jueves, 19 de noviembre de 2015

“Durante los últimos veinte, treinta años... han surgido en Grecia, por ejemplo, mujeres prosistas excelentes. La mayoría son de Creta, justamente de ahí, donde había una gran presión social machista; en fin, estos hombres nunca hicieron nada y en cambió eclosionó una generación de mujeres escritoras”. - Vasilis Vasilicós


18 de noviembre de 1934- Grecia
Escritor, periodista, diplomático.







La publicación de Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis, del escritor griego Vasilis Vasilicós, se ha convertido en uno de los fenómenos editoriales del inicio de 2014.

¿Cuánto hay de autobiográfico en Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis?
-Sólo el 10 por ciento. Usted esperaba que dijera el 90 por ciento, ¿verdad? Le diré que ahí hay muchas cosas que he vivido, pero a través de los demás. La fui escribiendo en una época en la que tenía esa capacidad de ver a través de los demás.

-¿Ha perdido esa capacidad de empatía?
-No lo sé, pero esta novela es una auto­biografía por medio de los demás. Lo que es totalmente autobiográfico es el regreso de Zrasakis a su país.

-Escribe en el libro: «... no puede haber libertad individual independiente del discurrir histórico». ¿No hay verdadera literatura sin relación con los hechos históricos?
-Así lo creo porque así lo he vivido. En to­do eso que he escrito no hay nada teórico, si­no cosas que he experimentado, empíricas.

-Es una novela con muchas facetas, también la política.
-¿Usted lo cree así?

-No sólo, evidentemente.
-Puede ser que en el fondo sea, sí, una novela política.

-Es también una novela que yo calificaría de «mestiza», donde mezcla distintas escri­turas y en el mismo sentido que lo es El Qui­jote. ¿Ha sido un modelo?
-Me hace usted un cumplido y le remito a Borges, quien comentó que el Quijote y Cer­vantes resumen la esencia de nuestro arte. Lo digo en el prólogo (de la edición españo­la) de la novela. El Quijote constituye el ca­non, en el significado filológico del término, de la novela occidental Y además me gusta mucho que usted se haya acordado de Cer­vantes, porque tiene relación con Grecia. No olvide que quedó herido en Lepanto.

-Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis es un libro escrito desde el humor, la ironía, y el humor. ¿Está de acuerdo?
-Y también desde cierto sarcasmo.

-¿Fue la actitud que le permitió sobrellevar los años de exilio?
-Pero en el exilio lo primero que uno siente es dolor y luego, todo lo demás. Primero se sufre, después ríe uno y sólo al final llega el sarcasmo.

-En su novela hay, por cierto, un recuerdo de los exiliados republicanos españoles.
-Ellos estuvieron más de treinta años en el exilio, mientras que el nuestro duró una década. Querían la gran huelga y soñaban con ella; luego las cosas salieron de otra manera. He hablado mucho de este tema con Semprún, quien me contó una cosa que no he olvidado hasta hoy. Me dijo que el levantamiento de los estudiantes españoles en el 63 había sido cosa de cinco personas, sin un movimiento detrás. Y es que en Grecia, en 1973, ocurrió lo mismo cuando la revuelta de la Politécnica. Fueron tres personas las que se levantaron, sin un partido detrás. Los comunistas soñaban con la gran huelga, pero no ocurrió ni en España, ni en Grecia.

-¿El escritor, el artista, es siempre un exiliado?
-Sí, y lo peor es cuando resulta un exiliado dentro de su propio país, como me sucede a mí en Grecia. El exiliado no es el que está fuera del sistema, sino el que se encuentra alejado de los acontecimientos, de lo que sucede. Un buen ejemplo es el de los indignados: su movimiento duró un año y después desapareció; así es como se sienten los exiliados. La indignación en Grecia creció a partir de Amanecer Dorado.

-¿La organización de extrema derecha es un grave problema para los griegos?
-Es el principal problema. Hay quien cree que el asesinato del rapero Pavlos Fissas por parte de Amanecer Dorado tiene parecido con el de Lambrakis («Z» ofrece en clave ficticia la muerte de este político demócrata griego), pero el origen de un crimen y otro son muy distintos. Este segundo fue resulta­do de un clima de enfrentamiento civil, ideo­lógico, mientras que el segundo es producto de una situación económica determinada.

-¿Los graves problemas de Grecia tienen culpables con nombres y apellidos o son el resultado de una responsabilidad comparada, como en ocasiones se insiste?
-Detrás hay nombres y apellidos, pero más allá de esos nombres existe también una responsabilidad de la Unión Europea (UE) y le una señora en concreto.

-¿Merkel?
-La señora Merkel, que proviene de lo que fue el Bloque del Este y no tiene ni idea de lo que es una Europa unida. No estaba con el régimen comunista pero tampoco parece que le molestaba mucho. Viví en el Berlín occidental y sé lo que era estar en los años setenta contra el régimen soviético.


Fragmento de la entrevista concedida por el escritor griego Vasilis Vasilicós a José Luis Argüelles

En: lapasiongriega.blogspot.com