jueves, 10 de julio de 2014

“El trabajo del escritor es simplemente una clase de instrumento óptico que permite al lector discernir sobre algo propio que, sin el libro, quizá nunca hubiese advertido”- Marcel Proust

10 de julio de 1871- Francia
Escritor, crítico, traductor

















Chopin


Chopin, mar de suspiros, de quejas, de sollozos
que mariposas cruzan en un vuelo sin tregua
jugando en la tristeza o danzando en la ola.
Sueñe, ame, sufra, grite o calle, encante, meza,
entre cada dolor siempre interpones
el raudo y dulce olvido de tu juego
como de flor en flor las mariposas vuelan.
Cómplice tu alegría de tu pena.
A raudal más gozoso, mayor la sed de lágrimas.
Pálido y dulce hermano de la luna y del mar,
príncipe del dolor, gran señor traicionado:
te exaltas todavía, más bello cuanto más pálido,
ante ese sol que inunda tu habitación de enfermo
que llora de sonreírle y que sufre de verle:
¡ sonrisa de pesar, lágrimas de esperanza !



De:zumo-de-poesia.blogspot.com


CONTEMPLO A MENUDO EL CIELO DE MI MEMORIA


Todo lo borra el tiempo como las olas borran
Los trabajos infantiles sobre la allanada arena
Habremos de olvidar estas palabras tan precisas, tan vagas,
Tras las que el infinito sentimos cada uno.
#
Todo lo borra todo el tiempo mas no apaga los ojos
Sean de ópalo, de estrella o de agua clara;
Bellos como en el cielo o en un lapidario
Para nosotros arderán con fuego alegre o triste.
#
Unos, joyas robadas de su vivo joyero,
A mi corazón lanzarán sus duros reflejos de piedra
Igual que un día en que engastados, sellados en el párpado,
Brillaban con un fulgor precioso y frustrante.
#
Otros, dulces fuegos robados también por Prometeo,
Chispa de amor que brillaba en sus ojos
Y que para nuestro amado tormento hemos llevado,
claridades demasiado puras o joyas demasiado preciosas.
#
Constelad por siempre el cielo de mi memoria
Inextinguibles ojos de aquellas que amé.
Soñad como los muertos, fulgid como aureolas,
Como una noche de mayo brillará mi corazón.
#
Borra como una bruma el olvido los rostros,
Los gestos adorados en otro tiempo a lo divino,
Por quien locos estuvimos, por quienes fuimos sensatos,
Fascinación del error y símbolos de fe.
#
Todo lo borra el tiempo, la intimidad de las noches,
Mis dos manos en su cuello como la nieve virgen
Sus miradas que acarician como un arpegio mis nervios
Mientras sobre nosotros sus incensarios la primavera agita.
#
Otros, los ojos sin embargo de una mujer alegre,
Así como las penas eran vastos y negros.
Espanto de las noches, de las tardes misterio,
Entre esas mágicas cejas estaba su alma toda.
#
Y su corazón era vano como una mirada alegre.
Otros, como el mar tan cambiante y tan dulce,
Nos extraviaban hacia el alma en sus ojos hundida
Como en esas tardes marinas a que lo ignoto nos empuja.
#
Sobre tus claras aguas navegábamos, mar de los ojos.
Henchía el deseo nuestras tan remendadas velas.
Y las tempestades pasadas olvidando, partíamos
Sobre las miradas para descubrir las almas.
#
Tantas miradas diversas, las almas tan parejas,
Qué decepción para nosotros, viejos prisioneros de los ojos.
Habríamos debido quedarnos a dormir bajo la pérgola.
Pero os habríais marchado igual de haberlo sabido todo.
#
Para tener en el corazón estos prometedores ojos
Como un mar de atardecida que sueña con el sol
Inútiles gestas habéis realizado
Para alcanzar el país soñado que, bermejo,
#
De éxtasis gemía más allá de las verdaderas aguas
Bajo el arca sacrosanta de una nube que creíamos profética,
Pero es dulce tener para un sueño estas heridas,
Y vuestro recuerdo como una fiesta fulge.
***
En mi cabeza tuve un achacoso pájaro extraño
Que mejor cantaba que las fuentes, que los bosques
—Cuyas solemnes voces sin embargo amábamos —,
Pájaro melancólico y a veces risueño.
#
Debía tenerlo por su fragilidad bien cerrado
Contra el frío y el aire sucio y lluvioso de las ciudades.
Entre flores junto al fuego rutilante se quedaba
Cuando el invierno desplegaba sus desolados escenarios.
#
Pero, ¡ay!, abrí demasiado la ventana y la puerta,
Buscando la acción, el placer, palabras oscuras:
Alguien había entrado, mortal a sus ojos puros.
¿Quién, pues, había entrado? El amado animal murió.
#
¿Quién era el pájaro? ¿Qué celeste llama
Se apagó, me abandonó por el sol?
Algunas veces, despertando sobresaltado del sueño
Que es nuestra vida, me digo: «Era mi alma».
#
El pájaro sagrado es nuestro poeta, nuestra alma
El alma es poesía. ¡El pájaro, ay, enmudeció!
Sonámbulos lamentos acariciados o heridos
¿Hacia qué meta corremos olvidando nuestra alma?
***


De: http://www.ieturolenses.org/revista_turia






El erotismo de un modernista

9 de julio de 1877- Méjico
Escritor y diplomático.


