antaño.
¿Habrás olvidado tu nobleza, que es el canto
 A los Ancestros, Los Príncipes y los Dioses, que no son
    ni flor ni gotas de rocío?
Debiste ofrecer a los Espíritus los frutos blancos
    de tu jardín
Tú no comes sino la flor, recolectada el mismo año
    del fino mijo
Y no hurtas ni un pétalo para perfumar tu boca.
En el fondo del pozo de mi memoria, toco
Tu rostro de donde saco el agua que refresca mi gran
    aflicción.
Te diluyes con aristocracia, acodado en la cima de una
    colina clara,
Tu lecho oprime la tierra que dulcemente castiga.
Los tam-tam, en las llanuras ahogadas, marcan el ritmo,
    tu canto, y tu verso es la respiración de la noche
    y del mar lejano.
Tú cantaste a los Ancestros y a los Príncipes legítimos
Tú cogiste una estrella del firmamento para la rima
Rítmica a contratiempo; y los pobres a tus pies desnudos
    arrojaron las esteras con la ganancia de un año
Y las mujeres a tus pies desnudos, su corazón de ámbar
    y la danza de sus almas desolladas.
Mi amigo, mi amigo —¡Oh, regresarás, regresarás!
Yo te esperaré — mensaje confiado al capitán del cúter
    bajo el Kaicedrat.*
Tú regresarás para el festín de las primicias. Cuando
    humee sobre los techos la dulzura del atardecer al
    declinar el sol,
Y paseen los atletas su juventud, adornada como los novios,
     conviene que allí estés.



 * Árbol de la familia de las acacias.




NEGRITUD



“Negritud no es ni racismo -antiblanco- ni populismo. Es, sencillamente, el conjunto de valores de civilización del mundo negro. Y no de los valores del pasado, sino de los de una auténtica cultura. Este espíritu de la civilización negro-africana es el que, arraigado en la tierra y en los corazones negros, se alarga hacia el mundo –hacia las cosas y los seres- para comprenderlo, unificarlo y manifestarlo“.

“La Negritud es, esencialmente, ese calor humano que es presencia en la vida, en el mundo. Para emplear vuestras palabras, es un existencialismo enraizado en la tierra Madre y desarrollado al sol de la Fe. Esta presencia en el mundo es participación del sujeto en el objeto, participación del Hombre en las fuerzas cósmicas, comunión del Hombre con los demás hombres y, en este sentido, también con todo lo existente, desde la piedra hasta Dios. Aquí, el conocimiento no se expresa en cifras algebraicas, sino en obras de arte, en imágenes ritmadas, donde el símbolo no es signo, sino sentido identificador… Tal es esta Civilización de la Unidad por simbiosis, por símbolo. En ella, el individuo se realiza como persona por y en la sociedad. Una sociedad que no es colectivista, es decir, que no supone un conglomerado heteróclito de individuos, sino comunal, es decir, un pueblo dirigido hacia el mismo fin y animado por la misma fe”.

“El negro tiene los sentidos abiertos a todos los contactos, a las más ligeras solicitaciones. Siente antes de ver y reacciona inmediatamente al contacto con el objeto, incluso ante las ondas emitidas desde lo invisible. Es gracias a su capacidad emotiva como toma conocimiento del objeto(…). El negro-africano presiente el objeto incluso antes de sentirlo, se acopla a sus ondas y a sus contornos, después, en un acto de amor, se asimila para conocerlo profundamente. Mientras que la razón discursiva, la razón ojo del blanco, se detiene ante las apariencias del objeto, la razón intuitiva, la razón abrazo del negro, por encima de lo visible, llega hasta la realidad profunda del objeto, para captar su sentido, más allá del signo. De esta manera para el negro-africano, todo objeto es símbolo de una realidad más profunda, que constituye el verdadero significado del signo que nos es dado en primer lugar. Toda forma, toda superficie y línea, todo color y detalle, todo olor, todo aroma, todo sonido, todo timbre, todo tiene su significado.

- El Negro-Africano, no ve el objeto, lo siente. Es un puro campo sensorial. Es en su subjetividad, en la punta de sus órganos sensoriales, donde él descubre al Otro. He ahí emocionado, girando, en un movimiento centrífugo, del sujeto al objeto sobre las ondas del Otro. Y no es una simple metáfora, puesto que la psique contemporánea ha descubierto la energía bajo la materia: las ondas y las radiaciones. He ahí donde el Negro-Africano que simpatiza y se identifica, que muere a sí para renacer en el Otro. Él no asimila, se asimila. Vive con el Otro en simbiosis, con-nace al Otro (…) Sujeto y objeto son aquí, dialécticamente confrontados, en el alma misma del conocimiento, que es acto de amor. “Yo pienso, luego yo existo” escribía Descartes. La diferencia ya está hecha, se piensa siempre cualquier cosa. El Negro-Africano podría decir: “Yo siento al Otro, yo danzo con el Otro, luego yo existo”. Porque danzar es crear, sobre todo porque la danza es danza de amor. Es en todo caso, el mejor modo de conocimiento (…) La luz del conocimiento ya no es esa claridad inalterable que se posa sobre el objeto sin tocarlo y sin ser tocada por él: es un fulgor turbio nacido de su abrazo, el chispazo de un contacto, una participación, una comunión.

- Así, pues, consideremos al europeo blanco frente al objeto: frente al mundo exterior, frente a la naturaleza, frente al Otro. Como hombre de voluntades, guerrero, ave de presa, pura mirada, el europeo blanco se distingue del objeto, manteniéndole a distancia, inmovilizándolo, fijándolo. Provisto de instrumentos de precisión, lo diseca en un implacable análisis. Animado de una voluntad de poder mata al Otro y, en un movimiento centrípeto, lo convierte en un medio para poderle utilizar con fines prácticos. Lo asimila. Así es el europeo blanco, así era antes de la revolución científica del siglo XX. (…) El blanco europeo mantiene el objeto a distancia. Lo mira, lo analiza, lo mata, o al menos lo doma: para utilizarlo.

Los valores de la Negritud participan, esencialmente, de la razón intuitiva: de la razón-abrazo. Y es cierto que la Negritud echa raíces en la sensación y el instinto. Pero porque ella pertenece al hombre, y ella es imaginación; la Negritud es humanismo. Gracias a este don sin igual, de fábula, que es la imaginación creadora, el Negro pasa de la sensación al sentimiento, del tocar al sentir y, gracias a la imagen rítmica, a la imagen símbolo, del sentir al pensar: de la cantidad a la cualidad, del signo al sentido, que es el movimiento mismo del humanismo, la definición del Espíritu . Al mismo tiempo, es este don una vez más, este ritmo de la energía, este movimiento de la fuerza vital, que es la fuente de todo pensamiento, de todo arte”.


Fuentes: “Libertad, negritud y humanismo -Libertad 1-” (Senghor), “El diálogo de las culturas -Libertad 5-” (Senghor) y la tesis doctoral de Mª Jesús Cuende González titulada “La perspectiva filosófica de Léopold Sédar Senghor y su vinculación al existencialismo”

De: www.culturamas.es/blog




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