“Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que, constante y paciente, la sostiene en la sombra.”
Rabindranath Tagore
La
mayoría de las máximas del exquisito poeta Rabindranath Tagore tienen el poder
de generar verdadero deleite espiritual, un placer nunca exento de iluminación,
de revelación, de “epifanía” (al mejor estilo de Katherine Mansfield, James
Joyce o Clarice Lispector).
Así lo
experimentamos esta mañana, cuando meditábamos acerca de cómo manifestar en
forma cabal nuestra gratitud a Editorial RUMBO.
En
Perras Negras se trabaja mucho, con solvencia profesional y con una cuota
mayúscula de respeto hacia sus integrantes: la mayoría llega aquí con la necesidad de hallar y escuchar la
propia voz (excepciones muy
esporádicas son quienes buscan ciertos protagonismos y, más temprano que tarde,
la realidad se encarga de la justa depuración). Una muestra de este capital
afectivo-intelectual se materializó, el año pasado, en un libro (¿sinécdoque o
metonimia esta concreción?).
Un
libro concebido en estas condiciones, sin duda resulta “deslumbrante” para sus
progenitores, por razones vivenciales y hasta por motivos etimológicos, en
cuanto a que deriva deslumbrante de “deslumbrar”, el cual registra dos acepciones: asombrar, encantar, fascinar, la
primera; perder momentáneamente la vista
por un golpe de luz inesperado, cegarse, la segunda y la verdaderamente
interesante en nuestro razonamiento. ¿Por qué?
Porque
ante el pequeño y precioso objeto-libro, y a pesar de que avanza nítido el logo
de la empresa editora en la superficie roja y satinada de su tapa, nos
exponemos a la contingencia de olvidar el significado social y el efecto
culturizante del acto que asume una editorial independiente, al otorgar luz
verde a una obra de autor y, en nuestro caso, un colectivo de autores: un
montoncito de amadores, que no amantes, porque falta el reconocimiento de la
tribu.
Requiere
una sólida actitud “ciudadana” ejercer la función de soporte de un manojito de fulgores
aun inciertos.
Editorial
RUMBO la posee, la muestra y la demuestra en forma constante.
A su
colectivo de trabajadores, nuestro aplauso firme porque la prolijidad es
silenciosa pero no invisible.
A
Carmen Galusso -semblante confiable de la empresa, palabra orientadora, paso ágil
en los corredores oscuros- un abrazo tan duradero como su paciencia y tan
cálido como el gratísimo ámbito de ESPACIO-TEATRO que gestionó para la
presentación de nuestro libro.
Y a
ustedes, muy apreciados lectores de este blog, inequívocas recomendaciones:
a) Recordar que el pie del candil, desde la
penumbra, mantiene enhiesta la llama, aunque se trate de unas chispitas;
b) el pie del candil de CREAR ES UN PLACER
GENIAL, SENSUAL, NADA VENIAL... es Editorial RUMBO;
c) de ojos cerrados, recurrir a Editorial RUMBO
para concretar sus proyectos.
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