El vampiro



Ruedan tus rizos lóbregos y gruesos
Por tus candidas formas como un río,
Y esparzo en su raudal crespo y sombrío
Las rosas encendidas de mis besos.
En tanto que descojo los espesos
Anillos, siento el roce leve y frío
De tu mano, y un largo calosfrío
Me recorre y penetra hasta los huesos.
Tus pupilas caóticas y hurañas
Destellan cuando escuchan el suspiro
Que sale desgarrando mis entrañas,
Y mientras yo agonizo, tú, sedienta,
Finges un negro y pertinaz vampiro
Que de mi ardiente sangre se sustenta.




Claro de luna



Como un cisne espectral, la luna blanca
En el espacio transparente riela,
Y en el follaje espeso, filomela
Melifluas notas de su buche arranca.
Brilla en el fondo obscuro de la banca
Tu peinador de vaporosa tela,
Y por las frondas de satín se cuela
O en los claros la nivea luz se estanca.
Después de recorrer el mármol frío
De tu pulida tez, toco una rosa
Que se abre mojada de rocío;
Todo enmudece, y al sentir el grato
Calor de tus caricias, mi ardorosa
Virilidad se enarca como un gato.



La tentación de san Antonio



Es en vano que more en el desierto
El demacrado y hosco cenobita,
Porque no se ha calmado la infinita
Ansia de amar ni el apetito ha muerto.
Del obscuro capuz surge un incierto
Perfil que tiene albor de margarita,
Una boca encarnada y exquisita,
Una crencha olorosa como un huerto.
Ante la aparición blanca y risueña,
Se estremece su carne con ardores
Febriles bajo el sayo de estameña,
Y piensa con el alma dolorida,
Que en lugar de un edén de aves y flores,
Es un inmenso páramo la vida.


De: http://www.materialdelectura.unam.mx


El Beso de Safo


Más pulidos que el mármol transparente,
más blancos que los blancos vellocinos,
se anudan los dos cuerpos femeninos
en un grupo escultórico y ardiente.

Ancas de cebra, escorzos de serpiente,
combas rotundas, senos colombinos,
una lumbre los labios purpurinos,
y las dos cabelleras un torrente.

en el vivo combate, los pezones
que se embisten, parecen dos pitones
trabados en eróticas pendencias,

y en medio de los muslos enlazados,
dos rosas de capullos inviolados
destilan y confunden sus esencias.


De: LaMaquinadelTiempo.com




Dice Xavier Villaurrutia de Efrén Rebolledo:

“No creo que sea un gran poeta.” Sin embargo, la pasión amorosa de sus versos, quizá el rasgo que mejor identifica, con el paso del tiempo, la poesía del autor de Cuarzos, es la que lo diferencia de otros autores “que no lograron vencer el gusto de un parnaso superficial”. Así que Villaurrutia se siente obligado a matizar su juicio: “Tratar de presentar aislada en lo posible la nota erótica de Efrén Rebolledo, aislar esta cualidad personal y valiosa, equivale a ejercer un acto de justicia con un poeta digno de atención y memoria.” Luego de un siglo, la poesía de Rebolledo va desapareciendo lenta pero inequívocamente en la preferencia de los lectores del género; prevalece, pues, el dictamen de Xavier Villaurrutia, si bien es reconocible, como anota José Emilio Pacheco, que se trata de un poeta más discreto y osado que Díaz Mirón, pues “se aparta del pudor literario mexicano y lleva el erotismo a un punto cercano a la libertad con que se tratan hoy estos temas”.


No es el suyo, en todo caso, un erotismo convencional. En su Celebración del modernismo, Saúl Yurkievich entiende que, entre las numerosas deudas que la poesía del siglo XX debe a tal movimiento, una no menor es que con los modernistas “la sexualidad aflora al desnudo y se la dice sin eufemismos”. En Rebolledo es muy claro que se trata de un impulso genuino y en cierto modo supletorio de las altas cuotas de afrancesamiento y evasión que hay en la obra de sus contemporáneos –y aun en la suya.

De: http://ellaberintodelverdugo.blogspot.com